/ domingo 11 de abril de 2021

Teme la ONU "despenalización imperfecta" de la cannabis en México

Cambios legislativos deben ir acompañados de vigorosas campañas preventivas sobre daños por consumo: ONU

México corre el riesgo de caer en una “despenalización imperfecta” del cannabis, alertó Raúl Martín del Campo, miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El especialista alertó que no se debe sobreestimar el potencial de un mercado legal del consumo adulto de la cannabis, ya que el riesgo que se corre es que el Estado mexicano acabe pagando más en términos de enfermedades, pérdida de años de vida saludable y muertes prematuras, de lo que va a poder recaudar vía impuestos, tal como ha ocurrido con el alcohol y el tabaco.

Al informar que la JIFE sigue muy de cerca el proceso legislativo que lleva a cabo el Congreso de la Unión para regular el uso del cannabis, Raúl Martín del Campo destacó la importancia de acompañar todos estos cambios legislativos con vigorosas campañas preventivas que permitan sensibilizar a los jóvenes sobre el riesgo de uso de sustancias, además del fortalecimiento de los programas de detección temprana y tratamiento, rubro en el que todos los países tienen una deuda social y México no es la excepción.

Indicó que la JIFE está de acuerdo en que no haya una discriminación hacia los consumidores, lo que genera un estigma y una barrera para que estas personas puedan acceder a tratamiento, a oportunidades de reinserción social y al respeto de sus derechos humanos básicos.

“Por ello, estamos totalmente de acuerdo con que se propongan legislaciones que ayuden a no discriminar a los usuarios y no criminalizarlos”, apuntó al pronunciarse por el desarrollo de leyes, que velen el principio de proporcionalidad, contemplado en las Convenciones Internacionales, el cual busca no criminalizar a los usuarios de drogas por su condición.

El consumo de sustancias debe atenderse desde un enfoque de salud pública, el cual, ofrezca a los usuarios medidas de detección temprana, de tratamiento voluntario o incluso de programas de reducción de daños, si es eso lo que están buscando las personas, indicó Raúl Martín del Campo, en entrevista con LA PRENSA.

Respecto a permitir o autorizar que haya un mercado de producción y venta de cannabis, el experto de la JIFE recordó que México es firmante de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, que en su artículo 4° restringe la posibilidad de producción y venta de las sustancias con fines exclusivamente médicos y científicos, y la cannabis se mantiene clasificada en la lista 1 de esta Convención como droga controlada.

SIGUE ONU MUY DE CERCA TODO EL PROCESO LEGISLATIVO

Al confiar que la regulación que trabaja el congreso mexicano sea exclusivamente para permitir la venta de cannabis con fines médicos y científicos, Del Campo informó que la JIFE sigue muy de cerca todo este proceso legislativo al que solo le faltaría dar un par de pasos.

“Somos muy sensibles de la situación que vive México, que tiene una situación particular, como es la guerra contra el narco y la violencia asociada a esa guerra. México es quizá uno de los países donde se ha exacerbado más y ha cobrado más vida de inocentes y, por eso, nosotros vamos a seguir en un diálogo constante con las autoridades mexicanas en las decisiones que se tomen en este sentido”, apuntó.

Destacó, incluso, que se ha planteado la posibilidad de que una misión de miembros de la JIFE visite México, lo cual ha tenido que ser postergado por la pandemia.

Los promotores de la regulación del cannabis argumentan que con esta legislación se evitará penalizar a los usuarios que porten pequeñas cantidades de cannabis y, con ello, quitar una carga al sistema judicial y penitenciario. ¿Qué opina al respecto? –Se le preguntó al representante de la JIFE-

-Esto es algo que como JIFE siempre vamos a apoyar para que no vayan a la cárcel los usuarios de sustancias, pero habría que ver si el texto de la ley va a permitir esto, puesto que hasta donde tenemos conocimiento, la cannabis seguirá clasificada como droga ilegal, y por tanto, se seguirá remitiendo al ministerio público y a jueces a la gente que la porten cierto gramaje.


