/ martes 12 de noviembre de 2019

Los carteros, un personaje muy querido por el pueblo mexicano, en extinción

En la CDMX solo quedan 1008 carteros.

En la ciudad de México hay 1008 carteros, hace 3 años eran 1328


Recorren las calles repartiendo correspondencia o paquetería, pero en ocasiones son agredidos por los perros.

Hay un personaje de la vida cotidiana, muy querido por el pueblo mexicano: los carteros. Ellos, en motocicleta, bicicleta o a pie recorren las calles de las ciudades y las zonas rurales; sin importar las inclemencias del tiempo, para llevar un mensaje epistolar, a veces de alegría, otros de tristeza o esperanza.

El correo mantiene un gran arraigo e identidad con el público en general. Pero a la fecha, le hacen falta trabajadores. Cifras del Sindicato Nacional de Trabajadores del Servicio Postal Mexicano señalan que cuenta con una planilla de 14,218, de los cuales 7,819 son carteros. En la ciudad de México se ubican 1008; en Guadalajara 368, en Nuevo León 272 y en Veracruz, 295. Aunque en el 2016, eran 1328 carteros en la capital mexicana.

Pese a su importancia, estos servidores públicos perciben salarios bajos y, en ocasiones, tiene que lidiar con perros que los quieren morder o bien con delincuentes que los asaltan.

El 12 de noviembre se celebra el Día del Cartero y del Empleado Postal, conmemoración que data desde 1931, la cual se debe al coronel Luis G. Franco. Pero fue hasta 1947 cuando el correo mexicano emitió, por primera vez, una estampilla dedicada al cartero.

Los carteros, portadores de buenas y malas noticias, luchan por sobrevivir; ante el desmesurado crecimiento del Internet, correos electrónicos y de las empresas de mensajería. La organización sindical informó que ha disminuido en un 60 por ciento, el envío de cartas personales, por los factores antes mencionados.

Foto: Sergio Vázquez

En una visita al Palacio Postal, LA PRENSA platicó con Gabriela Vega Rodríguez, cartera desde hace casi 10 años. Esta joven anda en su triciclo recorriendo las calles del centro para entregar correspondencia. A ella, le gustó el oficio, ya que dijo, porque su familia es prácticamente postal, tienen primos carteros en Guanajuato y la Ciudad de México. “Me dijeron lo noble del oficio, por lo que hice mi solicitud y tuve la oportunidad de ingresar al centro masivo, Benito Juárez, y luego la mandaron a otra oficina”.

Gaby describió un día de su trabajo. Llega por la mañana, a realizar una distribución, una separación y clasificación de calles, de la zona centro, de ahí lo parte para cada ruta que va de la 1 a la 19. “Yo soy de la ruta 5 y hace su separación por calles y luego lo hace numéricamente, para que sea más fácil el recorrido”.

“A veces nos trasladamos de una ruta a otra, porque siempre hay que cubrir a alguien, porque está de vacaciones”, agregó. Hace 500 paradas por día. A las 10.30 comienza su reparto de correspondencia y termina cerca de las 4 de la tarde, ya que hace entrega de piezas registradas.

Lo único que no le gusta son los perros que les ladran y en ocasiones los agreden, “que luego les meten una corretiza”, indicó esta joven cartera de 34 años y madre de dos niñas. Además, como su labor la realiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, tiene que batallar con la gran cantidad de puestos que invaden las calles y complican la movilidad de su triciclo.

Hay calles complicadas como la zona roja de Circunvalación, "que pudiera decirse son peligrosos, pero la verdad el uniforme nos respalda, a mi no me han faltado al respeto ni me han asaltado, la bicicleta la dejó con los locatarios y ellos la cuidan, me llevo bien con la gente", señaló.

“Yo reparto recibos de luz, notificaciones de bancos, de teléfonos de México, pero a la fecha ha crecido la paquetería que se pide por internet, es una herramienta que cómo correos no han beneficiado muchísimo… en la zona centro, los comerciantes piden cosas del extranjero”.

Foto: Sergio Vázquez

Si bien, comentó Gaby Vega que la gente ha dejado de escribir cartas... “yo de los hoteles recojo muchas postales, de extranjeros que en los buzones deja postales para sus familias”. Por lo que invitó al público a no dejar de redactar una carta, y enseñarles a sus hijos. “Yo a una de mis hijas le envió cartas y les da mucha emoción recibirlas”.

Aunque los carteros son trabajadores que cumplen con una función primordial dentro de la vida diaria, en los últimos años, han visto disminuir su trabajo, debido al crecimiento desmesurado de empresas de mensajería que representan una competencia desleal para el servicio postal mexicano.

Jorge Franco Patiño es cartero desde hace 24 años. Tiene 54 años y nació en la ciudad de México. Estuvo un año de auxiliar; ingreso a un centro operativo al levantamiento de archivo muerto que ahora es Naranjo; posteriormente regresó a dirección y se le presentó la oportunidad de ser cartero.

