/ domingo 6 de septiembre de 2020

Iglesia lanza llamado de alerta para restaurar patrimonio histórico y religioso de CDMX

Se realiza primera misa con fieles en Basílica, tras meses de confinamiento

La Arquidiócesis de México llamó a las autoridades civiles "cumplir su palabra empeñada" para restaurar el patrimonio artístico, histórico, cultural y religioso de la capital mexicana, el cual resultó dañado por el sismo del 19 de septiembre del 2017.

En el editorial “Al rescate de nuestra historia”, publicado en la Revista Desde la Fe, alertó que dejar que las iglesias sean presa del descuido, el abandono, y la inseguridad, es atentar contra nuestra historia.

Cortesía Basílica de Guadalupe

Por ello, llamó a las autoridades correspondientes, debido a que la delincuencia, el allanamiento y el vandalismo se han encargado de generar más afectaciones al patrimonio de los mexicanos, tal es el caso del incendio ocurrido en la Parroquia de la Santa Veracruz hace más de una semana y que llevaba tres años cerrada por el terremoto.

El cardenal Carlos Aguiar ofició la misa dominical en la Basílica de Guadalupe con la presencia de fieles, tras varios meses de confinamiento por Covid-19.

En su homilía, el arzobispo primado de México comentó que la prolongada permanencia de la crisis de inseguridad que vive México se debe a la ambición de poder, de riqueza, a la ignorancia y a la indigencia, así como a la corrupción y a la falta de reconocimiento de la común dignidad de todo ser humano.

Agregó que la crisis de inseguridad “necesita justicia salvífica, es decir, atención tanto a los factores que la causan como a quienes la provocan”.

La pandemia de Covid-19 y la crisis sanitaria “exigen nuestra responsabilidad mirando el bien del prójimo, en tanto que la crisis económica, “pide nuestra solidaridad y capacidad de compartir con el necesitado, citó Aguiar

En tanto, la Arquidiócesis indicó que las iglesias históricas no son museos, siguen siendo templos vivos. Si las obras artísticas “tienen vida”, mucho más la tienen quienes las utilizan y se sirven de ellas; son, además, símbolos de la presencia de Dios, son en sí mismos figura y llamado a la reunión y al encuentro. Nos invitan y convocan.

Resaltó que a tres años del sismo del 19 de septiembre de 2017, que afectó a muchas iglesias que son parte del Patrimonio Histórico, Artístico y Religioso del país, “queremos hacer una reflexión y poner nuestra mirada en los avances de su restauración”.

La iglesia católica capitalina señaló que esos monumentos son de amplia relevancia cultural y artística; son patrimonio de todos, no sólo de los católicos, por la historia que nos enseñan y el arte reunido de los mejores arquitectos y artistas plásticos de México, reflejo de la historia de nuestro pueblo.

“Tenemos conciencia de que son muchos los daños y que los costos para poderlos intervenir son altos; sabemos lo largo y difícil de los estudios y procesos que se deben ejecutar, sobre todo si queremos que los trabajos perduren por muchos siglos más.

Además, es un hecho que la situación económica y la pandemia han complicado los avances, pero mantenemos la confianza en que todo será restaurado y, de nuestra parte, nos comprometemos a que, después de la aplicación de los recursos asignados, colaboraremos junto con el Pueblo de Dios en los detalles de mejoramiento”.

El editorial refirió que la inquietud no es aislada. La comparten muchas otras diócesis del país. Conocemos de avances, y de algunas iglesias terminadas y entregadas, pero nos preocupan aquellas que están cerradas y con riesgo de mayores daños. Como ejemplo está lo ocurrido hace unos días en la Parroquia de la Santa Veracruz.

El aniversario de los sismos de 1985 y 2017- reaviva nuestra preocupación e interés por atender lo dañado y conservar nuestros tesoros religiosos y culturales. No se trata sólo de ver la espiritualidad de la Iglesia, sino la riqueza y expresión artística, cultural e histórica.

Sólo unidos con las autoridades civiles y las comunidades eclesiales será posible restaurar y levantar nuestros edificios caídos, mas no destruidos. No queremos caer en el desánimo, ni en el cansancio; aunque tenemos muchos reportes de avances y muy buenos, necesitamos más.

Confiamos en que las autoridades cumplirán su palabra empeñada en los itinerarios de restauración para continuar el rescate de este patrimonio que, como se dijo anteriormente, es de todos los mexicanos.