Me suena a que México va a seguir en este sistema que se ha llamado de despenalización imperfecta, porque de todas maneras, es muy probable que como salga la ley, los usuarios sigan teniendo que vérselas con la policía y la policía siga teniendo espacio para extorsionar a los consumidores, y los usuarios tendrán que seguir yendo a los ministerios públicos o ante el juez, en lugar de que se les envíe una recomendación para recibir orientación y la posibilidad de recibir o no tratamiento, eso es la respuesta de la salud pública y tenemos que ver si la nueva ley va a cumplir con ese objetivo”, apuntó.

-Algunos dicen que al no regular el cannabis, México perdería la oportunidad de participar en un mercado legal, con mucho potencial económico en términos de recaudación, lo que dejaría el mercado en manos de grandes corporativos internacionales. ¿Qué opina sobre esto?

- “En todo esto solo podemos especular, porque todavía no tenemos las evidencias suficientes ni datos concluyentes de lo que ha pasado con Uruguay y Canadá, pero a grandes rasgos son tres pasos los que algunos países han empezado a dar. El primero tiene que ver con permitir el autocultivo para uso personal.

“Si realmente uno lee las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), exclusivamente se refería a eso, a permitir el autocultivo, nunca hablan de generar una industria privada”, agregó.

“El segundo paso tiene que ver con los clubes cannábicos o cooperativas, en donde los mismos usuarios comparten un espacio específico para el consumo del producto. Por lo general no tienen fines de lucro pero tienen ventajas y desventajas, por ejemplo, en España se ha visto que algunas veces el crimen organizado se apodera de estos clubes que sirven de fachada para el narcomenudeo o para que el crimen organizado genere una industria legal y específica”.

“Yo creo que se ha sobreestimado las potencialidades de un mercado legal de cannabis para el consumo adulto en México, porque se hacen cuentas con una fórmula que no toma en cuenta una variable muy importante que es la prevalencia de consumo de cannabis en México que es mucho menor a la que hay en Uruguay, Canadá o Estados Unidos”, apuntó.

Y detalló: “El consumo última vez en Estados Unidos es de 18%, en Canadá y Uruguay oscila alrededor del 16% y en México es de 2%. Esta diferencia en la prevalencia es muy importante, porque cree que se sobreestima la capacidad que va a generar esa industria por el número de usuarios”.

EL ESTADO MEXICANO TERMINA PAGANDO MÁS POR ENFERMEDADES ASOCIADAS

Bajo una óptica especulativa podemos ver lo que ha pasado con el alcohol y el tabaco que generan una derrama importante de impuestos, pero que el Estado mexicano termina pagando más por enfermedades asociadas al consumo de esas sustancias, por pérdida de años de vida saludable y muertes prematuras”, alertó.

Al año, el Estado mexicano recauda cerca de 4 mil millones de pesos por impuesto al tabaco, pero las enfermedades asociadas al consumo de esta sustancia y las muertes prematuras le cuestan 6 mil millones de pesos al año, es decir, nada más está recaudando el 60% de lo que realmente le cuesta al país el consumo de tabaco, explicó.

Y advirtió: “no olvidemos que el cannabis sigue siendo clasificada como una sustancia que puede generar adicción, daños a la salud y puede ser un potencial problema de salud pública, por lo que posiblemente terminemos pagando más de lo que estamos recaudando”.

-Con muchas deficiencias, el Sistema de Salud mexicano ha podido enfrentar la pandemia de COVID-19 ¿el país estaría preparado para enfrentar un problema de adicciones? –se le preguntó-

“No tenemos una infraestructura de atención y tratamiento suficiente en México a pesar de que ha estado creciendo en los últimos años para poder contener este problema. En muchos estados la cannabis se está convirtiendo ya en la principal sustancia por la que muchos pacientes van a tratamiento y esta tendencia no se va a revertir con un mercado legal de cannabis. Son retos importantísimos que el Estado mexicano tendrá que enfrentar dependiendo del tipo de decisiones que termine de tomarse”, señaló.

-¿De aprobarse la ley como está, México podría hacerse acreedor a algún tipo de sanción o recomendación por incumplir un acuerdo internacional?

-“En este tema todavía no podemos decir mucho y sería especular, pero México se convertiría en una parte de un grupo de países que están en una situación similar, lo que se tendría que analizar en el seno de la Comisión de Estupefacientes y de otros organismos relacionados con el cumplimiento de convenciones internacionales”.

