/ martes 20 de julio de 2021

Recurrentes, devastaciones por lluvias en Edomex

Tormentas azotan y alcaldes siguen omisos; catástrofe para familias que lo pierden todo

Como un llamado opcional quedó el exhorto hecho por autoridades federales y estatales a los municipios del Estado de México para que tomaran acciones frente a los riesgos por la actual temporada de lluvias.

Desde la primera quincena de mayo del presente año, la Coordinación General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, así como la Comisión Nacional del Agua y el gobierno mexiquense instaron a los ayuntamientos a tomar previsiones para evitar al máximo las afectaciones por las precipitaciones pluviales.

Sin embargo, los drásticos daños dejados por los aguaceros el mes pasado dieron cuenta que las administraciones municipales siguieron y han seguido con las inercias de la gestión gubernamental, sin concretar planes que puedan contrarrestar los impactos de las tormentas.

De acuerdo con autoridades federales, la temporada de lluvias del presente año inició oficialmente el pasado 15 de mayo y se prevé que termine hasta noviembre, siendo los meses de agosto y septiembre los que aún representan focos rojos por los pronósticos de aguaceros.

Pero no solo existe la advertencia de más precipitaciones pluviales, sino que éstas serán cuando menos 15% mayores a las registradas en 2020. La Comisión Nacional del Agua alertó desde mayo pasado que se prevé, de igual manera, una temporada de ciclones mucho más fuerte que la del año pasado.

Ante tal panorama, en ese mismo mes, el gobierno estatal, en coordinación con instancias federales, convocaron a los ayuntamientos a poner en marcha los protocolos de atención y las medidas necesarias para hacer frente a los retos de la temporada de lluvias.

Las tormentas que pegaron en el Valle de México particularmente el 22 de junio y el 5 de julio reflejaron que no hubo eco ante los exhortos para que los gobiernos municipales tomaran previsiones, debido a que quedaron rebasados por los estragos y las afectaciones en cientos de viviendas.

Días antes de estos desastres, el 16 de mayo, la secretaría general de gobierno del Estado de México, a cargo de Ernesto Nemer Álvarez, pidió a las 125 alcaldías instalar sus respectivos consejos municipales de protección civil y su comité municipal de emergencias.

La intención, se dijo en ese momento, fue adoptar las medidas preventivas y de coordinación vitales para atender con oportunidad a la población ante cualquier contingencia ocasionada por la temporada de lluvias.

No obstante, de nueva cuenta el evento quedó en mero formalismo institucional, sin respuesta concreta por parte de las administraciones locales, que aun cuando aseguran efectuar las acciones para aminorar los impactos de los aguaceros, la realidad terminó por rebasarlos.

Foto Cortesía

Omisión en recomendaciones

Las autoridades estatales emitieron en mayo recomendaciones para los ayuntamientos, solicitando, entre otras cosas, identificar zonas y población en alto riesgo.

El propósito de gestionar las medidas de mitigación pertinentes en favor de las familias mexiquenses no se cumplió.

En un oficio, Ernesto Nemer Álvarez solicitó a los alcaldes invitar a la población, a través de campañas de comunicación social, para que se mantuvieran al tanto de la información emitida por fuentes oficiales.

Asimismo, se convocó a reforzar recorridos de reconocimiento semanales para verificar y realizar, en su caso, la limpieza y desazolve de cauces y cuerpos de agua, actualizar permanentemente su atlas municipal de riesgos, realizar el diagnóstico de la capacidad de respuesta del municipio, recursos humanos y materiales, y conformar grupos de ayuda mutua.

De igual forma, recomendó identificar y revisar inmuebles susceptibles de habilitar como refugios temporales con equipamiento básico e identificación de responsables y suplentes, así como sus medios de comunicación.

Sin embargo, las escenas divulgadas a través de redes sociales como Facebook y Twitter, de manera inmediata, casi al momento en que sucedían, daban cuenta que el exhorto quedó solo plasmado en el oficio respectivo, con un respectivo acuse que terminó siendo mudo testigo de la falta de compromiso de las autoridades municipales.

Foto Luis Barrera

La cultura reactiva

Ante la furia de la naturaleza y la incapacidad de las autoridades por privilegiar las acciones preventivas, fueron necesarias una vez más las medidas reactivas -sobre la marcha- para enfrentar la emergencia causada por las lluvias.

