/ martes 25 de enero de 2022

Fosas clandestinas con cuerpos no se encuentran a más de 800 mts de los caminos: investigador

El investigador José Luis Silván Cárdenas destacó la importancia del uso de la ciencia y la información geoespacial en la búsqueda de personas

Gracias al empleo de dispositivos electrónicos para hacer mapeos tridimensionales, se han encontraron fosas clandestinas con cuerpos de personas desaparecidas, muy cerca de los caminos, a no más de 800 metros, lo que quiere decir que cuesta mucho trabajo llevar a un individuo contra su voluntad a mucha distancia, aseguró el investigador José Luis Silván Cárdenas

Recordó que de acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación, el total de personas desaparecidas y no localizadas en el país es de 97 mil 098.

De esta cifra, agregó, 86 mil 911 son personas desaparecidas y 10 mil 187 no localizadas. “La única diferencia es que en un caso unos son desaparecidos forzados y los otros son voluntarios o no quieren ser localizados”, apuntó.

El experto destacó la importancia del uso de la ciencia y la información geoespacial en la búsqueda de personas, por lo que es necesario contar con un registro nacional de fosas clandestinas localizadas en el país, lo cual no se tiene en todas las entidades.

Al dictar la Conferencia: “Experiencias en el uso de sensores remotos en la búsqueda de fosas”, como parte del Módulo 4 del Diplomado Profesionalizante en materia de Búsqueda de Personas, desarrollado por CDHCM y la Comisión de Búsqueda de Personas de la capital, el especialista del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial A.C. (CentroGEO) puso como ejemplo de utilización, la búsqueda realizada de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero.

Resaltó que en zonas con accesibilidad y privacidad espacial hay más probabilidad de encontrar fosas con cuerpos de personas desaparecidas; a estos lugares, dijo, también se les denomina espacios clandestinos, los cuales son un atractivo para los perpetradores de crímenes.

Enfatizó que tres áreas de la ciencia y la tecnología geoespacial pueden aportar para la búsqueda forense: la documentación de sitio de hallazgo o búsqueda; la detección directa e indirecta de restos depositados en el medio ambiente mediante sensores remotos; y la prospección, que es averiguar en dónde es más probable que se encuentren cuerpos de personas.

El investigador comentó que “en el tema de documentación hemos hecho mapeos bidimensionales o tridimensionales de los sitios de interés; y en el caso de la prospección, hay dos modelos que hemos trabajado: los espaciales, para definir áreas de búsqueda, y los hidrológicos, para búsqueda de fragmentos en superficie”, subrayó.

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Silván Cárdenas resaltó que la ventaja de tener registros tridimensionales en la búsqueda de fosas clandestinas es que se pueden consultar en cualquier momento, incluso cuando se deforesta el área o se cambia, y se quiere regresar al pasado a ver cómo estaba la zona.

Explicó que la detección hiperespectral es promisoria, pero falta realizar más investigación en torno a la detección con sensores transportados por drones. “El modelo probabilístico es susceptible de replicarse en otras regiones del país, pero requiere de una base de datos de fosas descubiertas previamente con ubicación precisa y características físicas”, finalizó.

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Gracias al empleo de dispositivos electrónicos para hacer mapeos tridimensionales, se han encontraron fosas clandestinas con cuerpos de personas desaparecidas, muy cerca de los caminos, a no más de 800 metros, lo que quiere decir que cuesta mucho trabajo llevar a un individuo contra su voluntad a mucha distancia, aseguró el investigador José Luis Silván Cárdenas

Recordó que de acuerdo con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas de la Secretaría de Gobernación, el total de personas desaparecidas y no localizadas en el país es de 97 mil 098.

De esta cifra, agregó, 86 mil 911 son personas desaparecidas y 10 mil 187 no localizadas. “La única diferencia es que en un caso unos son desaparecidos forzados y los otros son voluntarios o no quieren ser localizados”, apuntó.

El experto destacó la importancia del uso de la ciencia y la información geoespacial en la búsqueda de personas, por lo que es necesario contar con un registro nacional de fosas clandestinas localizadas en el país, lo cual no se tiene en todas las entidades.

Al dictar la Conferencia: “Experiencias en el uso de sensores remotos en la búsqueda de fosas”, como parte del Módulo 4 del Diplomado Profesionalizante en materia de Búsqueda de Personas, desarrollado por CDHCM y la Comisión de Búsqueda de Personas de la capital, el especialista del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial A.C. (CentroGEO) puso como ejemplo de utilización, la búsqueda realizada de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero.

Resaltó que en zonas con accesibilidad y privacidad espacial hay más probabilidad de encontrar fosas con cuerpos de personas desaparecidas; a estos lugares, dijo, también se les denomina espacios clandestinos, los cuales son un atractivo para los perpetradores de crímenes.

Enfatizó que tres áreas de la ciencia y la tecnología geoespacial pueden aportar para la búsqueda forense: la documentación de sitio de hallazgo o búsqueda; la detección directa e indirecta de restos depositados en el medio ambiente mediante sensores remotos; y la prospección, que es averiguar en dónde es más probable que se encuentren cuerpos de personas.

El investigador comentó que “en el tema de documentación hemos hecho mapeos bidimensionales o tridimensionales de los sitios de interés; y en el caso de la prospección, hay dos modelos que hemos trabajado: los espaciales, para definir áreas de búsqueda, y los hidrológicos, para búsqueda de fragmentos en superficie”, subrayó.

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Silván Cárdenas resaltó que la ventaja de tener registros tridimensionales en la búsqueda de fosas clandestinas es que se pueden consultar en cualquier momento, incluso cuando se deforesta el área o se cambia, y se quiere regresar al pasado a ver cómo estaba la zona.

Explicó que la detección hiperespectral es promisoria, pero falta realizar más investigación en torno a la detección con sensores transportados por drones. “El modelo probabilístico es susceptible de replicarse en otras regiones del país, pero requiere de una base de datos de fosas descubiertas previamente con ubicación precisa y características físicas”, finalizó.

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