/ lunes 6 de septiembre de 2021

Estado de México, región que más tunas produce en el país

El Valle de Teotihuacán y otros municipios del Estado de México es una de las regiones del país que más tunas producen. Las hay rojas, verdes, anaranjadas, amarillas, blanca burrón, criolla, pico chulo, cristalinas y xononostle, que son el deleite, por su color y sabor, del paladar nacional e internacional, y está disponible en poco más de seis meses del año, a precio económico.

Aunque esta fruta se cultiva en 16 estados, en poco más de 45 mil 140 hectáreas; el año pasado su producción alcanzó 471 mil 427 toneladas, de acuerdo a datos del Servicio de Información Agroalimentaria (SIAP) de la Secretaría de Agricultura.

La tuna es un alimento con un alto valor nutrimental que aporta minerales, vitaminas y proteínas. Es proveniente de la familia de las cactáceas y una gran alternativa para complementar una dieta equilibrada y con mucho sabor. Contienen pigmentos llamados betalaínas, potentes antioxidantes que protegen de enfermedades del corazón.

La zona tunera del Estado de México abarca municipios y pueblos como: San Juan Teotihuacán, San Martín de las Pirámides, Acolman, Otumba, Axapusco Nopaltepec y Temaxcalapa, Santiago Tolman, San Felipe Teotitlán.

En ese territorio, hay productores que se han abierto camino para exportar ese fruto a ciudades de la Unión Americana como Chicago, California, Nueva York, Maryland, Texas. Y son también quienes surten a las principales Centrales de Abasto del país.

En un recorrido que realizó La Prensa, en el municipio de Otumba, Estado de México, nos recibió Álvaro Díaz Andrade, productor de nopal y tuna, y frutos orgánicos selectos, que cuenta con certificados en procesos orgánicos para enviar tunas a Estados Unidos.

El agricultor, que estudió la carrera de ingeniero agrícola en la FES Cuautitlán de la UNAM, detalló que la mayor producción de tuna va desde mayo hasta diciembre, debido a que se han hecho diferentes técnicas de producción lo que les permite tener cosechas por una temporada más larga.

Las técnicas para tirar la floración, detalló, permiten que la fruta esté disponible en los meses de octubre y noviembre, así como tener diferentes cosechas y el nopal tunero siga creciendo y la producción sea para más de seis meses.

Díaz Andrade explicó que una mata de nopal tunero productivo, tarda 5 años en alcanzar una buena altura. Mientras que una tuna, de la que crece la flor tarda 3 meses en madurar y esa planta puede dar hasta 50 kilos del fruto. Aunque, hay productores que logran que sus matas produzcan hasta 100 kilos.

El productor de 37 años, platicó que mucha gente cree que “al nopal sólo se le visita cuando tiene tunas”, pero no es así, esa planta requiere atención, manejo de fertilización tanto en el suelo, se le agregan fertilizantes orgánicos certificados.

Foto: David Deolarte | La Prensa

Las 16 mil hectáreas compactas en el Valle de Teotihuacán, la han convertido en una zona muy bondadosa para el cultivo de la tuna y el nopal verdura.

Narró que ha crecido la exportación, del cultivo de tuna anaranjada o amarilla, la cual tiene una gran aceptación en la Unión Americana, Canadá y Europa por su sabor y color.

Para enviar su producto cuenta con una certificación orgánica nacional y de Estados Unidos y los empaques requeridos. A la fecha, está enfocado en la exportación, de la cual envía al menos 40 toneladas por semana.

Y la tuna que no cumple con los controles de calidad, la envía a un banco de alimentos del Estado de México.

Cosechar la tuna no es nada fácil. Tanto Álvaro como parte de sus cortadores señalaron que se espinan de manera frecuente, les vuela en la boca, en el cuello y lo más peligroso es que puedan volar a los ojos, pero no les gusta ponerse lentes.

PROMOCIONAR SU CONSUMO

Hace falta más promoción al consumo de la tuna y sus bondades, para quitar malas promociones, “como sí hacen daño, que si te tapan…eso es mentira”. Por el contrario, tiene grandes cantidades de fibra, da un aporte nutrimental importante.