Un día después de la tormenta que azotó al Valle de México el pasado 5 de julio, los tres niveles de gobierno desplegaron operativos con la participación de servidores públicos de al menos 19 dependencias en municipios como Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Zumpango y Zinacantepec.

En un mensaje a través de sus redes sociales, el secretario general de gobierno mexiquense, Ernesto Demer, detalló que se requirió la inmediata entrega de apoyos para los damnificados, así como la limpieza de calles y avenidas anegadas, con ayuda de equipo especializado para abatir los niveles del agua, retirar el lodo y escombros, y realizar desinfección de viviendas.

Atizapán, el más afectado

Ante las severas afectaciones por las granizadas, el municipio de Atizapán de Zaragoza, a cargo de la alcaldesa Ruth Olvera Nieto, solicitó a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, inmediatos apoyos federales, sin que se diera a conocer si la clemencia tuvo o no eco.

Más de 4 mil habitantes de 24 colonias registraron daños en su patrimonio debido a las inundaciones, mientras la presidenta municipal involucró al gobierno estatal de la situación, al manifestar que se ha insistido en obtener una respuesta para dar continuidad al proyecto hídrico con el que cuenta la Comisión del Agua del Estado de México desde hace 10 años.

Foto Rogelio Tinoco

Dijo que dicho proyecto plantea la interconexión de las aguas al colector Poniente, lo que a su juicio evitaría las afectaciones que actualmente se enfrentan en el municipio durante la temporada de lluvias.

En el recuento de daños, el director de Protección Civil y Bomberos, Carlos Alcántara Salinas, manifestó que resultaron afectadas 227 casas, donde el tirante de agua alcanzó de los .50 cm al 1.20 m de altura; y la caída de 10 árboles y ocho bardas.

Esta situación también deja entrever la falta de eficiencia del sistema de alcantarillado no sólo de Atizapán de Zaragoza, sino el de varios municipios del Estado de México que no tienen capacidad para desahogar la acumulación de las lluvias.

Las tormentas alcanzaron al de hospital regional “Salvador González Herrejón”, administrado por el gobierno estatal, donde fue necesario el traslado de 68 pacientes prioritarios a nosocomios de Naucalpan, Toluca y Tultitlán.

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Urge limpieza de drenajes

El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, en sus primeras declaraciones tras la tormenta que anegó varios municipios de la zona conurbada, pidió a los alcaldes realizar trabajos emergentes de limpieza de la red de coladeras y alcantarillas.

Sin mencionar a ningún municipio por su nombre, demandó a los gobiernos locales eliminar los tapones causantes de las severas inundaciones.

Durante una gira realizada por Tultitlán, el mandatario estatal solicitó voltear la mirada al tema de los drenajes y hasta convocó a los habitantes, una vez más, a no tirar basura en las calles. Las consecuencias son de un evidente desastre.

Estragos en 16 minutos

Al menos 16 municipios del Valle de México enfrentan riesgos de padecer estragos por intensas precipitaciones pluviales, de acuerdo con los antecedentes plasmados en el Atlas de Inundaciones XXVII, edición 2021, siendo Ecatepec, Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Coacalco, Zumpango y Cuautitlán México las localidades más susceptibles a registrar afectaciones.

Frente a la alerta emitida por el servicio meteorológico, con el anuncio dado a conocer en mayo pasado sobre el arranque de la temporada de huracanes para el presente año, se establece que el periodo de mayores aguaceros será de junio a septiembre.

Foto Seduo Caem

Entre las advertencias que hace el Atlas de Inundaciones, destaca la ubicación geográfica del Valle de México, al citar que esta región se encuentra en una cuenca cerrada sin salidas naturales para los escurrimientos pluviales.

El documento consigna que tan solo el año pasado hubo afectaciones en una superficie de más de 2 mil 50 metros cuadrados en los 16 municipios del Valle de México.

Según el mencionado atlas, la cifra oficial de habitantes con daños a su patrimonio por las intensas lluvias fue de mil 875, al registrar 63 sitios anegados por las inundaciones.

Los municipios de la región que sufrieron impactos fueron Acolman, Chalco, Coacalco, Cuautitlan, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Los Reyes La Paz, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Teotihuacán, Texcoco, Tultitlán, Valle de Chalco, Zumpango y Tecámac.

El atlas también estipula que el Valle de México presenta serios problemas para el desalojo y control de sus aguas, aunado al hecho de que las áreas urbanas han crecido de forma acelerada y sin control, invadiendo laderas de cerros y antiguas zonas lacustres.