“En primer lugar tenemos que escuchar a México, y estaremos muy atentos de las razones que está esgrimiendo para tomar estas decisiones y las acciones que tomará una vez que la ley sea promovida”.

BUENAS CAMPAÑAS DE INFORMACIÓN EN MATERIA PREVENTIVA

“Una realidad que se puede palpar es que hay una gran polarización en el mundo sobre el tema de regulación de cannabis. Tenemos un grupo de gobiernos que están moviéndose hacia flexibilizar sus políticas y tenemos otro grupo de gobiernos que quieren que la situación se mantenga como esta”, comentó.

“Lo vimos en la votación que se dio en el seno de las Naciones Unidas en diciembre respecto a la reclasificación de la cannabis, sobre lo cual se hicieron 6 propuestas y solo una propuesta pasó a favor por dos votos de diferencia, es decir, por poco y no pasa”.

Nosotros aplaudimos que se haya tomado esa decisión, nos parece una decisión correcta, pero esto nos muestra mucho como está la polarización sobre el tema, entre los diferentes países

Explicó que esta votación reconoce que esta sustancia, como lo dice la Convención de 1961, puede generar problemas de salud pública. “Eso es lo que debemos entender de la cannabis. Actualmente, si se pueden producir medicamentos con ella, pero por otro lado, fumarla o consumirla puede generar daños a la salud”, apuntó.

Raúl Martín del Campo, miembro de la JIFE destacó la importancia de que todos estos cambios legislativos vayan acompañados de buenas campañas de información en materia preventiva, para sensibilizar a los jóvenes sobre los daños potenciales del consumo de cannabis, así como del fortalecimiento y ampliación de la oferta de servicios de detección temprana, tratamiento y terapias de sustitución, en lo que todos los países tienen una deuda social importante y México no es la excepción.

“Los jóvenes deben saber sobre los riesgos de consumir cannabis, porque el hecho de que cambie su estatus no significa que no sea una droga con la que no se pueda tener consecuencias negativas por su consumo, efecto que va directo al cerebro, sobre todo en los más jóvenes, en quienes la formación cerebral no ha terminado de madurar”, alertó.

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México corre el riesgo de caer en una “despenalización imperfecta” del cannabis, alertó Raúl Martín del Campo, miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El especialista alertó que no se debe sobreestimar el potencial de un mercado legal del consumo adulto de la cannabis, ya que el riesgo que se corre es que el Estado mexicano acabe pagando más en términos de enfermedades, pérdida de años de vida saludable y muertes prematuras, de lo que va a poder recaudar vía impuestos, tal como ha ocurrido con el alcohol y el tabaco.

Al informar que la JIFE sigue muy de cerca el proceso legislativo que lleva a cabo el Congreso de la Unión para regular el uso del cannabis, Raúl Martín del Campo destacó la importancia de acompañar todos estos cambios legislativos con vigorosas campañas preventivas que permitan sensibilizar a los jóvenes sobre el riesgo de uso de sustancias, además del fortalecimiento de los programas de detección temprana y tratamiento, rubro en el que todos los países tienen una deuda social y México no es la excepción.

Indicó que la JIFE está de acuerdo en que no haya una discriminación hacia los consumidores, lo que genera un estigma y una barrera para que estas personas puedan acceder a tratamiento, a oportunidades de reinserción social y al respeto de sus derechos humanos básicos.

“Por ello, estamos totalmente de acuerdo con que se propongan legislaciones que ayuden a no discriminar a los usuarios y no criminalizarlos”, apuntó al pronunciarse por el desarrollo de leyes, que velen el principio de proporcionalidad, contemplado en las Convenciones Internacionales, el cual busca no criminalizar a los usuarios de drogas por su condición.

El consumo de sustancias debe atenderse desde un enfoque de salud pública, el cual, ofrezca a los usuarios medidas de detección temprana, de tratamiento voluntario o incluso de programas de reducción de daños, si es eso lo que están buscando las personas, indicó Raúl Martín del Campo, en entrevista con LA PRENSA.