En sus tierras laboran 20 personas en el corte y proceso. La jornada del nopalero comienza a las 5 de la mañana y termina después del mediodía; varios de ellos cortan entre 500 y 1000 kilos diarios. Para ellos, el viento no es un buen consejero, porque vuelan las espinas.

“Como patrón pasas por ellos, les dan el desayuno y la comida, pero aun así, no es fácil encontrar personal calificado, la gente no quiere trabajar en el campo, en el corte de la tuna”, indicó.

Del nopal tunero ya se están elaborando diversos artículos como fibras, extracción de aceite, papel maché, prendas de vestir y envases en la semilla, por ello Álvaro Díaz invitan a la comunidad empresarial a que se vincule con los productores mexiquenses para llevar a cabo desarrollo y no descarta hacer tunas deshidratadas y otros productos para la cadena alimenticia

“Tenemos una gran producción y falta mucha industria, es un área de oportunidad. Aunque no siempre tienen los suficientes apoyos. Es un tema de corresponsabilidad entre el gobierno y productores”, consideró.

En la gira que organizó la Secretaría de Agricultura, Díaz Andrade resaltó que la vinculación con la academia les ha permitido incursionar con otros proyectos.

Foto: David Deolarte | La Prensa

Tras el corte de las tunas, se colocan en cajas para llevarlas a un área de selección. Para enviarlo a la exportación el fruto lleva un proceso de desespinado, seleccionado y acomodado.

En su planta, la química, farmacéutica bióloga, con maestría en ciencias, Laura de la Vega, gerente de inocuidad encarga de frutos orgánicos detalló que una vez que se trae el producto del campo, se realiza el proceso manual desespinado; se evalúa que no traiga plaga, que el corte vaya bien, esté fresco, que no traigas material químico ni físico.

Expuso que la empresa está certificada por varias compañías, por lo cual deben cumplir controles y reglamentos que se debe cumplir para entrar al empaque.

La tuna de exportación se transporta vía terrestre, en un recorrido de 17 horas a McAllen, Texas, de ahí se distribuye a otras ciudades americanas y de Canadá.

Distribuidores de tunas en San Martín de las Pirámides

En San Martín de las pirámides, cerca del Mercado de la Tuna, se encuentra una gran bodega que mueve decenas de toneladas diarias del fruto del nopal, se trata de la Distribuidora Pirámides Teotihuacán, propiedad de Juan Armando Hernández Céspedes.

Ahí comercializan la tuna, la mayor parte que empacan se va hacia Estados Unidos, y el resto la envían a la Central de Abasto de la Ciudad de México.

En una plática con Juan Hernández Céspedes, dijo que la bodega en la que hoy laboran se hizo con apoyo del Sedagro y Sagarpa. “Hace muchos años, les tocaba cargar a pie de carretera, se formaba el tráiler, las camionetas, se hacía de manera rudimentaria”.

Luego, lograron avanzar con el andén, la bodega, el arco techo y posteriormente van a ir avanzando para certificar la bodega, y tratar de estar mejor preparados.

En plena faena, de empaque de tuna y xochonostle, en cajas plásticas negras que enviarán al vecino país del norte, explicó que las cajas de madera se envían al mercado nacional, la mayoría de ellas llega a la Central de Abasto, en Iztapalapa.

El productor, quien labora en compañía de sus hermanos, puntualizó que cuando es el apogeo del cultivo de tuna es de 15 a 20 toneladas diarias.

“El manejo depende de la demanda nacional e internacional, de martes a sábado, lo que embarcan son 10 toneladas diarias a Estados Unidos, pero también hay otros distribuidores en la zona.

El precio de la tuna se va conformando de acuerdo a la producción, de la oferta y la demanda. “Como en todos los productos tiene el fruto, hay competencia, si hay mucha producción se abarata, y si hay poco se puede vender más caro. El precio bueno es cuando comienza y cuando termina la temporada”.

Juan Hernández describió que la mejor fruta se cosecha en agosto, “que desafortunadamente está más barata; cuando empieza están verdes, un poco insípidas y al final de la temporada es baja la producción.

No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado

Sin embargo, agregó que su distribuidora ha logrado mandar fruta hasta febrero del año que viene. Empiezan por mayo y finalizan en febrero con pocas.

