Al cumplirse el segundo aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora en Cerocahui, Chihuahua, la Compañía de Jesús recordó al presidente Andrés Manuel López Obrador que le quedó mucho a deber al pueblo de México en materia de justicia y derechos humanos. “Deja un país con mayor violencia estructural que lacera a esta nación”.
En una ceremonia religiosa concelebrada, con los sacerdotes jesuitas y el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, Francisco Javier Acero, en la homilía se señaló: “no podemos ser indiferentes ante la violencia que se vive en diversas partes del país”.
En la misa además de convocar a ser artesanos de la paz, el Provincial de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, Luis Gerardo Moro Madrid, pidió por las más de 100 mil familias que buscan a sus desaparecidos; por los mexicanos y la Compañía de Jesús que han enfrentado decenas de obstáculos para conseguir la justicia, desde lo jurídico, social y lo más lamentable es la situación perpetua de impunidad, como ocurre en el más del 96% de los casos en nuestro país, en dónde sólo 4 de cada 100 delitos son investigados.
Lo ocurrido hace dos años en la sierra de Chihuahua, agregó en su mensaje, movilizó a la iglesia y a la sociedad en búsqueda de caminos de paz, de justicia y reconciliación, y a partir del asesinato de los sacerdotes Javier y Joaquín y Pedro Pablo surgió el movimiento para buscar el diálogo nacional por la paz. El cual firmaron las candidatas, el candidato a la presidencia y demás aspirantes a puesto de elección popular, en las pasadas elecciones.
La Compañía de Jesús se comprometió a estar atento a los clamores más apremiantes de la sociedad, no son ajenos al dolor, no cierran los ojos ante el desplazamiento de miles de familias, como lo que sucede en Tila. En Frontera Comalapa es una tierra sin ley. Es tiempo de trabajar más por el diálogo por la paz y “sentarnos todos juntos sin diferencias”.
Inauguran Mural Memoria Cerocahui
Al término de la misa, en el atrio de la parroquia de la Sagrada Familia, en la colonia Roma Norte, se develó el mural denominado “Memoria Cerocahui” realizado por la artista y activista Polly Jiménez.
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El mural fue develado por el obispo auxiliar de la arquidiócesis Primada de México, Francisco Javier Acero, quien mencionó que cada vez que las personas pasen por la parroquia de la Sagrada Familia en la calle de Orizaba se acordarán de los sacerdotes Javier y Joaquín, víctimas de la violencia, por lo que debemos recordar que los mexicanos deben ser artesanos de la paz.
Así como el padre Jorge Atilano, quien recordó que estos dos últimos años se han puesto diferentes iniciativas, se ha visto la importancia de construir un diálogo de paz, si bien se necesitarán varios años, es tiempo de trabajar por tener un México en paz.
El párroco de la Sagrada Familia, Gonzalo Rosas, también convocó al pueblo de México a trabajar en el camino de construcción de paz y reconciliación.
Ayer también se lanzó el cortometraje Yawimé: Las huellas de Javier y Joaquín, producido por integrantes de la congregación de la Tarahumara y las fundaciones Loyola y Sertull.
En la filmación, habitantes del poblado, que conocieron a los religiosos describieron lo vivido con ellos, sobre todo la cercanía y amistad, y algunos de sus colegas presbíteros hablan de la entrega de los clérigos, pese a las situaciones de violencia que se presentaban en esa zona de la Sierra Tarahumara.
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