Ha cubierto 3 cuartas partes del Centro Histórico; hasta Garibaldi, Anillo de Circunvalación. Por día reparte entre 350 y 500 piezas. A la fecha lleva la ruta 14 que comprende Corregidora, Circunvalación y calle aledañas. “Cada parada se dejan entre 2 o 3 cartas.

Reparte recibos de la CFE, estados de cuenta de bancos, recibos de Telmex y otras propagandas de tienda, se entregan de manera particular o a buzones comunitarios, paquetes ordinarios o registrados.

Sale de Palacio Postal, por la mañana y hace un recorrido de poco más de 15 calles, hace paradas continuas o esporádicas, depende el tipo de correspondencia; hace poco más de 300 paradas.

Foto: Sergio Vázquez

Como la mayoría de los carteros, don Jorge se cuida de los perros, quizá les molesta mucho el silbato que utilizamos para anunciar nuestra llegada. Narró que una vez cargado su valija, sale el perro corriendo y le ponen la mochila para que la muerda.

Carga de 12 a 15 kilos, ya no tienen bicicleta ya que se la robaron. Orgulloso comenta que el trabajo de cartero es muy bonito. "Tienen un alto grado de servicio. Y muchas personas los trata bien y les invita un refresco o a comer".

Aunque lamentó que en muchas ocasiones, los muerden los perros y sufren saltos en zonas de alto grado de delincuencia.

Franco Patiño narró una anécdota que lo conmovió. “Cuando yo repartía en la ruta 34, por Garibaldi, en la Calle de Paraguay una señora siempre esperaba tarjetas de sus hijos y cartas, ya se habían tardado y el día que le llegaron estaba muy contenta porque sus hijos le enviaban un dinerito, de agradecimiento le invitó un refresco y una manzana, en señal de agradecimiento”.

Por separado, el líder del Sindicato del Servicio Postal Mexicano, Manuel Fermín Acevedo González comentó que las empresas de correspondencia privada, les comen el mandado, ya que la infraestructura de Sepomex es obsoleta.

Foto: Sergio Vázquez

"No tenemos la tecnología, no tenemos los vehículos, no tenemos aviones que en muchas ocasiones tienen las empresas trasnacionales. Dijo que muchas de estas empresas laboran de manera ilegal, están amparadas.

El líder del SNTSEPOMEX citó que la estructura y volumen de piezas trabajadas es el siguiente: oficinas con atención al público: 1422; volumen de piezas: 230,671.188; rutas terrestres 1,680 y rumbos de reparto 7,859.

En la ciudad de México hay 1008 carteros, hace 3 años eran 1328


Recorren las calles repartiendo correspondencia o paquetería, pero en ocasiones son agredidos por los perros.

Hay un personaje de la vida cotidiana, muy querido por el pueblo mexicano: los carteros. Ellos, en motocicleta, bicicleta o a pie recorren las calles de las ciudades y las zonas rurales; sin importar las inclemencias del tiempo, para llevar un mensaje epistolar, a veces de alegría, otros de tristeza o esperanza.

El correo mantiene un gran arraigo e identidad con el público en general. Pero a la fecha, le hacen falta trabajadores. Cifras del Sindicato Nacional de Trabajadores del Servicio Postal Mexicano señalan que cuenta con una planilla de 14,218, de los cuales 7,819 son carteros. En la ciudad de México se ubican 1008; en Guadalajara 368, en Nuevo León 272 y en Veracruz, 295. Aunque en el 2016, eran 1328 carteros en la capital mexicana.

Pese a su importancia, estos servidores públicos perciben salarios bajos y, en ocasiones, tiene que lidiar con perros que los quieren morder o bien con delincuentes que los asaltan.

El 12 de noviembre se celebra el Día del Cartero y del Empleado Postal, conmemoración que data desde 1931, la cual se debe al coronel Luis G. Franco. Pero fue hasta 1947 cuando el correo mexicano emitió, por primera vez, una estampilla dedicada al cartero.

Los carteros, portadores de buenas y malas noticias, luchan por sobrevivir; ante el desmesurado crecimiento del Internet, correos electrónicos y de las empresas de mensajería. La organización sindical informó que ha disminuido en un 60 por ciento, el envío de cartas personales, por los factores antes mencionados.

Foto: Sergio Vázquez

En una visita al Palacio Postal, LA PRENSA platicó con Gabriela Vega Rodríguez, cartera desde hace casi 10 años. Esta joven anda en su triciclo recorriendo las calles del centro para entregar correspondencia. A ella, le gustó el oficio, ya que dijo, porque su familia es prácticamente postal, tienen primos carteros en Guanajuato y la Ciudad de México. “Me dijeron lo noble del oficio, por lo que hice mi solicitud y tuve la oportunidad de ingresar al centro masivo, Benito Juárez, y luego la mandaron a otra oficina”.