En Estados Unidos, piden la tuna muy verde, para que aguante el trayecto vía terrestre, que son de 48 a 58 horas hasta el destino final; mandamos a Los Ángeles, tienen otro cliente en McAllen, Texas, a quienes les envían xocohostle, tuna roja, amarilla, mandarina y nopal.

En ese centro de acopio, junto con sobrino Luis Fernando Céspedes montó una mesa con las diferentes tunas que se dan en la región: la Reina es la más conocida y la más consumida; cristalina o burrona, la roja, anaranjada o mandarina y el xoconostle variedad de tuna agria.

Pero también mostró otros alimentos que preparan con esa fruta como paletas de tuna con tequila o ron, tuna verde o roja con o sin chile; nopales y xoconostles confitados o con chocolate.

En esa bodega, en San Martín de la Pirámides trabajan en promedio 20 personas, pero hay ocasiones que necesitan más personal de manera temporal.

Para él y sus hermanos no es nuevo el tema de la exportación. Su papá comenzó con los envíos a EU, hace 20 años, han ido de menos a más. “En ese tiempo eran de los pocos que mandaban tunas al extranjero. No era tan estricto enviar. Ahora son más. Hay más competencia. Y se deben cumplir más reglas de sanidad e inocuidad y contar con certificados. Por lo que agradeció el apoyo y orientación de los ingenieros de la SADER, entre ellos, a Melitón Hernández, jefe de Distrito, Zumpago.

Luis Fernando Céspedes, ingeniero agrónomo, explicó que los fertilizantes que utilizan en las nopales son ocupan orgánicos no químicos, porque producen mucha radioactividad, los pesticidas afectan al medio ambiente, por lo que “nosotros ocupamos productos hechos a base de extracto de algas y plantas nacionales”.

Los fertilizantes se le ponen tres veces al año. “Se ocupan cuando está en botón, en flor y a punto de salir la fruta. Para ello utilizan vitaminas a base de algas, para que la fruta desarrolle, tenga tamaño, brillo y sabor. También usan abono de ganado de res.

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El Valle de Teotihuacán y otros municipios del Estado de México es una de las regiones del país que más tunas producen. Las hay rojas, verdes, anaranjadas, amarillas, blanca burrón, criolla, pico chulo, cristalinas y xononostle, que son el deleite, por su color y sabor, del paladar nacional e internacional, y está disponible en poco más de seis meses del año, a precio económico.

Aunque esta fruta se cultiva en 16 estados, en poco más de 45 mil 140 hectáreas; el año pasado su producción alcanzó 471 mil 427 toneladas, de acuerdo a datos del Servicio de Información Agroalimentaria (SIAP) de la Secretaría de Agricultura.

La tuna es un alimento con un alto valor nutrimental que aporta minerales, vitaminas y proteínas. Es proveniente de la familia de las cactáceas y una gran alternativa para complementar una dieta equilibrada y con mucho sabor. Contienen pigmentos llamados betalaínas, potentes antioxidantes que protegen de enfermedades del corazón.

La zona tunera del Estado de México abarca municipios y pueblos como: San Juan Teotihuacán, San Martín de las Pirámides, Acolman, Otumba, Axapusco Nopaltepec y Temaxcalapa, Santiago Tolman, San Felipe Teotitlán.

En ese territorio, hay productores que se han abierto camino para exportar ese fruto a ciudades de la Unión Americana como Chicago, California, Nueva York, Maryland, Texas. Y son también quienes surten a las principales Centrales de Abasto del país.

En un recorrido que realizó La Prensa, en el municipio de Otumba, Estado de México, nos recibió Álvaro Díaz Andrade, productor de nopal y tuna, y frutos orgánicos selectos, que cuenta con certificados en procesos orgánicos para enviar tunas a Estados Unidos.

El agricultor, que estudió la carrera de ingeniero agrícola en la FES Cuautitlán de la UNAM, detalló que la mayor producción de tuna va desde mayo hasta diciembre, debido a que se han hecho diferentes técnicas de producción lo que les permite tener cosechas por una temporada más larga.

