/ viernes 21 de enero de 2022

Pobreza alimentaria condena a 2 de cada 10 mexicanos al hambre: ANPEC

Las familias destinan hasta del 85% de su ingreso exclusivamente a la compra de alimentos

Las familias destinan hasta del 85% de su ingreso exclusivamente a la compra de alimentos, cada vez en menor cantidad y calidad, lo que ha provocado un empobrecimiento social alimentario por el que 2 de cada 10 mexicanos ya padecen hambre.

Así lo manifestó, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) al señalar que el consumo privado registra una caída de 40%, debido a la escalada inflacionaria en los precios de los productos básicos.

Foto: Rogelio Tinoco

“Estamos arrancando un año inflacionario, en el que el costo de la canasta básica acumuló en 2021 un incremento de 20% en promedio y, en el que todavía no se ha podido cuantificar el impacto en el mercado que tendrá la cuarta ola de Covid-19 provocada por la variante Ómicron”, apuntó Rivera.

“Son los hogares más pobres los que gastan la mayor parte de su ingreso para la compra de alimentos y lamentablemente, 6 de cada 10 hogares en México están en esa condición”, indicó al señalar que actualmente, las familias están destinando al gasto alimentario diario más del 85% de sus ingresos.

De cada peso, las familias destinan 85 centavos a la compra de alimentos, lo que ha provocado un empobrecimiento alimentario, advirtió Rivera al explicar que: “la población ha tenido que abaratar el tipo de productos que consume y cancelar la proteína como es la carne o el huevo, por lo que 2 de cada 10 mexicanos ya están padeciendo hambre, ya sea porque comen dos veces o una vez al día o porque llegan a pasar 24 horas sin comer”.

Foto/Cuartoscuro María Martínez

“El poco dinero que tienen las familias lo están destinando para comer, dejando de lado otro tipo de gastos como son: educación, salud, transporte y pago de servicios”, indicó Cuauhtémoc Rivera.

A pesar de que las familias destinan cada vez mayor parte de su ingreso solo a la compra de alimentos, el cual hasta antes de la pandemia se estimaba en alrededor del 30 al 40% del ingreso, ese gasto es a todas luces insuficiente para cubrir de forma adecuada la necesidad alimentaria.

Cuauhtémoc Rivera reveló que a través de los distintos sondeos de mercado que realiza ANPEC de forma periódica entre empresarios de tiendas de abarrotes y amas de casa de las principales zonas metropolitanas del país, como es la Ciudad de México y Valle de México, se ha detectado que para hacer rendir el gasto, las familias recurren a medidas cada vez más extremas.

Foto: Cuartoscuro / Victoria Valtierra

Además de comprar menor cantidad de alimentos, migrar a productos de bajo valor proteico, de venta a granel, de bajo costo e incluso de menor calidad; ahora también se observa que al menos un integrante de la familia omite una o dos comidas al día, siendo por lo general la madre de familia.

“No se trata de estar a favor o en contra de un gobierno, porque el derecho a alimentarse, es un derecho humano. Punto. Y actualmente, muchas personas no están ejerciendo este derecho, porque hay insolvencia y los precios no dejan de subir”, declaró Cuauhtémoc Rivera en entrevista para LA PRENSA.

Advirtió que el crecimiento de la incertidumbre alimentaria puede poner en jaque el tejido social, problema que ha permeado prácticamente toda la geografía nacional, con distintas tonalidades en zonas metropolitanas que ocultan los cinturones de marginación.

Cuauhtémoc Rivera puso el ejemplo del precio de la tortilla que al inicio de la actual administración costaba entre 10.50 y 11.50, pero que actualmente fluctúa, entre 18 y 20 pesos, con picos de hasta 27 y 28 pesos en zonas de la frontera norte del país.

Cuartoscuro

“El incremento de precios se están dando en todos lados, con picos más pronunciados en algunas zonas del país”, comentó el presidente de ANPEC al considerar que ante la imposibilidad de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para salvaguardar los intereses de los consumidores, esa dependencia, debería desaparecer.

Recordó a los que defienden que los precios de los productos se mueven libremente por la oferta y demanda del mercado, que lamentablemente, el mercado atraviesa por una distorsión, debido a que la demanda se ha deprimido por la pérdida de poder adquisitivo e ingresos de los consumidores provocada por el desempleo.

Foto: Cuartoscuro

Al advertir que hasta ahora no se ve ningún dato duro que indique que la economía se va a reactivar, Rivera señaló que la población no trae dinero y lo poco que tiene solo le alcanza para comprar alimentos, cada vez más baratas y de menor calidad.

“El aumento salarial de 40 pesos ya es historia porque la inflación de enero ya lo trituró”, apuntó Rivera al estimar que la llamada cuesta de enero se prolongará hasta marzo, aunque algunos señalan que podría durar hasta junio.

