México regresará a clases presenciales sin una idea clara de recuperación académica, luego de año y medio de cierre de planteles, toda vez que no plantea evaluaciones periódicas y, la Secretaría de Educación Pública (SEP) transfiere por completo a los docentes la responsabilidad de valorar a los estudiantes, pero sin brindarles las herramientas y capacitación que existe en países con planes de reactivación similares.
En su análisis “Regreso a clases sin brújula”, el Instituto Mexicano para la Competitividad, A. C. (IMCO) apunta que las escuelas en México tuvieron el cierre más largo, en comparación con otros países y, sin embargo, no existen datos de campo que permitan dimensionar la pérdida de aprendizaje y cómo se distribuye entre los estudiantes, aunque el riesgo de rezago es mayor por el hecho de una suspensión más prolongada.
Se propone incluir evaluaciones estandarizadas de aprendizaje de los alumnos en la valoración diagnóstica, para lo cual se requiere destinar un presupuesto por lo menos equivalente al de 2019 y reprogramar las evaluaciones que se suspendieron durante 2020 y 2021. A nivel internacional, el gobierno federal puede gestionar para que México participe en evaluaciones regionales y globales, como PISA y el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) de la Unesco.
Un comparativo de cierre de escuelas apunta que, los planteles nacionales llevan 53 semanas con cierre total, por encima de Brasil que tuvo 38 y Chile con 14.
Considera el IMCO que evaluar los aprendizajes debe ser una prioridad en este ciclo escolar, ya que los datos que generan son una brújula para diseñar e implementar acciones para remediar el retraso y continuar con la preparación de una generación de estudiantes que experimentó un choque en su desarrollo debido a la pandemia.
“La pérdida de aprendizajes es una de las secuelas más severas que ha dejado pandemia y que pone en riesgo el futuro profesional de una generación completa de estudiantes. Sin embargo, es posible revertirla si se toman medidas contundentes para apoyar a los estudiantes durante el regreso a clases presenciales. A largo plazo, la meta debe ser garantizar los aprendizajes prioritarios de todos los estudiantes, de manera que desarrollen las habilidades que necesitan para concluir sus estudios, y ser más competitivos al llegar al mercado laboral”, apunta en su análisis.
Propones usar el ciclo escolar, que inicia es lunes 30 de agosto, como un periodo extraordinario de recuperación con acciones robustas de diagnóstico y atención académica.
La SEP, indica, podría aprovechar la mayor parte del ciclo escolar 2021-2022 para trabajar en la recuperación de aprendizajes. Durante este tiempo se debe considerar más de una ronda de valoración de los alumnos, de manera que se genere información sobre el efecto de las medidas de recuperación de aprendizajes que se implementen a lo largo del ciclo escolar.
“Si México quiere formar alumnos más competitivos, debe priorizar las evaluaciones periódicas y comparables que asistan a los docentes y tomadores de decisión en dicha misión, en conjunto con herramientas y capacitación orientadas específicamente a revertir la pérdida de aprendizajes que ha dejado la pandemia”, señala.
En la “Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales en las Escuelas de Educación Básica durante el ciclo escolar 2020- 2021”, la SEP señala un enfoque en tres áreas: desarrollo socioemocional, formación de hábitos de vida saludable y habilidades intelectuales para el aprendizaje autónomo (lectura y escritura, matemáticas, y resolución de problemas). Además, en los planes de estudio de cada grado se definen los aprendizajes esperados para estas áreas.
Además, desarrolló una prueba que puso a disposición de los docentes. Este examen se enfoca en lectura y matemáticas, sin incluir una valoración socioemocional. La aplicación de la prueba se debe realizar al inicio del ciclo escolar y se sugiere volver a realizarse a mediados del mismo.
El 19 de julio pasado, la SEP realizó un taller intensivo de capacitación docente, en el cual presentó la guía que propone a los maestros como aplicar la evaluación diagnóstica a sus alumnos.
Pero, el plan de evaluación de la SEP transfiere a los docentes la responsabilidad de diagnosticar los conocimientos y habilidades de los alumnos al regresar a clases presenciales. La SEP no contempla acciones alternativas, como exámenes estandarizados como las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), que subsanarían las limitaciones de las evaluaciones que cada profesor realice. Faltan herramientas y capacitación para que los docentes puedan explotar la información que los diagnósticos revelen, y aprovechar el tiempo y los recursos efectivamente para apoyar a sus alumnos en este nuevo ciclo escolar.
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El IMCO considera que la SEP debe coordinar las acciones de un periodo de recuperación extendido al establecer los lineamientos nacionales. Además, debe diseñar y realizar las capacitaciones docentes y proveer los recursos necesarios para que las escuelas puedan realizar programas de valoración diagnóstica y de apoyo académico. Las autoridades educativas de las entidades y docentes son los responsables de ajustar estas acciones a su contexto particular y de ejecutarlas en cada escuela.
Finalmente apunta que la SEP debe incluir evaluaciones estandarizadas de aprendizajes de los alumnos en la valoración diagnóstica. “Debe estar a cargo de la aplicación de las evaluaciones estandarizadas de aprendizaje, en coordinación con la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) y las autoridades educativas de las entidades. Para lo cual existen las pruebas de Planea, aunque desde 2019 no se han realizado y no se conoce la fecha de su siguiente edición.
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