Respecto a permitir o autorizar que haya un mercado de producción y venta de cannabis, el experto de la JIFE recordó que México es firmante de la Convención Única de Estupefacientes de 1961, que en su artículo 4° restringe la posibilidad de producción y venta de las sustancias con fines exclusivamente médicos y científicos, y la cannabis se mantiene clasificada en la lista 1 de esta Convención como droga controlada.

SIGUE ONU MUY DE CERCA TODO EL PROCESO LEGISLATIVO

Al confiar que la regulación que trabaja el congreso mexicano sea exclusivamente para permitir la venta de cannabis con fines médicos y científicos, Del Campo informó que la JIFE sigue muy de cerca todo este proceso legislativo al que solo le faltaría dar un par de pasos.

“Somos muy sensibles de la situación que vive México, que tiene una situación particular, como es la guerra contra el narco y la violencia asociada a esa guerra. México es quizá uno de los países donde se ha exacerbado más y ha cobrado más vida de inocentes y, por eso, nosotros vamos a seguir en un diálogo constante con las autoridades mexicanas en las decisiones que se tomen en este sentido”, apuntó.

Destacó, incluso, que se ha planteado la posibilidad de que una misión de miembros de la JIFE visite México, lo cual ha tenido que ser postergado por la pandemia.

Los promotores de la regulación del cannabis argumentan que con esta legislación se evitará penalizar a los usuarios que porten pequeñas cantidades de cannabis y, con ello, quitar una carga al sistema judicial y penitenciario. ¿Qué opina al respecto? –Se le preguntó al representante de la JIFE-

-Esto es algo que como JIFE siempre vamos a apoyar para que no vayan a la cárcel los usuarios de sustancias, pero habría que ver si el texto de la ley va a permitir esto, puesto que hasta donde tenemos conocimiento, la cannabis seguirá clasificada como droga ilegal, y por tanto, se seguirá remitiendo al ministerio público y a jueces a la gente que la porten cierto gramaje.


Me suena a que México va a seguir en este sistema que se ha llamado de despenalización imperfecta, porque de todas maneras, es muy probable que como salga la ley, los usuarios sigan teniendo que vérselas con la policía y la policía siga teniendo espacio para extorsionar a los consumidores, y los usuarios tendrán que seguir yendo a los ministerios públicos o ante el juez, en lugar de que se les envíe una recomendación para recibir orientación y la posibilidad de recibir o no tratamiento, eso es la respuesta de la salud pública y tenemos que ver si la nueva ley va a cumplir con ese objetivo”, apuntó.

-Algunos dicen que al no regular el cannabis, México perdería la oportunidad de participar en un mercado legal, con mucho potencial económico en términos de recaudación, lo que dejaría el mercado en manos de grandes corporativos internacionales. ¿Qué opina sobre esto?

- “En todo esto solo podemos especular, porque todavía no tenemos las evidencias suficientes ni datos concluyentes de lo que ha pasado con Uruguay y Canadá, pero a grandes rasgos son tres pasos los que algunos países han empezado a dar. El primero tiene que ver con permitir el autocultivo para uso personal.

“Si realmente uno lee las decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), exclusivamente se refería a eso, a permitir el autocultivo, nunca hablan de generar una industria privada”, agregó.

“El segundo paso tiene que ver con los clubes cannábicos o cooperativas, en donde los mismos usuarios comparten un espacio específico para el consumo del producto. Por lo general no tienen fines de lucro pero tienen ventajas y desventajas, por ejemplo, en España se ha visto que algunas veces el crimen organizado se apodera de estos clubes que sirven de fachada para el narcomenudeo o para que el crimen organizado genere una industria legal y específica”.

“Yo creo que se ha sobreestimado las potencialidades de un mercado legal de cannabis para el consumo adulto en México, porque se hacen cuentas con una fórmula que no toma en cuenta una variable muy importante que es la prevalencia de consumo de cannabis en México que es mucho menor a la que hay en Uruguay, Canadá o Estados Unidos”, apuntó.

Y detalló: “El consumo última vez en Estados Unidos es de 18%, en Canadá y Uruguay oscila alrededor del 16% y en México es de 2%. Esta diferencia en la prevalencia es muy importante, porque cree que se sobreestima la capacidad que va a generar esa industria por el número de usuarios”.

