El papa Francisco saludó hoy en el Vaticano a doña María Herrera Magdaleno, originaria de Pajacuarán, Michoacán, madre de ocho hijos, de los cuales cuatro permanecen desaparecidos desde hace más de una década.
Sus hijos Jesús Salvador y Raúl Trujillo Herrera desaparecieron en Guerrero el 28 agosto de 2008 y Luis Armando y Gustavo Trujillo Herrera en Veracruz el 22 septiembre de 2010.
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La mujer, que tiene años buscando a sus hijos, recibió la bendición del jerarca católico, a quien le entregó una carta en el contexto de la crisis de personas desaparecidas en México, informó la provincia mexicana de la Compañía de Jesús.
En el escrito le solicita rezar por las madres buscadoras y que llame a “nuestro gobierno a buscar a los desaparecidos y a detener la violencia”, además le pidió a los pastores mayor acompañamiento ante esta situación y a la sociedad ser “más empática con nuestro dolor”.
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro detalló que el encuentro ocurre en el contexto de que México ha llegado a más de 100 mil personas desaparecidas, de acuerdo con cifras oficiales.
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En representación de miles de familias mexicanas, María Herrera, fundadora de la Red de Enlaces Nacionales, que articula a colectivos de familias de personas desaparecidas en todo el país, en su misiva entregó información sobre esta dolorosa realidad, así como sobre el rezago forense de los más de 50 mil cuerpos y restos sin identificar.
“El Santo Padre bendijo, en la persona de la señora Herrera, a todas las madres y familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos”, informó el organismo Jesuitas en México.
El encuentro constituye un llamado a los gobiernos a buscar a todas las personas desaparecidas, identificar a quienes aún no han recibido digna sepultura por la crisis forense y a adoptar políticas públicas efectivas para reducir la violencia.
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También es una invitación a las iglesias, comunidades de fe y a la sociedad a desarrollar mayor empatía con las víctimas de la violencia.
Acompañaron a doña María Herrera Magdaleno representantes de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
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