/ martes 22 de diciembre de 2020

Nadie escapa al amago del Covid psicológico

Orilla a las personas a pensar que padecen la enfermedad y a engrandecer síntomas relacionados a la pandemia

Ciudad de México.- El habitual dolor de cabeza o cansancio se han vuelto una amenaza constante en estos tiempos para la mayor parte de la población, donde, la Covid psicológica cada vez es más frecuente y orilla a las personas a pensar que padecen la enfermedad y a engrandecer síntomas relacionados a la pandemia, que generan miedo y ansiedad ante la posibilidad de infección.

Entre la sintomatología más frecuente en la sociedad, que lleva a considerar un posible contagio, se encuentran el dolor de garganta, cefalea, insomnio y cansancio, malestares que en el mayor de los casos pasa en unas horas y para otros en días, pero deja en la gente una sensación de angustia y desesperación.

Como una “amenaza a la vida”, lo describe Tania Martínez, profesora de un colegio particular, quien narra, “Yo padecía de garganta desde niña, con el frío me duele la garganta, o ese dolor de cabeza, que es algo frecuente en mí, ahora me lleva a pensar qué sucede con ese dolor y me ha sucedido muchas veces”.

Ella, como gran parte de la población, ha experimentado el miedo a enfermar de Covid y ha sentido que presenta alguno o varios de los síntomas, lo que genera preocupación y “el mero hecho de sabernos estresados o ansiosos, nos provoca más ansiedad y estrés y puede convertirse en un círculo vicioso”, así lo externó el Doctor Carlos Contreras Ibáñez psicólogo y profesor de la Universidad Autónoma de México (UAM) Iztapalapa.

Por qué nos sentimos contagiados

El especialista Contreras Ibáñez, comenta que “cuando hablamos de ansiedad, es más probable que hablemos de la población en su conjunto, porque no hay tanta diferencia en cuanto a los recursos o capacidades que cada quien tenga, eso se aplica más en casos de la ansiedad, qué es más centralizada y hay temores de que no sé si me va a dar, cómo me va a dar o a las personas cercanas a mí si se pudieran poner mal esos miedos generalizados esos miedos específicos asociados a la ansiedad

Por su parte, el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales COMECSO, en su estudio “El impacto psicológico de la pandemia de COVID-19 en México”, por Carla Santillán Torres Torrija, especifica que “las personas reportan tener sueños angustiosos. Muchas de ellas no logran identificar el malestar psicológico o reacciones fisiológicas importantes”.

Entre los males que aquejan a la sociedad ante esta situación mundial, se encuentra la dificultad para conciliar el sueño, despertar varias veces por la noche, presentar comportamiento irritable o con mucha atención en temas relacionados a la limpieza, la desinfección, el lavado de manos constante y la verificación de las medidas sanitarias, según el estudio.

Foto especial

La autora, también refiere que en algunos casos puede presentarse de forma desproporcionada, “causando problemas con la concentración, con la capacidad para completar actividades laborales o académicas, y limitando en gran medida su movilidad”.

Tanto en el documento del COMECSO, como el Dr. Carlos Contreras, coinciden en que, si bien estrés, en dosis adecuadas, apoya a un funcionamiento óptimo, es delgada la brecha frente al estrés negativo (Distrés), lo que ocasiona deterioro o malestar significativo, y que en ocasiones será difícil de distinguir.

Para la profesora Tania Martínez, cuyo testimonio se asemeja al de otras personas, revela que al sentirse enferma se le complica “conciliar el sueño, las redes sociales han sido un distractor importante, como estar en contacto con el mundo allá afuera, con mis hobbies o las personas a las que sigo, tomando una importancia como para distraerme del miedo de la angustia”.

Carolina Santillán, mediante este texto transmite que “en los casos más graves de estrés agudo, se pueden presentar ataques de pánico, denominado crisis de angustia. Las personas experimentan síntomas bastante desagradables como falta de aire, escalofríos, entumecimiento de las extremidades, zumbido en los oídos o sensación de ahogo”.

Considerarse enfermo disminuye el rendimiento

El hecho de que las personas se consideren con síntomas de contagio, puede mermar su desempeño diario laborar y familiar, “el sentirme enferma o preocupada sentirme ansiosa me cuesta mucho trabajo concentrarme, no termino, procastino, osciló entre mi trabajo, las redes sociales, una llamada telefónica, atender al perro, hacerme un té porque ya tengo “es muy difícil organizarse y luego sentir que estás enfermo es peor”, compartió la maestra Tania.

Por otro lado, el especialista de la UAM, Carlos Contreras, ahondó en que, en muchos casos, esos síntomas provocan que se deje “el trabajo a la mitad o simplemente falta de motivación, de cansancio a los efectos del estrés”.

