Comerciantes del Centro Histórico demandaron a las autoridades capitalinas cumplir su palabra y abrir, total y definitivamente, las calles y vialidades de la zona, ante los fuertes operativos de seguridad y la persistencia de cierres intermitentes, parciales y permanentes que han obstaculizado la plena reactivación mercantil y turística.
Explicaron que el acuerdo de abrir el acceso al Primer Cuadro a partir del 27 de septiembre, nuevamente se incumplió, ahora bajo el pretexto de la marcha feminista por el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de aborto, por lo que expresaron su temor de que esta situación se extienda hasta el 2 de octubre y luego al 6 de octubre por la marcha a favor de la vida.
“Tal parece que la autoridad solo busca un pretexto para mantener el operativo de seguridad y no retirar totalmente las vallas que ha instalado en calles y vialidades”, declaró Gerardo López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio (ConComercio).
El pequeño comercio y las empresas familiares manifestaron enojo por el cierre total de calles y avenidas que sufrieron con motivo de los festejos patrios del 16 de septiembre y el pasado lunes 27 por la celebración del Bicentenario de la Independencia.
Gerardo López Becerra indicó que el cierre total de calles y vialidades provoca una caída de hasta 100% en las ventas de los negocios; mientras que los cierres parciales e intermitentes dejan pérdidas de entre 50 y 80%.
Para la gran mayoría de los comerciantes establecidos del Centro Histórico ha sido abusiva la forma que durante este mes de septiembre, ya sea por fiestas cívicas, reuniones de jefes de estado o manifestaciones políticas, las calles y avenidas como Tacuba, Palma, 5 de Mayo, Madero, 16 de Septiembre o Corregidora se han mantenido intermitentemente cerradas, afectando severamente las actividades mercantiles o turísticas, explicó el líder de ConComercio.
Además, con la instalación de las vallas y la secrecía con la que se ha manejado el programa del evento que se realizará en plancha del Zócalo –como el acto central de la conmemoración del Bicentenario-, se convierten en “un evento privado” que en poco o nada contribuye a solventar las grandes crisis económica que sufren los dueños de los establecimientos.
Este tipo de eventos “de oropel” que no son acordes a la austeridad abanderada por el actual gobierno solo daña la actividad mercantil y turística del Centro Histórico, indicó López Becerra.
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Otro motivo de preocupación para el comercio establecido es la tradicional marcha del 2 de octubre, pues consideraron que estás significarán más días de cierre de las actividades mercantiles en el Centro Histórico.
Indicó que la mayoría de los negocios de la Ciudad de México ya empiezan a registrar los primeros síntomas de recuperación, pero en el caso de los negocios del Centro Histórico, lamentablemente no ha sido así, y se sigue a la espera de la tan añorada reactivación económica.
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