EL ESTADO MEXICANO TERMINA PAGANDO MÁS POR ENFERMEDADES ASOCIADAS

Bajo una óptica especulativa podemos ver lo que ha pasado con el alcohol y el tabaco que generan una derrama importante de impuestos, pero que el Estado mexicano termina pagando más por enfermedades asociadas al consumo de esas sustancias, por pérdida de años de vida saludable y muertes prematuras”, alertó.

Al año, el Estado mexicano recauda cerca de 4 mil millones de pesos por impuesto al tabaco, pero las enfermedades asociadas al consumo de esta sustancia y las muertes prematuras le cuestan 6 mil millones de pesos al año, es decir, nada más está recaudando el 60% de lo que realmente le cuesta al país el consumo de tabaco, explicó.

Y advirtió: “no olvidemos que el cannabis sigue siendo clasificada como una sustancia que puede generar adicción, daños a la salud y puede ser un potencial problema de salud pública, por lo que posiblemente terminemos pagando más de lo que estamos recaudando”.

-Con muchas deficiencias, el Sistema de Salud mexicano ha podido enfrentar la pandemia de COVID-19 ¿el país estaría preparado para enfrentar un problema de adicciones? –se le preguntó-

“No tenemos una infraestructura de atención y tratamiento suficiente en México a pesar de que ha estado creciendo en los últimos años para poder contener este problema. En muchos estados la cannabis se está convirtiendo ya en la principal sustancia por la que muchos pacientes van a tratamiento y esta tendencia no se va a revertir con un mercado legal de cannabis. Son retos importantísimos que el Estado mexicano tendrá que enfrentar dependiendo del tipo de decisiones que termine de tomarse”, señaló.

-¿De aprobarse la ley como está, México podría hacerse acreedor a algún tipo de sanción o recomendación por incumplir un acuerdo internacional?

-“En este tema todavía no podemos decir mucho y sería especular, pero México se convertiría en una parte de un grupo de países que están en una situación similar, lo que se tendría que analizar en el seno de la Comisión de Estupefacientes y de otros organismos relacionados con el cumplimiento de convenciones internacionales”.

“En primer lugar tenemos que escuchar a México, y estaremos muy atentos de las razones que está esgrimiendo para tomar estas decisiones y las acciones que tomará una vez que la ley sea promovida”.

BUENAS CAMPAÑAS DE INFORMACIÓN EN MATERIA PREVENTIVA

“Una realidad que se puede palpar es que hay una gran polarización en el mundo sobre el tema de regulación de cannabis. Tenemos un grupo de gobiernos que están moviéndose hacia flexibilizar sus políticas y tenemos otro grupo de gobiernos que quieren que la situación se mantenga como esta”, comentó.

“Lo vimos en la votación que se dio en el seno de las Naciones Unidas en diciembre respecto a la reclasificación de la cannabis, sobre lo cual se hicieron 6 propuestas y solo una propuesta pasó a favor por dos votos de diferencia, es decir, por poco y no pasa”.

Nosotros aplaudimos que se haya tomado esa decisión, nos parece una decisión correcta, pero esto nos muestra mucho como está la polarización sobre el tema, entre los diferentes países

Explicó que esta votación reconoce que esta sustancia, como lo dice la Convención de 1961, puede generar problemas de salud pública. “Eso es lo que debemos entender de la cannabis. Actualmente, si se pueden producir medicamentos con ella, pero por otro lado, fumarla o consumirla puede generar daños a la salud”, apuntó.

Raúl Martín del Campo, miembro de la JIFE destacó la importancia de que todos estos cambios legislativos vayan acompañados de buenas campañas de información en materia preventiva, para sensibilizar a los jóvenes sobre los daños potenciales del consumo de cannabis, así como del fortalecimiento y ampliación de la oferta de servicios de detección temprana, tratamiento y terapias de sustitución, en lo que todos los países tienen una deuda social importante y México no es la excepción.

“Los jóvenes deben saber sobre los riesgos de consumir cannabis, porque el hecho de que cambie su estatus no significa que no sea una droga con la que no se pueda tener consecuencias negativas por su consumo, efecto que va directo al cerebro, sobre todo en los más jóvenes, en quienes la formación cerebral no ha terminado de madurar”, alertó.

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