El documento de COMECSO de Carolina Santillán, refiere que “esta pandemia es un evento que se caracteriza por continuar y presentar amenazas posteriores, el riesgo de una nueva oleada del virus, la quiebra de muchas empresas, el desempleo, el regreso a su país de origen o la deportación”.

Foto especial

Asimismo, indica que, cuando se presentan de forma repetida estos síntomas, pueden ser incapacitantes y, en ocasiones, las personas pueden requerir compañía la mayor cantidad de tiempo posible, lo cual obligará a las familias a reorganizarse o contar con un familiar asignado como el cuidador principal.

“Se sabe que 70 % de la población mexicana sale adelante después de un evento traumático, otro 30% de ella desarrollará síntomas que pueden ser discapacitantes. Además, la gente en México está especialmente vulnerables por el entorno de violencia, la penetración del narcotráfico y los desastres naturales —como los sismos—, que siguen ocurriendo mientras la pandemia sigue”, afirma Santillán.

Cómo evitar caer en Covid psicológico

La profesora Tania Martínez comparte cómo evita caer en dichas situaciones, “trato de tranquilizarme de esta idea de amenaza, dejarlo pasar y también comprender que lo que siento es normal que le pasa a la gente, que no es que esté loca o que esté separándome de la realidad, sino que es esto es derivado de una situación extrema de una crisis social emocional política geográfica mundial”.

Por lo general, aunque es una situación que le ocurre con frecuencia, se percata horas después, de que ya no tiene síntomas, aunque no deja de tomar las precauciones de necesarias para cuidar de su salud y la de su familia.

El Dr. Carlos Contreras, explica que lo normal, es experimentar periodos cortos, en los cuales, ”las persona resuelven la situación con sus propios recursos. Tratar de resolverlo en la medida de lo posible buscar los apoyos hablar con personas (…) y lo enfrentamos, lo encaramos y cuando no se excede cuándo ya afecta otras áreas de nuestra vida, estamos hablando de un proceso más serio o más patológico”.

A decir de la información de COMECSO, “los mexicanos estaremos viviendo estas tres etapas, donde la amenaza implica que las personas presenten síntomas físicos importantes y utilicen sus recursos personales y sociales para enfrentarse a la amenaza”.

El especialista Contreras Ibáñez, hace un llamado a buscar ayuda en caso de que la ansiedad, el estrés y el miedo no desaparezcan, para evitar afectar otros ambientes cotidianos, sin descartar, hacer caso a las señales de salud que indiquen que sí estamos enfermos para acudir con un médico o realizar la prueba para confirmar o descartar la sospecha.

Foto especial

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Ciudad de México.- El habitual dolor de cabeza o cansancio se han vuelto una amenaza constante en estos tiempos para la mayor parte de la población, donde, la Covid psicológica cada vez es más frecuente y orilla a las personas a pensar que padecen la enfermedad y a engrandecer síntomas relacionados a la pandemia, que generan miedo y ansiedad ante la posibilidad de infección.

Entre la sintomatología más frecuente en la sociedad, que lleva a considerar un posible contagio, se encuentran el dolor de garganta, cefalea, insomnio y cansancio, malestares que en el mayor de los casos pasa en unas horas y para otros en días, pero deja en la gente una sensación de angustia y desesperación.

Como una “amenaza a la vida”, lo describe Tania Martínez, profesora de un colegio particular, quien narra, “Yo padecía de garganta desde niña, con el frío me duele la garganta, o ese dolor de cabeza, que es algo frecuente en mí, ahora me lleva a pensar qué sucede con ese dolor y me ha sucedido muchas veces”.

Ella, como gran parte de la población, ha experimentado el miedo a enfermar de Covid y ha sentido que presenta alguno o varios de los síntomas, lo que genera preocupación y “el mero hecho de sabernos estresados o ansiosos, nos provoca más ansiedad y estrés y puede convertirse en un círculo vicioso”, así lo externó el Doctor Carlos Contreras Ibáñez psicólogo y profesor de la Universidad Autónoma de México (UAM) Iztapalapa.

Por qué nos sentimos contagiados

El especialista Contreras Ibáñez, comenta que “cuando hablamos de ansiedad, es más probable que hablemos de la población en su conjunto, porque no hay tanta diferencia en cuanto a los recursos o capacidades que cada quien tenga, eso se aplica más en casos de la ansiedad, qué es más centralizada y hay temores de que no sé si me va a dar, cómo me va a dar o a las personas cercanas a mí si se pudieran poner mal esos miedos generalizados esos miedos específicos asociados a la ansiedad

Por su parte, el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales COMECSO, en su estudio “El impacto psicológico de la pandemia de COVID-19 en México”, por Carla Santillán Torres Torrija, especifica que “las personas reportan tener sueños angustiosos. Muchas de ellas no logran identificar el malestar psicológico o reacciones fisiológicas importantes”.