Las técnicas para tirar la floración, detalló, permiten que la fruta esté disponible en los meses de octubre y noviembre, así como tener diferentes cosechas y el nopal tunero siga creciendo y la producción sea para más de seis meses.

Díaz Andrade explicó que una mata de nopal tunero productivo, tarda 5 años en alcanzar una buena altura. Mientras que una tuna, de la que crece la flor tarda 3 meses en madurar y esa planta puede dar hasta 50 kilos del fruto. Aunque, hay productores que logran que sus matas produzcan hasta 100 kilos.

El productor de 37 años, platicó que mucha gente cree que “al nopal sólo se le visita cuando tiene tunas”, pero no es así, esa planta requiere atención, manejo de fertilización tanto en el suelo, se le agregan fertilizantes orgánicos certificados.

Foto: David Deolarte | La Prensa

Las 16 mil hectáreas compactas en el Valle de Teotihuacán, la han convertido en una zona muy bondadosa para el cultivo de la tuna y el nopal verdura.

Narró que ha crecido la exportación, del cultivo de tuna anaranjada o amarilla, la cual tiene una gran aceptación en la Unión Americana, Canadá y Europa por su sabor y color.

Para enviar su producto cuenta con una certificación orgánica nacional y de Estados Unidos y los empaques requeridos. A la fecha, está enfocado en la exportación, de la cual envía al menos 40 toneladas por semana.

Y la tuna que no cumple con los controles de calidad, la envía a un banco de alimentos del Estado de México.

Cosechar la tuna no es nada fácil. Tanto Álvaro como parte de sus cortadores señalaron que se espinan de manera frecuente, les vuela en la boca, en el cuello y lo más peligroso es que puedan volar a los ojos, pero no les gusta ponerse lentes.

PROMOCIONAR SU CONSUMO

Hace falta más promoción al consumo de la tuna y sus bondades, para quitar malas promociones, “como sí hacen daño, que si te tapan…eso es mentira”. Por el contrario, tiene grandes cantidades de fibra, da un aporte nutrimental importante.

En sus tierras laboran 20 personas en el corte y proceso. La jornada del nopalero comienza a las 5 de la mañana y termina después del mediodía; varios de ellos cortan entre 500 y 1000 kilos diarios. Para ellos, el viento no es un buen consejero, porque vuelan las espinas.

“Como patrón pasas por ellos, les dan el desayuno y la comida, pero aun así, no es fácil encontrar personal calificado, la gente no quiere trabajar en el campo, en el corte de la tuna”, indicó.

Del nopal tunero ya se están elaborando diversos artículos como fibras, extracción de aceite, papel maché, prendas de vestir y envases en la semilla, por ello Álvaro Díaz invitan a la comunidad empresarial a que se vincule con los productores mexiquenses para llevar a cabo desarrollo y no descarta hacer tunas deshidratadas y otros productos para la cadena alimenticia

“Tenemos una gran producción y falta mucha industria, es un área de oportunidad. Aunque no siempre tienen los suficientes apoyos. Es un tema de corresponsabilidad entre el gobierno y productores”, consideró.

En la gira que organizó la Secretaría de Agricultura, Díaz Andrade resaltó que la vinculación con la academia les ha permitido incursionar con otros proyectos.

Foto: David Deolarte | La Prensa

Tras el corte de las tunas, se colocan en cajas para llevarlas a un área de selección. Para enviarlo a la exportación el fruto lleva un proceso de desespinado, seleccionado y acomodado.

En su planta, la química, farmacéutica bióloga, con maestría en ciencias, Laura de la Vega, gerente de inocuidad encarga de frutos orgánicos detalló que una vez que se trae el producto del campo, se realiza el proceso manual desespinado; se evalúa que no traiga plaga, que el corte vaya bien, esté fresco, que no traigas material químico ni físico.

Expuso que la empresa está certificada por varias compañías, por lo cual deben cumplir controles y reglamentos que se debe cumplir para entrar al empaque.

La tuna de exportación se transporta vía terrestre, en un recorrido de 17 horas a McAllen, Texas, de ahí se distribuye a otras ciudades americanas y de Canadá.

