Luego que la Sección Instructora de la Cámara de Diputados dejó el caso de desafuero por presunto abuso sexual en contra del diputado morenista, Saúl Benjamín Huerta Corona para la próxima legislatura, en septiembre; este diputado reapareció, para asegurar que una de las acusaciones de abuso sexual en contra, se trata de “una infamia y una calumnia que se genera desde la mafia del poder”.
En entrevista radiofónica con Radiofórmula, Huerta Corona aseguró que el señalamiento en su contra por haber podido atacar en su cuarto de hotel a un menor de 15 años se trata de una infamia que no solo intenta dañar su nombre, sino, también, al proyecto de la Cuarta Transformación.
El legislador federal poblano que pertenece al grupo político en MORENA, de Manuel Bartlett, director de CFE y de Ignacio Mier Velasco, líder de los diputados guinda y blanco, asegura que los señalamientos en su contra son una estrategia para afectar a su partido.
“Me sembraron, me crearon, me generaron, todas esas circunstancias para hacerme parecer como culpable”, dice el político de 63 años, a quien la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) asegura que hay elementos de que el diputado habría abusado sexualmente de al menos dos jóvenes y por ello, realizó una solicitud de procedimiento de desafuero en contra de este diputado.
Ayer por la noche, la diputada priista, Claudia Pastor, integrante de la Sección Instructora —órgano encargado de determinar los desafueros solicitados a la Cámara baja—, expresó en rueda de prensa que sus compañeros en esta instancia (Pablo Gómez, Martha Patricia Ramírez, ambos de MORENA y Mary Carmen Bernal Martínez del, PT), parece que adoptan criterios de manera “selectiva” y con “tortuguismo”, pues pese a su insistencia de dar trámite al caso de Saúl Huerta y Mauricio Toledo, este último, acusado de enriquecimiento ilícito por la FGJ-CDMX, determinaron que sean los diputados de la próxima legislatura quienes traten sus desafueros.
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