JLP

La Arquidiócesis de México llamó a las autoridades civiles "cumplir su palabra empeñada" para restaurar el patrimonio artístico, histórico, cultural y religioso de la capital mexicana, el cual resultó dañado por el sismo del 19 de septiembre del 2017.

En el editorial “Al rescate de nuestra historia”, publicado en la Revista Desde la Fe, alertó que dejar que las iglesias sean presa del descuido, el abandono, y la inseguridad, es atentar contra nuestra historia.

Cortesía Basílica de Guadalupe

Por ello, llamó a las autoridades correspondientes, debido a que la delincuencia, el allanamiento y el vandalismo se han encargado de generar más afectaciones al patrimonio de los mexicanos, tal es el caso del incendio ocurrido en la Parroquia de la Santa Veracruz hace más de una semana y que llevaba tres años cerrada por el terremoto.

El cardenal Carlos Aguiar ofició la misa dominical en la Basílica de Guadalupe con la presencia de fieles, tras varios meses de confinamiento por Covid-19.

En su homilía, el arzobispo primado de México comentó que la prolongada permanencia de la crisis de inseguridad que vive México se debe a la ambición de poder, de riqueza, a la ignorancia y a la indigencia, así como a la corrupción y a la falta de reconocimiento de la común dignidad de todo ser humano.

Agregó que la crisis de inseguridad “necesita justicia salvífica, es decir, atención tanto a los factores que la causan como a quienes la provocan”.

La pandemia de Covid-19 y la crisis sanitaria “exigen nuestra responsabilidad mirando el bien del prójimo, en tanto que la crisis económica, “pide nuestra solidaridad y capacidad de compartir con el necesitado, citó Aguiar

En tanto, la Arquidiócesis indicó que las iglesias históricas no son museos, siguen siendo templos vivos. Si las obras artísticas “tienen vida”, mucho más la tienen quienes las utilizan y se sirven de ellas; son, además, símbolos de la presencia de Dios, son en sí mismos figura y llamado a la reunión y al encuentro. Nos invitan y convocan.

Resaltó que a tres años del sismo del 19 de septiembre de 2017, que afectó a muchas iglesias que son parte del Patrimonio Histórico, Artístico y Religioso del país, “queremos hacer una reflexión y poner nuestra mirada en los avances de su restauración”.

La iglesia católica capitalina señaló que esos monumentos son de amplia relevancia cultural y artística; son patrimonio de todos, no sólo de los católicos, por la historia que nos enseñan y el arte reunido de los mejores arquitectos y artistas plásticos de México, reflejo de la historia de nuestro pueblo.

“Tenemos conciencia de que son muchos los daños y que los costos para poderlos intervenir son altos; sabemos lo largo y difícil de los estudios y procesos que se deben ejecutar, sobre todo si queremos que los trabajos perduren por muchos siglos más.

Además, es un hecho que la situación económica y la pandemia han complicado los avances, pero mantenemos la confianza en que todo será restaurado y, de nuestra parte, nos comprometemos a que, después de la aplicación de los recursos asignados, colaboraremos junto con el Pueblo de Dios en los detalles de mejoramiento”.

El editorial refirió que la inquietud no es aislada. La comparten muchas otras diócesis del país. Conocemos de avances, y de algunas iglesias terminadas y entregadas, pero nos preocupan aquellas que están cerradas y con riesgo de mayores daños. Como ejemplo está lo ocurrido hace unos días en la Parroquia de la Santa Veracruz.

El aniversario de los sismos de 1985 y 2017- reaviva nuestra preocupación e interés por atender lo dañado y conservar nuestros tesoros religiosos y culturales. No se trata sólo de ver la espiritualidad de la Iglesia, sino la riqueza y expresión artística, cultural e histórica.

Sólo unidos con las autoridades civiles y las comunidades eclesiales será posible restaurar y levantar nuestros edificios caídos, mas no destruidos. No queremos caer en el desánimo, ni en el cansancio; aunque tenemos muchos reportes de avances y muy buenos, necesitamos más.

Confiamos en que las autoridades cumplirán su palabra empeñada en los itinerarios de restauración para continuar el rescate de este patrimonio que, como se dijo anteriormente, es de todos los mexicanos.

JLP

Policiaca

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