A cinco meses de registrado el primer caso de Covid-19 en nuestro país (27 de febrero), y luego de la suspensión de ceremonias litúrgicas por esta emergencia sanitaria, las iglesias volverán a abrir sus puertas para que la feligresía se reencuentre con Dios.
Las autoridades eclesiásticas y la Secretaría de Salud, sin embargo, han dejado en claro que la pandemia no ha desaparecido y que para tener condiciones de que los creyentes oren en los templos será necesario el cumplimiento de estrictas medidas de seguridad para evitar rebrotes del virus.
Cada diócesis vigilará que se atiendan las acciones sanitarias y se proteja a los feligreses.
JLP