Distribuidores de tunas en San Martín de las Pirámides

En San Martín de las pirámides, cerca del Mercado de la Tuna, se encuentra una gran bodega que mueve decenas de toneladas diarias del fruto del nopal, se trata de la Distribuidora Pirámides Teotihuacán, propiedad de Juan Armando Hernández Céspedes.

Ahí comercializan la tuna, la mayor parte que empacan se va hacia Estados Unidos, y el resto la envían a la Central de Abasto de la Ciudad de México.

En una plática con Juan Hernández Céspedes, dijo que la bodega en la que hoy laboran se hizo con apoyo del Sedagro y Sagarpa. “Hace muchos años, les tocaba cargar a pie de carretera, se formaba el tráiler, las camionetas, se hacía de manera rudimentaria”.

Luego, lograron avanzar con el andén, la bodega, el arco techo y posteriormente van a ir avanzando para certificar la bodega, y tratar de estar mejor preparados.

En plena faena, de empaque de tuna y xochonostle, en cajas plásticas negras que enviarán al vecino país del norte, explicó que las cajas de madera se envían al mercado nacional, la mayoría de ellas llega a la Central de Abasto, en Iztapalapa.

El productor, quien labora en compañía de sus hermanos, puntualizó que cuando es el apogeo del cultivo de tuna es de 15 a 20 toneladas diarias.

“El manejo depende de la demanda nacional e internacional, de martes a sábado, lo que embarcan son 10 toneladas diarias a Estados Unidos, pero también hay otros distribuidores en la zona.

El precio de la tuna se va conformando de acuerdo a la producción, de la oferta y la demanda. “Como en todos los productos tiene el fruto, hay competencia, si hay mucha producción se abarata, y si hay poco se puede vender más caro. El precio bueno es cuando comienza y cuando termina la temporada”.

Juan Hernández describió que la mejor fruta se cosecha en agosto, “que desafortunadamente está más barata; cuando empieza están verdes, un poco insípidas y al final de la temporada es baja la producción.

No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado

Sin embargo, agregó que su distribuidora ha logrado mandar fruta hasta febrero del año que viene. Empiezan por mayo y finalizan en febrero con pocas.

En Estados Unidos, piden la tuna muy verde, para que aguante el trayecto vía terrestre, que son de 48 a 58 horas hasta el destino final; mandamos a Los Ángeles, tienen otro cliente en McAllen, Texas, a quienes les envían xocohostle, tuna roja, amarilla, mandarina y nopal.

En ese centro de acopio, junto con sobrino Luis Fernando Céspedes montó una mesa con las diferentes tunas que se dan en la región: la Reina es la más conocida y la más consumida; cristalina o burrona, la roja, anaranjada o mandarina y el xoconostle variedad de tuna agria.

Pero también mostró otros alimentos que preparan con esa fruta como paletas de tuna con tequila o ron, tuna verde o roja con o sin chile; nopales y xoconostles confitados o con chocolate.

En esa bodega, en San Martín de la Pirámides trabajan en promedio 20 personas, pero hay ocasiones que necesitan más personal de manera temporal.

Para él y sus hermanos no es nuevo el tema de la exportación. Su papá comenzó con los envíos a EU, hace 20 años, han ido de menos a más. “En ese tiempo eran de los pocos que mandaban tunas al extranjero. No era tan estricto enviar. Ahora son más. Hay más competencia. Y se deben cumplir más reglas de sanidad e inocuidad y contar con certificados. Por lo que agradeció el apoyo y orientación de los ingenieros de la SADER, entre ellos, a Melitón Hernández, jefe de Distrito, Zumpago.

Luis Fernando Céspedes, ingeniero agrónomo, explicó que los fertilizantes que utilizan en las nopales son ocupan orgánicos no químicos, porque producen mucha radioactividad, los pesticidas afectan al medio ambiente, por lo que “nosotros ocupamos productos hechos a base de extracto de algas y plantas nacionales”.

Los fertilizantes se le ponen tres veces al año. “Se ocupan cuando está en botón, en flor y a punto de salir la fruta. Para ello utilizan vitaminas a base de algas, para que la fruta desarrolle, tenga tamaño, brillo y sabor. También usan abono de ganado de res.

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