/ jueves 23 de enero de 2020

Sufren infantes grave explotación infantil al laborar en Metro, calle y Ceda

Trabajan hasta por 36 horas explotados por sus padres, tutores o terceros sin recibir ni un “quinto”

En la capital mexicana, 84 mil 587 niños de entre cinco a 17 años laboran en la Central de Abasto, en las instalaciones del Metro o en las calles, -de acuerdo con datos del INEGI del 2017- y muchos son víctimas de explotación de parte de sus padres, tutores o de terceros, sin recibir en la mayoría de los casos “un solo quinto”, por jornadas de más de 36 horas.

Ello lo aseguró Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, al señalar que siete de cada 10 no reciben “un solo quinto” por lo que están trabajando. Inclusive muchos infantes están en riesgo en la explotación sexual.

Durante la presentación del informe especial: La situación del trabajo infantil y el trabajo adolescente en edad permitida en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, la Central de Abasto y otros espacios públicos de la Ciudad de México, precisó que la pobreza impacta en este problema, pero sólo seis de cada 10 podrán salir de ella.

En el Metro, el número de niños y adolescentes que “trabajan” creció en 61 por ciento, al pasar de 864 a mil 420, de los cuales 457 son menores de entre 0 y 5 años, que transcurren su primera infancia en vagones, escaleras eléctricas y la gente movilizándose, detalló.

Con relación al género y grupo etario, por ejemplo, los datos para 2017 dejan ver que, en términos generales, son más niños los que trabajan en el Metro, que las niñas, (54% niños y 41% niñas).

En la víspera del Día Internacional de la Educación, que se conmemora 24 de enero; Ramírez Hernández expuso que niñas, niños y adolescentes que trabajan, o acompañan a sus familiares, ven reducidas sus posibilidades de estudiar; además, existe una falla en la calidad del sistema educativo brindado en las zonas en donde se detecta trabajo infantil y adolescente, como en la pertinencia del modelo educativo que los atiende.

POCA ESCOLARIDAD EN LA CENTRAL DE ABASTO

Es grave constatar que 40% de las personas entrevistadas en la Central de Abasto, principalmente recolectores de materiales, carretilleros y del área de subasta, sólo tienen primaria; es decir, seis años de estudios; y que 7% no tiene estudios.

Esos datos contrastan con el grado promedio de escolaridad de la población de la Ciudad de México, de 15 años y más, que según datos de INEGI es de 11.1, lo que equivale a segundo año de Educación Media Superior.

A pesar de esa descripción general, al analizar más a fondo las cifras, se observa una ligera feminización de la población en edad escolar; es decir, son más las niñas que trabajan en el Metro que mujeres adolescentes, situación que se invierte para el género masculino, pues mientras que hay menos niños trabajando en ese espacio, hay más adolescentes.

Ese mismo patrón en el cruce de género y edad se repite en el caso de niñas y niños que trabajan en otros espacios públicos, como paraderos, sitios turísticos, la calle en general.

Otra intersección para analizar es la auto adscripción indígena: en esta Ciudad, el porcentaje reportado de indígenas es de 8.8%, puntualizó.

Sin embargo, el Informe da cuenta de que, entre 8 y 11% de trabajadores del Metro se autoidentifican como indígenas; es decir, la proporción de representación indígena infantil trabajadora es mayor a la media en la Ciudad.

Las niñas y niños en primera infancia y edad escolar que trabajan en el Metro, así como en otros espacios públicos y en la Central de Abasto, tienden a ser categorizados como acompañantes.

La mitad de los niños, niñas y adolescentes en condición de trabajo procede de municipios de esa entidad federativa, principalmente Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz, Ecatepec, Chalco, Texcoco, Naucalpan, Cuautitlán, San Vicente Chicolapan, Ixtapaluca y Villa Nicolás Romero.

Hay un análisis de riesgo y detección de algunos casos de una red de explotación laboral, aunque no es alto el porcentaje, hay un riesgo y algunos son incorporados en esta red, por parte de sus padres o terceros, que piden una cuota a sus familiares.

La presidenta de la CDHCDMX describió que el siete por ciento, sólo realiza una comida al día; y la mayoría no estudia o deserta de la escuela por cumplir jornadas extenuantes de trabajo, como en la Ceda, donde 500 niños están en la carga, subasta, traslado o separación de basura.

Si bien hay avances en este sentido, como el aumento de 14 a 15 años en la legislación mexicana de la edad mínima para laborar, aún hay retos importantes que han de ser atendidos y sobre los que se debe trabajar de manera decidida.

