La Ciudad de México, como muchas del mundo, está llena de fuentes. Estos elementos arquitectónicos de los espacios urbanos pueden tener un uso utilitario, ambiental o decorativo.
En sus inicios, las fuentes se hallaban en las plazas o lugares céntricos de los pueblos para abastecer de agua a los habitantes, ahora son más utilizadas para embellecer el paisaje urbano... o no.
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En varias calles de la capital, como Álvaro Obregón, en la colonia Roma, algunas de ellas están sin agua desde hace años. La fuente de La Ballenita, ubicada en el Parque de la Ballenita, en Av. Insurgentes Norte, en la Colonia San Simón Tolnahuac, es una de las más visitadas en Semana Santa... o cuando el calor aprieta.
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Las fuentes también sirven como atracciones turísticas, como la de la Diana Cazadora en Reforma, o la de Cibeles, en la Roma Norte y que ocupa la antigua plaza Miravalle, que ahora se llama Plaza Villa de Madrid.
Aunque está un poco escondido, el Parque Frida Kahlo, en la colonia La Concepción, en Coyoacán, también cuenta con una bella fuente que domina el lugar y que, sin siquiera intentarlo, deja en un lugar secundario las esculturas de los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera.
La escasez de agua o la falta de ganas, no permite que en algunos lugares las fuentes hagan su grata y refrescante labor de embellecer el paisaje urbano.
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