/ martes 16 de julio de 2019

Se respiró aire libre de contaminantes solo 27 días de lo que va del año

Activación frecuente de contingencias podría afectar social y económicamente las actividades cotidianas en el Valle de México

El Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA) alertó que en 2017 la contaminación por PM2.5 causada únicamente por el sector transporte, causó 2 mil 864 muertes en el Valle de México, equivalentes a una pérdida de 236 mil millones de dólares.

Afirmó que en 2019, “sólo hemos tenido 27 días de cumplimiento con las Normas Oficiales Mexicanas de salud relativas a calidad del aire en el Valle de México. Pero si tomamos como referencia las Guías de Calidad del Aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no hemos tenido ningún día dentro de los límites recomendados de protección a la salud”.

Es por ello que el organismo de la calidad del aire reconoció la necesidad de revisar los niveles de activación de contingencias por ozono, PM2.5 y PM10, con el objetivo de visibilizar la mala calidad del aire que vivimos de forma cotidiana, y de incitar a la autoridad a tomar medidas aún más contundentes ante concentraciones de contaminantes peligrosas para la salud.

Este es un primer paso fundamental para adoptar políticas y tomar acciones colectivas que nos permitan reducir efectivamente nuestras emisiones y evitar con ello los niveles de contaminación que activan las contingencias.

Al igual que las autoridades de la CAMe y el gobierno de la Ciudad de México, el OCCA reconoce que la activación frecuente de contingencias podría afectar social y económicamente las actividades cotidianas en el Valle de México.

Sin embargo, se debe reconocer también que la contaminación del aire ya afecta a la población reduciendo la calidad de vida en personas con afecciones crónicas de salud, causando numerosas enfermedades y miles muertes.

En un estudio por publicar, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) calcula que en 2017 la contaminación por PM2.5 causada tan sólo por el sector transporte, causó 2 mil 864 muertes en el Valle de México, equivalentes a una pérdida de 236 mil millones de dólares, es decir 2.65% del Producto Interno Bruto (PIB) de la megalópolis. Estas pérdidas humanas también son económicas, y ameritan políticas contundentes y congruentes, a la altura de la crisis ambiental que vivimos.

El OCCA también coincide en que el Programa de Contingencias para el Valle de México es insuficiente para mejorar la calidad del aire y proteger la salud de las personas. Por ello, es necesario que los gobiernos locales y federal implementen medidas contundentes, como las incluidas en el PRESM, así como otras acciones complementarias a corto, mediano y largo plazo para que se cumpla con las normas ambientales.

La publicación de las normas federales relacionadas con el control de emisiones y de eficiencia del sector transporte para transitar hacia nuevas generaciones tecnológicas NOM-042 y NOM-163.

Publicación inmediata de la norma para la obtención y comunicación del índice de calidad del aire y riesgos a la salud NOM-172-SEMARNAT-2017.

Revisión y modificación de las normas NOM-020-SSA1-2010 y NOM-025-SSA1-2010 para su homologación a los estándares que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Que se encuentran inscritas en el programa de normalización 2019 y que, según sus artículos transitorios, en su siguiente modificación tendrían que adoptar los estándares que recomienda la OMS.

Modificación a la NOM-016-CRE-2016 para que se establezca a la región de la Megalópolis como libre de etanol bajo el principio precautorio para proteger a la calidad del aire.

La organización ambientalista propuso medidas a largo, corto y mediano plazo, en este último propone fortalecer las tecnologías y capacidades de monitoreo de calidad del aire. Cambiar el paradigma de movilidad centrado en el uso de vehículos motorizados particulares, con: La implementación de un programa de reducción drástica de vehículos a motor de combustión interna y de desincentivo de su uso

Eliminación/chatarrización de vehículos ostensiblemente contaminantes con más de 20 años de antigüedad. Retroadaptación de filtros/trampas de partículas a vehículos de diésel Restricción de horarios y rutas de circulación a vehículos de carga.

En las de largo plazo sugiere incorporar una perspectiva de accesibilidad urbana en políticas y proyectos, impulsando la articulación de la planeación del transporte y de los usos del suelo, para reducir las necesidades y distancias de viaje de las personas, y por lo tanto su uso de vehículos contaminantes.

Determinar una ruta de exigencia progresiva de reducción de los umbrales permisibles de contaminantes criterio, benceno, tolueno, etil-benceno y xileno (BTEX) para las industrias que siguen establecidas dentro de las ciudades de la Megalópolis, en particular dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).

El Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire (OCCA) alertó que en 2017 la contaminación por PM2.5 causada únicamente por el sector transporte, causó 2 mil 864 muertes en el Valle de México, equivalentes a una pérdida de 236 mil millones de dólares.

Afirmó que en 2019, “sólo hemos tenido 27 días de cumplimiento con las Normas Oficiales Mexicanas de salud relativas a calidad del aire en el Valle de México. Pero si tomamos como referencia las Guías de Calidad del Aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no hemos tenido ningún día dentro de los límites recomendados de protección a la salud”.

Es por ello que el organismo de la calidad del aire reconoció la necesidad de revisar los niveles de activación de contingencias por ozono, PM2.5 y PM10, con el objetivo de visibilizar la mala calidad del aire que vivimos de forma cotidiana, y de incitar a la autoridad a tomar medidas aún más contundentes ante concentraciones de contaminantes peligrosas para la salud.

Este es un primer paso fundamental para adoptar políticas y tomar acciones colectivas que nos permitan reducir efectivamente nuestras emisiones y evitar con ello los niveles de contaminación que activan las contingencias.

Al igual que las autoridades de la CAMe y el gobierno de la Ciudad de México, el OCCA reconoce que la activación frecuente de contingencias podría afectar social y económicamente las actividades cotidianas en el Valle de México.

Sin embargo, se debe reconocer también que la contaminación del aire ya afecta a la población reduciendo la calidad de vida en personas con afecciones crónicas de salud, causando numerosas enfermedades y miles muertes.

En un estudio por publicar, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) calcula que en 2017 la contaminación por PM2.5 causada tan sólo por el sector transporte, causó 2 mil 864 muertes en el Valle de México, equivalentes a una pérdida de 236 mil millones de dólares, es decir 2.65% del Producto Interno Bruto (PIB) de la megalópolis. Estas pérdidas humanas también son económicas, y ameritan políticas contundentes y congruentes, a la altura de la crisis ambiental que vivimos.

El OCCA también coincide en que el Programa de Contingencias para el Valle de México es insuficiente para mejorar la calidad del aire y proteger la salud de las personas. Por ello, es necesario que los gobiernos locales y federal implementen medidas contundentes, como las incluidas en el PRESM, así como otras acciones complementarias a corto, mediano y largo plazo para que se cumpla con las normas ambientales.

La publicación de las normas federales relacionadas con el control de emisiones y de eficiencia del sector transporte para transitar hacia nuevas generaciones tecnológicas NOM-042 y NOM-163.

Publicación inmediata de la norma para la obtención y comunicación del índice de calidad del aire y riesgos a la salud NOM-172-SEMARNAT-2017.

Revisión y modificación de las normas NOM-020-SSA1-2010 y NOM-025-SSA1-2010 para su homologación a los estándares que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Que se encuentran inscritas en el programa de normalización 2019 y que, según sus artículos transitorios, en su siguiente modificación tendrían que adoptar los estándares que recomienda la OMS.

Modificación a la NOM-016-CRE-2016 para que se establezca a la región de la Megalópolis como libre de etanol bajo el principio precautorio para proteger a la calidad del aire.

La organización ambientalista propuso medidas a largo, corto y mediano plazo, en este último propone fortalecer las tecnologías y capacidades de monitoreo de calidad del aire. Cambiar el paradigma de movilidad centrado en el uso de vehículos motorizados particulares, con: La implementación de un programa de reducción drástica de vehículos a motor de combustión interna y de desincentivo de su uso

Eliminación/chatarrización de vehículos ostensiblemente contaminantes con más de 20 años de antigüedad. Retroadaptación de filtros/trampas de partículas a vehículos de diésel Restricción de horarios y rutas de circulación a vehículos de carga.

En las de largo plazo sugiere incorporar una perspectiva de accesibilidad urbana en políticas y proyectos, impulsando la articulación de la planeación del transporte y de los usos del suelo, para reducir las necesidades y distancias de viaje de las personas, y por lo tanto su uso de vehículos contaminantes.

Determinar una ruta de exigencia progresiva de reducción de los umbrales permisibles de contaminantes criterio, benceno, tolueno, etil-benceno y xileno (BTEX) para las industrias que siguen establecidas dentro de las ciudades de la Megalópolis, en particular dentro de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).