Con el objetivo de que exista una venta justa de artesanías en la metrópoli, ante la amenazante presencia de piratería y la manufactura al mayoreo de esos productos tradicionales, la presidenta de la Comisión de Derechos Culturales del Congreso de la Ciudad de México, Lilia Eugenia Rossbach Suárez, se pronunció por una ley que contribuya a la conservación de los oficios dedicados a la elaboración de artículos propios de los pueblos indígenas, con respeto a su valoración histórica, cultural y artística.
La diputada de la fracción parlamentaria de Morena urgió a impulsar, proteger, apoyar y revalorar la producción artesanal en la capital del país, para favorecer su permanencia y competencia en el mercado, sin perder sus valores culturales y comunitarios.
En el marco del foro de consulta “Ley de maestras y maestros artesanos de la Ciudad de México”, fundamentó que las artesanías mexicanas son parte de la identidad artística y cultural, motivo de orgullo nacional, distinción turística y reconocimiento internacional.
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A su vez, el director general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura federal, Mardonio Carballo Manuel, se refirió a la inmensa riqueza cultural de la urbe, que se refleja en la producción artesanal.
SE DEBE LEGISLAR Y REGULAR LA APROPIACIÓN DE EXPRESIONES CULTURALES INDÍGENAS
Sostuvo que la metrópoli es una ciudad de migrantes, “maravillosamente pluricultural y multilingüe, lo que se ve reflejado incluso en las artesanías y las complejidades en las cuales se ve inmiscuida esta parte del trabajo que se desarrolla a través de un ingenio y unas manos expertas, de ahí que no haya artesanías sin pueblos”.
Expuso que la iniciativa de ley debe acompañar el proceso para legislar y regular la apropiación de expresiones culturales indígenas por parte de diversas casas de moda internacionales.
Con motivo de lo anterior declaró que “gente sin escrúpulos termina usufructuando la identidad de los pueblos, a través de la venta de sus artesanías", dijo.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México, Carlos Mackinlay Grohmann, señaló que en un año son cerca de 14 millones de turistas los que visitan la urbe, de los cuales cuatro millones son extranjeros, quienes consumen artesanías, y hacen de ese mercado el cuarto lugar en consumo, después del hospedaje, comida y transporte.
Estimó que la adquisición de artesanías va en declive, por lo que es fundamental una ley para revertir la situación, incrementar el impulso de esta actividad y revertir su desvalorización social.
Difundió que, desde la dependencia a su cargo, el año pasado se elaboró un catálogo sobre los diferentes talleres artesanales ubicados en las 16 alcaldías, para ayudar a su difusión.
Rossbach Suárez detalló que entre las principales problemáticas que enfrenta este sector están la pobreza que afecta a la mayoría de los productores artesanales mexicanos, la falta de apoyo de instituciones gubernamentales, poca remuneración y valoración de sus productos dentro del mercado turístico, así como escaso reconocimiento social, ello pese a que la mayor parte de las artesanías son herencia cultural de los pueblos indígenas.
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“Hoy día sabemos que quienes han heredado estos conocimientos ancestrales enfrentan grandes retos ante los embates de la globalización. Desde hace décadas hemos visto la pérdida de oficios y métodos de elaboración tradicional, y en contraparte vemos con preocupante frecuencia la aparición de productos elaborados de manera industrial y por máquinas al mayoreo que imitan de mal forma y pésimos resultados la producción artesanal, lo que ha dado una competencia de mercado inequitativa y con frecuencia desleal”, declaró.
Dijo que, como parte de esa iniciativa, se busca elaborar un padrón voluntario de artesanos, que les dé un distintivo y apoye la revaloración de su trabajo y oficio, y un concejo donde estén representados para expresar y atender sus requerimientos.
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