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Las familias destinan hasta del 85% de su ingreso exclusivamente a la compra de alimentos, cada vez en menor cantidad y calidad, lo que ha provocado un empobrecimiento social alimentario por el que 2 de cada 10 mexicanos ya padecen hambre.

Así lo manifestó, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) al señalar que el consumo privado registra una caída de 40%, debido a la escalada inflacionaria en los precios de los productos básicos.

Foto: Rogelio Tinoco

“Estamos arrancando un año inflacionario, en el que el costo de la canasta básica acumuló en 2021 un incremento de 20% en promedio y, en el que todavía no se ha podido cuantificar el impacto en el mercado que tendrá la cuarta ola de Covid-19 provocada por la variante Ómicron”, apuntó Rivera.

“Son los hogares más pobres los que gastan la mayor parte de su ingreso para la compra de alimentos y lamentablemente, 6 de cada 10 hogares en México están en esa condición”, indicó al señalar que actualmente, las familias están destinando al gasto alimentario diario más del 85% de sus ingresos.

De cada peso, las familias destinan 85 centavos a la compra de alimentos, lo que ha provocado un empobrecimiento alimentario, advirtió Rivera al explicar que: “la población ha tenido que abaratar el tipo de productos que consume y cancelar la proteína como es la carne o el huevo, por lo que 2 de cada 10 mexicanos ya están padeciendo hambre, ya sea porque comen dos veces o una vez al día o porque llegan a pasar 24 horas sin comer”.

Foto/Cuartoscuro María Martínez

“El poco dinero que tienen las familias lo están destinando para comer, dejando de lado otro tipo de gastos como son: educación, salud, transporte y pago de servicios”, indicó Cuauhtémoc Rivera.

A pesar de que las familias destinan cada vez mayor parte de su ingreso solo a la compra de alimentos, el cual hasta antes de la pandemia se estimaba en alrededor del 30 al 40% del ingreso, ese gasto es a todas luces insuficiente para cubrir de forma adecuada la necesidad alimentaria.

Cuauhtémoc Rivera reveló que a través de los distintos sondeos de mercado que realiza ANPEC de forma periódica entre empresarios de tiendas de abarrotes y amas de casa de las principales zonas metropolitanas del país, como es la Ciudad de México y Valle de México, se ha detectado que para hacer rendir el gasto, las familias recurren a medidas cada vez más extremas.

Foto: Cuartoscuro / Victoria Valtierra

Además de comprar menor cantidad de alimentos, migrar a productos de bajo valor proteico, de venta a granel, de bajo costo e incluso de menor calidad; ahora también se observa que al menos un integrante de la familia omite una o dos comidas al día, siendo por lo general la madre de familia.

“No se trata de estar a favor o en contra de un gobierno, porque el derecho a alimentarse, es un derecho humano. Punto. Y actualmente, muchas personas no están ejerciendo este derecho, porque hay insolvencia y los precios no dejan de subir”, declaró Cuauhtémoc Rivera en entrevista para LA PRENSA.

Advirtió que el crecimiento de la incertidumbre alimentaria puede poner en jaque el tejido social, problema que ha permeado prácticamente toda la geografía nacional, con distintas tonalidades en zonas metropolitanas que ocultan los cinturones de marginación.

Cuauhtémoc Rivera puso el ejemplo del precio de la tortilla que al inicio de la actual administración costaba entre 10.50 y 11.50, pero que actualmente fluctúa, entre 18 y 20 pesos, con picos de hasta 27 y 28 pesos en zonas de la frontera norte del país.

Cuartoscuro

“El incremento de precios se están dando en todos lados, con picos más pronunciados en algunas zonas del país”, comentó el presidente de ANPEC al considerar que ante la imposibilidad de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para salvaguardar los intereses de los consumidores, esa dependencia, debería desaparecer.

Recordó a los que defienden que los precios de los productos se mueven libremente por la oferta y demanda del mercado, que lamentablemente, el mercado atraviesa por una distorsión, debido a que la demanda se ha deprimido por la pérdida de poder adquisitivo e ingresos de los consumidores provocada por el desempleo.

Foto: Cuartoscuro

Al advertir que hasta ahora no se ve ningún dato duro que indique que la economía se va a reactivar, Rivera señaló que la población no trae dinero y lo poco que tiene solo le alcanza para comprar alimentos, cada vez más baratas y de menor calidad.

“El aumento salarial de 40 pesos ya es historia porque la inflación de enero ya lo trituró”, apuntó Rivera al estimar que la llamada cuesta de enero se prolongará hasta marzo, aunque algunos señalan que podría durar hasta junio.

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