/ lunes 8 de febrero de 2021

“Ya no resistimos más", Transportistas exigen que suba el pasaje a 9 pesos

Advirtieron que la situación económica que atraviesan los tiene con un alto riesgo de dejar a la capital sin servicio

Al manifestar que la tarifa del transporte público concesionado en la Ciudad de México registra un rezago de 26 años, integrantes de la organización Fuerza Amplia de Transportistas, exigieron al gobierno capitalino un inmediato ajuste al pasaje de microbuses, autobuses y de las unidades tipo Van, para situarlo en cuando menos 9 pesos porque “ya no resistimos más la crisis económica”.

Indicaron que esa tarifa representa el promedio de la tarifa que se viene aplicando en otras entidades del país, por lo que manifestaron que sólo un aumento de este nivel podrá salvar al transporte público de la insolvencia económica que afecta a la metrópoli.

Por ello, hicieron un llamado a la sensibilidad de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbuam porque “desde 1994 a la fecha, el combustible se incrementó 1,381%, el valor de las unidades 1,844%”.

En un documento entregado vía electrónica el pasado día 22 de enero, los transportistas solicitaron la urgente revisión y autorización de un incremento emergente a la tarifa del transporte público concesionado.

Aseveraron que desde el año pasado se acordó que era necesario un incremento al pasaje y la condonación de varios derechos establecidos en el Código Fiscal de la Ciudad de México para este 2021.

Advirtieron que la situación económica que atraviesan los tiene al borde del colapso y con un alto riesgo de dejar a la capital sin el servicio.

En el documento, los dirigentes del sector, Nicolás Vásquez Figueroa (vocero), Francisco Carrasco Rodríguez, José Luis Tenorio Padilla, Enrique Hernández Aguilar y Pedro Chávez Hernández, alertaron que es impostergable el ajuste tarifario; “es una necesidad que puede marcar la diferencia entre que sigamos prestando el servicio de transporte, o que como gremio suframos un colapso y tengamos que dejar de prestar el servicio por falta de recursos para el mínimo mantenimiento y la carga de combustible para nuestras unidades”.

También demandaron contemplar un apoyo para las empresas de Metrobús, pues de igual manera han visto disminuidos sus ingresos por la disminución del kilometraje programado debido a la pandemia de Covid-19, una merma en los ingresos de las empresas, que va de 25% y hasta 50% en promedio, con la obligatoriedad de mantener la plantilla de trabajadores y la carga social”.

Subrayaron que desde el año pasado los transportistas integrados a la FAT solicitaron un incremento progresivo a la tarifa para lograr un precio justo que al menos los equiparara a los 9:15 pesos, ya que han sido fuertemente afectados no sólo por la pandemia, sino los últimos 26 años por las políticas públicas de los diferentes gobiernos de esta ciudad capital del país.

En los primeros días de diciembre del año pasado, la jefa de gobierno realizó un reconocimiento tácito a la necesidad de los transportistas de obtener una tarifa justa, al decir: “Este año (2020) se les dio un subsidio de 4,000 y hasta 6,000 pesos en algunos casos, al mes, para evitar el incremento a la tarifa”.

Tras el reconocimiento de que es necesario el incremento a la tarifa, agregó: “Se va a entablar pláticas con ellos por parte del secretario del Movilidad y lo que estamos buscando es que lleguen a un buen acuerdo con la Secretaría de Movilidad”, sin embargo, expresan los concesionarios, hasta el momento actual ni Andrés Lajous ni alguno otro de los funcionarios de la Semovi ha tocado el tema y cuando los concesionarios lo hacen, se los evade.

De hecho, ese ajuste ya estaba programado porque como parte de la negociación para que los transportistas no se manifestaran el 19 de febrero del año pasado, les ofrecieron un bono de transporte por cinco meses y atender el tema de la tarifa al finalizar el periodo pactado. Sin embargo, se vino el cierre de actividades no esenciales por la pandemia y el tema quedó en el olvido para los funcionarios del gobierno, más no para los prestadores del servicio de transporte público concesionado de pasajeros.

Los transportistas recordaron que en 1994 la tarifa tenía un costo de 2.50 pesos y ahora, 27 años después cuesta 5 pesos. Es decir, se incrementó apenas 100%, mientras el precio del combustible ese año era de 1.35 pesos y hoy fluctúa en los 20 pesos. Es decir, se incrementó alrededor de 1,381 por ciento. Otro dato importante es el de la inversión en un microbús, el cual en 1993 costaba alrededor de 90 mil pesos y hoy el costo de un autobús en las condiciones señaladas por la Secretaría de Movilidad es de 1 millón 750 mil pesos. Es decir, 1,844% el incremento.