Entre los males que aquejan a la sociedad ante esta situación mundial, se encuentra la dificultad para conciliar el sueño, despertar varias veces por la noche, presentar comportamiento irritable o con mucha atención en temas relacionados a la limpieza, la desinfección, el lavado de manos constante y la verificación de las medidas sanitarias, según el estudio.

Foto especial

La autora, también refiere que en algunos casos puede presentarse de forma desproporcionada, “causando problemas con la concentración, con la capacidad para completar actividades laborales o académicas, y limitando en gran medida su movilidad”.

Tanto en el documento del COMECSO, como el Dr. Carlos Contreras, coinciden en que, si bien estrés, en dosis adecuadas, apoya a un funcionamiento óptimo, es delgada la brecha frente al estrés negativo (Distrés), lo que ocasiona deterioro o malestar significativo, y que en ocasiones será difícil de distinguir.

Para la profesora Tania Martínez, cuyo testimonio se asemeja al de otras personas, revela que al sentirse enferma se le complica “conciliar el sueño, las redes sociales han sido un distractor importante, como estar en contacto con el mundo allá afuera, con mis hobbies o las personas a las que sigo, tomando una importancia como para distraerme del miedo de la angustia”.

Carolina Santillán, mediante este texto transmite que “en los casos más graves de estrés agudo, se pueden presentar ataques de pánico, denominado crisis de angustia. Las personas experimentan síntomas bastante desagradables como falta de aire, escalofríos, entumecimiento de las extremidades, zumbido en los oídos o sensación de ahogo”.

Considerarse enfermo disminuye el rendimiento

El hecho de que las personas se consideren con síntomas de contagio, puede mermar su desempeño diario laborar y familiar, “el sentirme enferma o preocupada sentirme ansiosa me cuesta mucho trabajo concentrarme, no termino, procastino, osciló entre mi trabajo, las redes sociales, una llamada telefónica, atender al perro, hacerme un té porque ya tengo “es muy difícil organizarse y luego sentir que estás enfermo es peor”, compartió la maestra Tania.

Por otro lado, el especialista de la UAM, Carlos Contreras, ahondó en que, en muchos casos, esos síntomas provocan que se deje “el trabajo a la mitad o simplemente falta de motivación, de cansancio a los efectos del estrés”.

El documento de COMECSO de Carolina Santillán, refiere que “esta pandemia es un evento que se caracteriza por continuar y presentar amenazas posteriores, el riesgo de una nueva oleada del virus, la quiebra de muchas empresas, el desempleo, el regreso a su país de origen o la deportación”.

Foto especial

Asimismo, indica que, cuando se presentan de forma repetida estos síntomas, pueden ser incapacitantes y, en ocasiones, las personas pueden requerir compañía la mayor cantidad de tiempo posible, lo cual obligará a las familias a reorganizarse o contar con un familiar asignado como el cuidador principal.

“Se sabe que 70 % de la población mexicana sale adelante después de un evento traumático, otro 30% de ella desarrollará síntomas que pueden ser discapacitantes. Además, la gente en México está especialmente vulnerables por el entorno de violencia, la penetración del narcotráfico y los desastres naturales —como los sismos—, que siguen ocurriendo mientras la pandemia sigue”, afirma Santillán.

Cómo evitar caer en Covid psicológico

La profesora Tania Martínez comparte cómo evita caer en dichas situaciones, “trato de tranquilizarme de esta idea de amenaza, dejarlo pasar y también comprender que lo que siento es normal que le pasa a la gente, que no es que esté loca o que esté separándome de la realidad, sino que es esto es derivado de una situación extrema de una crisis social emocional política geográfica mundial”.

Por lo general, aunque es una situación que le ocurre con frecuencia, se percata horas después, de que ya no tiene síntomas, aunque no deja de tomar las precauciones de necesarias para cuidar de su salud y la de su familia.

El Dr. Carlos Contreras, explica que lo normal, es experimentar periodos cortos, en los cuales, ”las persona resuelven la situación con sus propios recursos. Tratar de resolverlo en la medida de lo posible buscar los apoyos hablar con personas (…) y lo enfrentamos, lo encaramos y cuando no se excede cuándo ya afecta otras áreas de nuestra vida, estamos hablando de un proceso más serio o más patológico”.

A decir de la información de COMECSO, “los mexicanos estaremos viviendo estas tres etapas, donde la amenaza implica que las personas presenten síntomas físicos importantes y utilicen sus recursos personales y sociales para enfrentarse a la amenaza”.

El especialista Contreras Ibáñez, hace un llamado a buscar ayuda en caso de que la ansiedad, el estrés y el miedo no desaparezcan, para evitar afectar otros ambientes cotidianos, sin descartar, hacer caso a las señales de salud que indiquen que sí estamos enfermos para acudir con un médico o realizar la prueba para confirmar o descartar la sospecha.

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