Gaby describió un día de su trabajo. Llega por la mañana, a realizar una distribución, una separación y clasificación de calles, de la zona centro, de ahí lo parte para cada ruta que va de la 1 a la 19. “Yo soy de la ruta 5 y hace su separación por calles y luego lo hace numéricamente, para que sea más fácil el recorrido”.

“A veces nos trasladamos de una ruta a otra, porque siempre hay que cubrir a alguien, porque está de vacaciones”, agregó. Hace 500 paradas por día. A las 10.30 comienza su reparto de correspondencia y termina cerca de las 4 de la tarde, ya que hace entrega de piezas registradas.

Lo único que no le gusta son los perros que les ladran y en ocasiones los agreden, “que luego les meten una corretiza”, indicó esta joven cartera de 34 años y madre de dos niñas. Además, como su labor la realiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, tiene que batallar con la gran cantidad de puestos que invaden las calles y complican la movilidad de su triciclo.

Hay calles complicadas como la zona roja de Circunvalación, "que pudiera decirse son peligrosos, pero la verdad el uniforme nos respalda, a mi no me han faltado al respeto ni me han asaltado, la bicicleta la dejó con los locatarios y ellos la cuidan, me llevo bien con la gente", señaló.

“Yo reparto recibos de luz, notificaciones de bancos, de teléfonos de México, pero a la fecha ha crecido la paquetería que se pide por internet, es una herramienta que cómo correos no han beneficiado muchísimo… en la zona centro, los comerciantes piden cosas del extranjero”.

Foto: Sergio Vázquez

Si bien, comentó Gaby Vega que la gente ha dejado de escribir cartas... “yo de los hoteles recojo muchas postales, de extranjeros que en los buzones deja postales para sus familias”. Por lo que invitó al público a no dejar de redactar una carta, y enseñarles a sus hijos. “Yo a una de mis hijas le envió cartas y les da mucha emoción recibirlas”.

Aunque los carteros son trabajadores que cumplen con una función primordial dentro de la vida diaria, en los últimos años, han visto disminuir su trabajo, debido al crecimiento desmesurado de empresas de mensajería que representan una competencia desleal para el servicio postal mexicano.

Jorge Franco Patiño es cartero desde hace 24 años. Tiene 54 años y nació en la ciudad de México. Estuvo un año de auxiliar; ingreso a un centro operativo al levantamiento de archivo muerto que ahora es Naranjo; posteriormente regresó a dirección y se le presentó la oportunidad de ser cartero.

Ha cubierto 3 cuartas partes del Centro Histórico; hasta Garibaldi, Anillo de Circunvalación. Por día reparte entre 350 y 500 piezas. A la fecha lleva la ruta 14 que comprende Corregidora, Circunvalación y calle aledañas. “Cada parada se dejan entre 2 o 3 cartas.

Reparte recibos de la CFE, estados de cuenta de bancos, recibos de Telmex y otras propagandas de tienda, se entregan de manera particular o a buzones comunitarios, paquetes ordinarios o registrados.

Sale de Palacio Postal, por la mañana y hace un recorrido de poco más de 15 calles, hace paradas continuas o esporádicas, depende el tipo de correspondencia; hace poco más de 300 paradas.

Foto: Sergio Vázquez

Como la mayoría de los carteros, don Jorge se cuida de los perros, quizá les molesta mucho el silbato que utilizamos para anunciar nuestra llegada. Narró que una vez cargado su valija, sale el perro corriendo y le ponen la mochila para que la muerda.

Carga de 12 a 15 kilos, ya no tienen bicicleta ya que se la robaron. Orgulloso comenta que el trabajo de cartero es muy bonito. "Tienen un alto grado de servicio. Y muchas personas los trata bien y les invita un refresco o a comer".

Aunque lamentó que en muchas ocasiones, los muerden los perros y sufren saltos en zonas de alto grado de delincuencia.

Franco Patiño narró una anécdota que lo conmovió. “Cuando yo repartía en la ruta 34, por Garibaldi, en la Calle de Paraguay una señora siempre esperaba tarjetas de sus hijos y cartas, ya se habían tardado y el día que le llegaron estaba muy contenta porque sus hijos le enviaban un dinerito, de agradecimiento le invitó un refresco y una manzana, en señal de agradecimiento”.

Por separado, el líder del Sindicato del Servicio Postal Mexicano, Manuel Fermín Acevedo González comentó que las empresas de correspondencia privada, les comen el mandado, ya que la infraestructura de Sepomex es obsoleta.

Foto: Sergio Vázquez

"No tenemos la tecnología, no tenemos los vehículos, no tenemos aviones que en muchas ocasiones tienen las empresas trasnacionales. Dijo que muchas de estas empresas laboran de manera ilegal, están amparadas.

El líder del SNTSEPOMEX citó que la estructura y volumen de piezas trabajadas es el siguiente: oficinas con atención al público: 1422; volumen de piezas: 230,671.188; rutas terrestres 1,680 y rumbos de reparto 7,859.

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