JLP

En la capital mexicana, 84 mil 587 niños de entre cinco a 17 años laboran en la Central de Abasto, en las instalaciones del Metro o en las calles, -de acuerdo con datos del INEGI del 2017- y muchos son víctimas de explotación de parte de sus padres, tutores o de terceros, sin recibir en la mayoría de los casos “un solo quinto”, por jornadas de más de 36 horas.

Ello lo aseguró Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, al señalar que siete de cada 10 no reciben “un solo quinto” por lo que están trabajando. Inclusive muchos infantes están en riesgo en la explotación sexual.

Durante la presentación del informe especial: La situación del trabajo infantil y el trabajo adolescente en edad permitida en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, la Central de Abasto y otros espacios públicos de la Ciudad de México, precisó que la pobreza impacta en este problema, pero sólo seis de cada 10 podrán salir de ella.

En el Metro, el número de niños y adolescentes que “trabajan” creció en 61 por ciento, al pasar de 864 a mil 420, de los cuales 457 son menores de entre 0 y 5 años, que transcurren su primera infancia en vagones, escaleras eléctricas y la gente movilizándose, detalló.

Con relación al género y grupo etario, por ejemplo, los datos para 2017 dejan ver que, en términos generales, son más niños los que trabajan en el Metro, que las niñas, (54% niños y 41% niñas).

En la víspera del Día Internacional de la Educación, que se conmemora 24 de enero; Ramírez Hernández expuso que niñas, niños y adolescentes que trabajan, o acompañan a sus familiares, ven reducidas sus posibilidades de estudiar; además, existe una falla en la calidad del sistema educativo brindado en las zonas en donde se detecta trabajo infantil y adolescente, como en la pertinencia del modelo educativo que los atiende.

POCA ESCOLARIDAD EN LA CENTRAL DE ABASTO

Es grave constatar que 40% de las personas entrevistadas en la Central de Abasto, principalmente recolectores de materiales, carretilleros y del área de subasta, sólo tienen primaria; es decir, seis años de estudios; y que 7% no tiene estudios.

Esos datos contrastan con el grado promedio de escolaridad de la población de la Ciudad de México, de 15 años y más, que según datos de INEGI es de 11.1, lo que equivale a segundo año de Educación Media Superior.

A pesar de esa descripción general, al analizar más a fondo las cifras, se observa una ligera feminización de la población en edad escolar; es decir, son más las niñas que trabajan en el Metro que mujeres adolescentes, situación que se invierte para el género masculino, pues mientras que hay menos niños trabajando en ese espacio, hay más adolescentes.

Ese mismo patrón en el cruce de género y edad se repite en el caso de niñas y niños que trabajan en otros espacios públicos, como paraderos, sitios turísticos, la calle en general.

Otra intersección para analizar es la auto adscripción indígena: en esta Ciudad, el porcentaje reportado de indígenas es de 8.8%, puntualizó.

Sin embargo, el Informe da cuenta de que, entre 8 y 11% de trabajadores del Metro se autoidentifican como indígenas; es decir, la proporción de representación indígena infantil trabajadora es mayor a la media en la Ciudad.

Las niñas y niños en primera infancia y edad escolar que trabajan en el Metro, así como en otros espacios públicos y en la Central de Abasto, tienden a ser categorizados como acompañantes.

La mitad de los niños, niñas y adolescentes en condición de trabajo procede de municipios de esa entidad federativa, principalmente Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Los Reyes La Paz, Ecatepec, Chalco, Texcoco, Naucalpan, Cuautitlán, San Vicente Chicolapan, Ixtapaluca y Villa Nicolás Romero.

Hay un análisis de riesgo y detección de algunos casos de una red de explotación laboral, aunque no es alto el porcentaje, hay un riesgo y algunos son incorporados en esta red, por parte de sus padres o terceros, que piden una cuota a sus familiares.

La presidenta de la CDHCDMX describió que el siete por ciento, sólo realiza una comida al día; y la mayoría no estudia o deserta de la escuela por cumplir jornadas extenuantes de trabajo, como en la Ceda, donde 500 niños están en la carga, subasta, traslado o separación de basura.

Si bien hay avances en este sentido, como el aumento de 14 a 15 años en la legislación mexicana de la edad mínima para laborar, aún hay retos importantes que han de ser atendidos y sobre los que se debe trabajar de manera decidida.

JLP

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