/ jueves 17 de diciembre de 2020

La pareja en tiempos de confinamiento por Covid-19

La actual emergencia sanitaria trae aparejados retos mayúsculos que exigen reorganizar las tareas y la convivencia. Una opinión de nuestra especialista

Ante la “nueva normalidad” que estamos viviendo en esta pandemia global, nos hemos visto en la necesidad de reaprender a convivir con "la pareja”, ya sea sentimental, fraternal o circunstancial.

Pero ¿cómo hacerlo?, si con el simple hecho de estar confinados resaltan los problemas de salud mental que pueden ser expresados desde trastornos de ansiedad o como episodios depresivos y hasta pérdida del sentido de la existencia, incluyendo ataques de trastornos obsesivo-compulsivos, en lo que parece un reto casi imposible.

Sin embargo, debemos lidiar con nuestros propios demonios y saber hacerlo, además, simultáneamente con los que pudiera desarrollar nuestra “pareja de convivencia”, porque no hay opción. Entonces, ¿qué es lo que debemos hacer?

Pues en primer lugar, identificar lo que siento ante esta situación en la que nos tocó vivir; cómo me afecta, cuáles son mis miedos, qué limitaciones tengo y cómo puedo compensarlas con mis fortalezas.

En segundo lugar, por no decir paralelamente, debo atender tanto los padecimientos físicos como los de origen mental, si es que los hubiese, con prioridad, y si se requiere, con un profesional.

En este punto, debo estar en condiciones óptimas para poder establecer “acuerdos con mi pareja”, principalmente sobre los quehaceres diarios, la organización del tiempo libre y el espacio disponible; las cuestiones financieras, la toma de decisiones y los asuntos inherentes a los hijos, si es que los hubiera.

Parece todo un reto, y lo es, pero no hay que olvidar que somos seres que nacimos para conectar, estar en la mente de otros como ellos están en la nuestra.

Y para finalizar, no olvidemos que todo lo que hacíamos anteriormente en soledad era, en la mayoría de casos, para compartirlo con otros, ocasionalmente, pero ahora ha cambiado esa acción en solitario por una manera de compartirlo durante este tiempo casi todo con alguien más en forma permanente.

Ante la “nueva normalidad” que estamos viviendo en esta pandemia global, nos hemos visto en la necesidad de reaprender a convivir con "la pareja”, ya sea sentimental, fraternal o circunstancial.

Pero ¿cómo hacerlo?, si con el simple hecho de estar confinados resaltan los problemas de salud mental que pueden ser expresados desde trastornos de ansiedad o como episodios depresivos y hasta pérdida del sentido de la existencia, incluyendo ataques de trastornos obsesivo-compulsivos, en lo que parece un reto casi imposible.

Sin embargo, debemos lidiar con nuestros propios demonios y saber hacerlo, además, simultáneamente con los que pudiera desarrollar nuestra “pareja de convivencia”, porque no hay opción. Entonces, ¿qué es lo que debemos hacer?

Pues en primer lugar, identificar lo que siento ante esta situación en la que nos tocó vivir; cómo me afecta, cuáles son mis miedos, qué limitaciones tengo y cómo puedo compensarlas con mis fortalezas.

En segundo lugar, por no decir paralelamente, debo atender tanto los padecimientos físicos como los de origen mental, si es que los hubiese, con prioridad, y si se requiere, con un profesional.

En este punto, debo estar en condiciones óptimas para poder establecer “acuerdos con mi pareja”, principalmente sobre los quehaceres diarios, la organización del tiempo libre y el espacio disponible; las cuestiones financieras, la toma de decisiones y los asuntos inherentes a los hijos, si es que los hubiera.

Parece todo un reto, y lo es, pero no hay que olvidar que somos seres que nacimos para conectar, estar en la mente de otros como ellos están en la nuestra.

Y para finalizar, no olvidemos que todo lo que hacíamos anteriormente en soledad era, en la mayoría de casos, para compartirlo con otros, ocasionalmente, pero ahora ha cambiado esa acción en solitario por una manera de compartirlo durante este tiempo casi todo con alguien más en forma permanente.

Policiaca

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