/ domingo 16 de febrero de 2020

Historias en el Metro: paraíso natural en las tripas de la ciudad

Además de Wifi, el Metro de la ciudad ofrece ya un espacio que te conecta con la naturaleza

Una amiga me sugirió visitar “La Selva” en el Metro Viveros. Hace unos días en la tarde andaba por ahí y decidí conocerla. Distraído que soy llegué a la puerta de la estación e inmediatamente a la derecha está una puerta cerrada. Sin mirar para otro lado, le pregunté a una mujer policía si estaba abierto el lugar de “La Selva”. Me vio con cara de extrañeza y me contestó con una pregunta y una respuesta ¿De qué me habla? ¡La Selva es toda la estación! Por fin levanté la vista y observé que el espacio total está acondicionado imitando la Selva Lacandona. Apenado, le ofrecí disculpas.

Entré a la estación y le hice la plática a una pareja de jóvenes que entre beso y beso recorrían el lugar. Ella, un poquito pasada de volumen, pero muy simpática, morena, de lentes y uniformada con un traje azul de una institución escolar. Él, alto, con un suéter al hombro, cabello largo lacio, y por cualquier razón apapachaba fuerte a su novia. Ambos muy sonrientes.

La chica me dijo que está estudiando para educadora y le dejaron de tarea hacer un escrito sobre la exposición. Su novio sólo era acompañante “para que me distraiga mientras hago el trabajo”, me dijo. Ambos rieron de buena gana.

Le pregunté a un policía alto y muy barrigón desde hace cuánto está instalada esta muestra ¡Hace como tres años! ¿Sí, verdad? Le pidió apoyo al jefe de estación. Sí, expresó secamente el otro. Ninguno de los dos le atinó porque después leí que la instalaron en febrero de 2018.

Todo el espacio asemeja una selva y se montó en Viveros porque se trata de dar un mensaje ecológico debido a que en la Selva Lacandona, en el estado de Chiapas, hay muchas especies en peligro de extinción. Leí en internet que son: la nutria de río, el mono aullador, el mono araña, el jaguar, el puma, el acelote, el tigrillo, el jaguarundi, el tapir, el pecarí de labios blancos y la mariposa monarca. Hay fotografías de la riqueza de fauna y flora que existe en la región y que corre el riesgo de desaparecer si la descuidamos.

Al ir bajando las escaleras se ve espectacular un puente colgante de más de 12 metros que atraviesa la entrada, con imitaciones de serpientes, monos y ocelotes. Vi que la gente se detiene unos minutos para admirar la instalación. Un niño estaba sentado en las escaleras muy serio con un cuaderno ¿Tarea? Le pregunté. Nomás asintió con la cabeza.

Terminé de ver y me salí, no sin antes despedirme de mis acompañantes de ocasión, la pareja de enamorados. Se me olvidó comer. Bueno, en la cena me desquito.

JLP

Una amiga me sugirió visitar “La Selva” en el Metro Viveros. Hace unos días en la tarde andaba por ahí y decidí conocerla. Distraído que soy llegué a la puerta de la estación e inmediatamente a la derecha está una puerta cerrada. Sin mirar para otro lado, le pregunté a una mujer policía si estaba abierto el lugar de “La Selva”. Me vio con cara de extrañeza y me contestó con una pregunta y una respuesta ¿De qué me habla? ¡La Selva es toda la estación! Por fin levanté la vista y observé que el espacio total está acondicionado imitando la Selva Lacandona. Apenado, le ofrecí disculpas.

Entré a la estación y le hice la plática a una pareja de jóvenes que entre beso y beso recorrían el lugar. Ella, un poquito pasada de volumen, pero muy simpática, morena, de lentes y uniformada con un traje azul de una institución escolar. Él, alto, con un suéter al hombro, cabello largo lacio, y por cualquier razón apapachaba fuerte a su novia. Ambos muy sonrientes.

La chica me dijo que está estudiando para educadora y le dejaron de tarea hacer un escrito sobre la exposición. Su novio sólo era acompañante “para que me distraiga mientras hago el trabajo”, me dijo. Ambos rieron de buena gana.

Le pregunté a un policía alto y muy barrigón desde hace cuánto está instalada esta muestra ¡Hace como tres años! ¿Sí, verdad? Le pidió apoyo al jefe de estación. Sí, expresó secamente el otro. Ninguno de los dos le atinó porque después leí que la instalaron en febrero de 2018.

Todo el espacio asemeja una selva y se montó en Viveros porque se trata de dar un mensaje ecológico debido a que en la Selva Lacandona, en el estado de Chiapas, hay muchas especies en peligro de extinción. Leí en internet que son: la nutria de río, el mono aullador, el mono araña, el jaguar, el puma, el acelote, el tigrillo, el jaguarundi, el tapir, el pecarí de labios blancos y la mariposa monarca. Hay fotografías de la riqueza de fauna y flora que existe en la región y que corre el riesgo de desaparecer si la descuidamos.

Al ir bajando las escaleras se ve espectacular un puente colgante de más de 12 metros que atraviesa la entrada, con imitaciones de serpientes, monos y ocelotes. Vi que la gente se detiene unos minutos para admirar la instalación. Un niño estaba sentado en las escaleras muy serio con un cuaderno ¿Tarea? Le pregunté. Nomás asintió con la cabeza.

Terminé de ver y me salí, no sin antes despedirme de mis acompañantes de ocasión, la pareja de enamorados. Se me olvidó comer. Bueno, en la cena me desquito.

JLP

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