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Como un llamado opcional quedó el exhorto hecho por autoridades federales y estatales a los municipios del Estado de México para que tomaran acciones frente a los riesgos por la actual temporada de lluvias.

Desde la primera quincena de mayo del presente año, la Coordinación General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, así como la Comisión Nacional del Agua y el gobierno mexiquense instaron a los ayuntamientos a tomar previsiones para evitar al máximo las afectaciones por las precipitaciones pluviales.

Sin embargo, los drásticos daños dejados por los aguaceros el mes pasado dieron cuenta que las administraciones municipales siguieron y han seguido con las inercias de la gestión gubernamental, sin concretar planes que puedan contrarrestar los impactos de las tormentas.

De acuerdo con autoridades federales, la temporada de lluvias del presente año inició oficialmente el pasado 15 de mayo y se prevé que termine hasta noviembre, siendo los meses de agosto y septiembre los que aún representan focos rojos por los pronósticos de aguaceros.

Pero no solo existe la advertencia de más precipitaciones pluviales, sino que éstas serán cuando menos 15% mayores a las registradas en 2020. La Comisión Nacional del Agua alertó desde mayo pasado que se prevé, de igual manera, una temporada de ciclones mucho más fuerte que la del año pasado.

Ante tal panorama, en ese mismo mes, el gobierno estatal, en coordinación con instancias federales, convocaron a los ayuntamientos a poner en marcha los protocolos de atención y las medidas necesarias para hacer frente a los retos de la temporada de lluvias.

Las tormentas que pegaron en el Valle de México particularmente el 22 de junio y el 5 de julio reflejaron que no hubo eco ante los exhortos para que los gobiernos municipales tomaran previsiones, debido a que quedaron rebasados por los estragos y las afectaciones en cientos de viviendas.

Días antes de estos desastres, el 16 de mayo, la secretaría general de gobierno del Estado de México, a cargo de Ernesto Nemer Álvarez, pidió a las 125 alcaldías instalar sus respectivos consejos municipales de protección civil y su comité municipal de emergencias.

La intención, se dijo en ese momento, fue adoptar las medidas preventivas y de coordinación vitales para atender con oportunidad a la población ante cualquier contingencia ocasionada por la temporada de lluvias.

No obstante, de nueva cuenta el evento quedó en mero formalismo institucional, sin respuesta concreta por parte de las administraciones locales, que aun cuando aseguran efectuar las acciones para aminorar los impactos de los aguaceros, la realidad terminó por rebasarlos.

Foto Cortesía

Omisión en recomendaciones

Las autoridades estatales emitieron en mayo recomendaciones para los ayuntamientos, solicitando, entre otras cosas, identificar zonas y población en alto riesgo.

El propósito de gestionar las medidas de mitigación pertinentes en favor de las familias mexiquenses no se cumplió.

En un oficio, Ernesto Nemer Álvarez solicitó a los alcaldes invitar a la población, a través de campañas de comunicación social, para que se mantuvieran al tanto de la información emitida por fuentes oficiales.

Asimismo, se convocó a reforzar recorridos de reconocimiento semanales para verificar y realizar, en su caso, la limpieza y desazolve de cauces y cuerpos de agua, actualizar permanentemente su atlas municipal de riesgos, realizar el diagnóstico de la capacidad de respuesta del municipio, recursos humanos y materiales, y conformar grupos de ayuda mutua.

De igual forma, recomendó identificar y revisar inmuebles susceptibles de habilitar como refugios temporales con equipamiento básico e identificación de responsables y suplentes, así como sus medios de comunicación.

Sin embargo, las escenas divulgadas a través de redes sociales como Facebook y Twitter, de manera inmediata, casi al momento en que sucedían, daban cuenta que el exhorto quedó solo plasmado en el oficio respectivo, con un respectivo acuse que terminó siendo mudo testigo de la falta de compromiso de las autoridades municipales.

Foto Luis Barrera

La cultura reactiva

Ante la furia de la naturaleza y la incapacidad de las autoridades por privilegiar las acciones preventivas, fueron necesarias una vez más las medidas reactivas -sobre la marcha- para enfrentar la emergencia causada por las lluvias.

Un día después de la tormenta que azotó al Valle de México el pasado 5 de julio, los tres niveles de gobierno desplegaron operativos con la participación de servidores públicos de al menos 19 dependencias en municipios como Naucalpan, Atizapán de Zaragoza, Zumpango y Zinacantepec.