Al manifestar que la tarifa del transporte público concesionado en la Ciudad de México registra un rezago de 26 años, integrantes de la organización Fuerza Amplia de Transportistas, exigieron al gobierno capitalino un inmediato ajuste al pasaje de microbuses, autobuses y de las unidades tipo Van, para situarlo en cuando menos 9 pesos porque “ya no resistimos más la crisis económica”.

Indicaron que esa tarifa representa el promedio de la tarifa que se viene aplicando en otras entidades del país, por lo que manifestaron que sólo un aumento de este nivel podrá salvar al transporte público de la insolvencia económica que afecta a la metrópoli.

Por ello, hicieron un llamado a la sensibilidad de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbuam porque “desde 1994 a la fecha, el combustible se incrementó 1,381%, el valor de las unidades 1,844%”.

En un documento entregado vía electrónica el pasado día 22 de enero, los transportistas solicitaron la urgente revisión y autorización de un incremento emergente a la tarifa del transporte público concesionado.

Aseveraron que desde el año pasado se acordó que era necesario un incremento al pasaje y la condonación de varios derechos establecidos en el Código Fiscal de la Ciudad de México para este 2021.

Advirtieron que la situación económica que atraviesan los tiene al borde del colapso y con un alto riesgo de dejar a la capital sin el servicio.

En el documento, los dirigentes del sector, Nicolás Vásquez Figueroa (vocero), Francisco Carrasco Rodríguez, José Luis Tenorio Padilla, Enrique Hernández Aguilar y Pedro Chávez Hernández, alertaron que es impostergable el ajuste tarifario; “es una necesidad que puede marcar la diferencia entre que sigamos prestando el servicio de transporte, o que como gremio suframos un colapso y tengamos que dejar de prestar el servicio por falta de recursos para el mínimo mantenimiento y la carga de combustible para nuestras unidades”.

También demandaron contemplar un apoyo para las empresas de Metrobús, pues de igual manera han visto disminuidos sus ingresos por la disminución del kilometraje programado debido a la pandemia de Covid-19, una merma en los ingresos de las empresas, que va de 25% y hasta 50% en promedio, con la obligatoriedad de mantener la plantilla de trabajadores y la carga social”.

Subrayaron que desde el año pasado los transportistas integrados a la FAT solicitaron un incremento progresivo a la tarifa para lograr un precio justo que al menos los equiparara a los 9:15 pesos, ya que han sido fuertemente afectados no sólo por la pandemia, sino los últimos 26 años por las políticas públicas de los diferentes gobiernos de esta ciudad capital del país.

En los primeros días de diciembre del año pasado, la jefa de gobierno realizó un reconocimiento tácito a la necesidad de los transportistas de obtener una tarifa justa, al decir: “Este año (2020) se les dio un subsidio de 4,000 y hasta 6,000 pesos en algunos casos, al mes, para evitar el incremento a la tarifa”.

Tras el reconocimiento de que es necesario el incremento a la tarifa, agregó: “Se va a entablar pláticas con ellos por parte del secretario del Movilidad y lo que estamos buscando es que lleguen a un buen acuerdo con la Secretaría de Movilidad”, sin embargo, expresan los concesionarios, hasta el momento actual ni Andrés Lajous ni alguno otro de los funcionarios de la Semovi ha tocado el tema y cuando los concesionarios lo hacen, se los evade.

De hecho, ese ajuste ya estaba programado porque como parte de la negociación para que los transportistas no se manifestaran el 19 de febrero del año pasado, les ofrecieron un bono de transporte por cinco meses y atender el tema de la tarifa al finalizar el periodo pactado. Sin embargo, se vino el cierre de actividades no esenciales por la pandemia y el tema quedó en el olvido para los funcionarios del gobierno, más no para los prestadores del servicio de transporte público concesionado de pasajeros.

Los transportistas recordaron que en 1994 la tarifa tenía un costo de 2.50 pesos y ahora, 27 años después cuesta 5 pesos. Es decir, se incrementó apenas 100%, mientras el precio del combustible ese año era de 1.35 pesos y hoy fluctúa en los 20 pesos. Es decir, se incrementó alrededor de 1,381 por ciento. Otro dato importante es el de la inversión en un microbús, el cual en 1993 costaba alrededor de 90 mil pesos y hoy el costo de un autobús en las condiciones señaladas por la Secretaría de Movilidad es de 1 millón 750 mil pesos. Es decir, 1,844% el incremento.

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