Pide Iglesia Católica impulsar deporte en niños y jóvenes para evitar vicios y violencia

Los Juegos Olímpicos son una gran oportunidad para que el deporte llegue a millones de personas, especialmente niños adolescentes y jóvenes

Patricia Carrasco | La Prensa

  · domingo 18 de julio de 2021

Foto: Cuartoscuro / Victoria Valtierra

A pocos días de que inicien los Juegos Olímpicos de Tokio, la Arquidiócesis Primada de México, encomendó a la Virgen de Guadalupe a todos los deportistas que representan a la delegación mexicana en esa justa internacional, quienes han llevado su desarrollo y preparación a niveles extraordinarios.

Asimismo, se pronunció por fomentar el deporte en los niños y jóvenes, pues es "una apuesta por un verdadero desarrollo de la personalidad".

Pues agregó que el fomento del deporte es una apuesta por un verdadero desarrollo de la personalidad, que ayude a proteger a los jóvenes de la violencia y de los vicios que hoy hieren en lo profundo a México ".

En su editorial, “Impulsemos el deporte”, la iglesia católica llamó para que los Juegos Olímpicos sean una oportunidad de voltear a ver a nuestros jóvenes y escuchar sus respuestas a las: ¿que buscan, que les preocupa, que necesitan, que es lo que nos gritan? “Y trabajemos juntos por ello”.

La sede eclesiástica capitalina dijo que la sociedad está en deuda con los jóvenes que practican algún deporte, pues no se les ha sabido acompañar, ni crear condiciones para hacer realidad sus sueños de llegar a la máxima justa deportiva.

Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte) es el lema de los Juegos Olímpicos al que este año se le agregará, posiblemente, la palabra comunis. Fue un fraile dominico, Henri Didon, quien en 1891 ideó el tan conocido lema, y ahora se le estaré añadiendo esta última palabra para quedar así: más rápido, más alto, más fuerte-juntos ”.

Refirió que la cuarta palabra cuya aprobación depende aún del Comité Olímpico Internacional, el cual se reunirá en los próximos días, hace referencia a ese deseo de unidad mundial que cada cuatro años queda de manifiesto en esta justa deportiva capaz de hermanar a casi todos los países , culturas, razas y credos religiosos.

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Hizo hincapié que cada cuatro años, los Juegos Olímpicos son una gran oportunidad para que el deporte llegue a millones de personas, especialmente niños adolescentes y jóvenes que ven en estas atletas los mejores del mundo, ejemplos positivos de vida; y en el propio evento, un escenario inigualable donde conviven valores universales como la paz, el amor, la tolerancia, el respeto, la transparencia, el reconocimiento al esfuerzo ajeno y el sueño de superación personal en los planos físico y espiritual.

La delegación mexicana que participará en los Juegos Olímpicos de Japón conforma un selecto grupo que ha llevado su desarrollo y preparación a niveles extraordinarios. ¡Que la virgen de Guadalupe los asista en esta prueba!

Pero la arquidiócesis de México cuestionó: pero ¿cuántos jóvenes en México tienen estas mismas posibilidades de desarrollo?

“Seguimos estando en deuda con ellos. No hemos sabido acompañarlos ni crear las condiciones para hacer realidad los ideales de “más rápido, más alto y más fuerte” que inspiran a los atletas que buscan competir en unas olimpiadas.

Al contrario, por querer hacer las cosas más rápidas, en ocasiones las hemos hecho sin calidad o mal hechas; por querer hacer para ellos las cosas más altas, a veces se vuelven costosas e inaccesibles; y por querer ofrecer las cosas más fuertes en algunos casos las hemos hecho toscas, brutas y sin utilidad.

La iglesia subrayó que en el ámbito del deporte sabemos que hacen falta más y mejores instalaciones becas para que puedan compaginar el deporte con sus estudios; apoyo económico a atletas de alto rendimiento, campañas para promover el deporte, más espacios públicos para practicarlo, entre otras muchas cosas.

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