En un mensaje a través de sus redes sociales, el secretario general de gobierno mexiquense, Ernesto Demer, detalló que se requirió la inmediata entrega de apoyos para los damnificados, así como la limpieza de calles y avenidas anegadas, con ayuda de equipo especializado para abatir los niveles del agua, retirar el lodo y escombros, y realizar desinfección de viviendas.

Atizapán, el más afectado

Ante las severas afectaciones por las granizadas, el municipio de Atizapán de Zaragoza, a cargo de la alcaldesa Ruth Olvera Nieto, solicitó a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, inmediatos apoyos federales, sin que se diera a conocer si la clemencia tuvo o no eco.

Más de 4 mil habitantes de 24 colonias registraron daños en su patrimonio debido a las inundaciones, mientras la presidenta municipal involucró al gobierno estatal de la situación, al manifestar que se ha insistido en obtener una respuesta para dar continuidad al proyecto hídrico con el que cuenta la Comisión del Agua del Estado de México desde hace 10 años.

Foto Rogelio Tinoco

Dijo que dicho proyecto plantea la interconexión de las aguas al colector Poniente, lo que a su juicio evitaría las afectaciones que actualmente se enfrentan en el municipio durante la temporada de lluvias.

En el recuento de daños, el director de Protección Civil y Bomberos, Carlos Alcántara Salinas, manifestó que resultaron afectadas 227 casas, donde el tirante de agua alcanzó de los .50 cm al 1.20 m de altura; y la caída de 10 árboles y ocho bardas.

Esta situación también deja entrever la falta de eficiencia del sistema de alcantarillado no sólo de Atizapán de Zaragoza, sino el de varios municipios del Estado de México que no tienen capacidad para desahogar la acumulación de las lluvias.

Las tormentas alcanzaron al de hospital regional “Salvador González Herrejón”, administrado por el gobierno estatal, donde fue necesario el traslado de 68 pacientes prioritarios a nosocomios de Naucalpan, Toluca y Tultitlán.

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El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, en sus primeras declaraciones tras la tormenta que anegó varios municipios de la zona conurbada, pidió a los alcaldes realizar trabajos emergentes de limpieza de la red de coladeras y alcantarillas.

Sin mencionar a ningún municipio por su nombre, demandó a los gobiernos locales eliminar los tapones causantes de las severas inundaciones.

Durante una gira realizada por Tultitlán, el mandatario estatal solicitó voltear la mirada al tema de los drenajes y hasta convocó a los habitantes, una vez más, a no tirar basura en las calles. Las consecuencias son de un evidente desastre.

Estragos en 16 minutos

Al menos 16 municipios del Valle de México enfrentan riesgos de padecer estragos por intensas precipitaciones pluviales, de acuerdo con los antecedentes plasmados en el Atlas de Inundaciones XXVII, edición 2021, siendo Ecatepec, Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Naucalpan, Coacalco, Zumpango y Cuautitlán México las localidades más susceptibles a registrar afectaciones.

Frente a la alerta emitida por el servicio meteorológico, con el anuncio dado a conocer en mayo pasado sobre el arranque de la temporada de huracanes para el presente año, se establece que el periodo de mayores aguaceros será de junio a septiembre.

Foto Seduo Caem

Entre las advertencias que hace el Atlas de Inundaciones, destaca la ubicación geográfica del Valle de México, al citar que esta región se encuentra en una cuenca cerrada sin salidas naturales para los escurrimientos pluviales.

El documento consigna que tan solo el año pasado hubo afectaciones en una superficie de más de 2 mil 50 metros cuadrados en los 16 municipios del Valle de México.

Según el mencionado atlas, la cifra oficial de habitantes con daños a su patrimonio por las intensas lluvias fue de mil 875, al registrar 63 sitios anegados por las inundaciones.

Los municipios de la región que sufrieron impactos fueron Acolman, Chalco, Coacalco, Cuautitlan, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Los Reyes La Paz, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Teotihuacán, Texcoco, Tultitlán, Valle de Chalco, Zumpango y Tecámac.

El atlas también estipula que el Valle de México presenta serios problemas para el desalojo y control de sus aguas, aunado al hecho de que las áreas urbanas han crecido de forma acelerada y sin control, invadiendo laderas de cerros y antiguas zonas lacustres.

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