/ lunes 10 de mayo de 2021

Entre flores, veladoras y tristeza, continúa remoción de escombros en la zona cero de la L12 del Metro

Las labores de remoción de escombros en la zona cero, donde se desplomó el Metro sobre avenida Tláhuac, se han llevado a cabo en gran medida, aunque la parte más pesada no se ha levantado y será el martes, que la empresa noruega DNV evalúe qué parte de la estructura se levantará, mediante el trabajo de dicha compañía quien lleva a cabo el peritaje del accidente.

Caninos de búsqueda, del Agrupamiento Fuerza de Tarea “Zorros”, han complementado las labores del personal de diversas dependencias de rescate, al rastrear en la zona para descartar la existencia de cuerpos atrapados.

LEE TAMBIÉN: Línea 12 ya había presentado averías relevantes en sus instalaciones durante el 2010

Foto: Arianna Alfaro | La Prensa

Foto: Arianna Alfaro | La Prensa


Arreglos florales, veladoras, fotografías y pancartas, ocupan parte de la acera, frente al lugar del incidente ocurrido el lunes pasado, los curiosos no dejan de acerarse para ver algunos de los nombres y rostros de quienes perdieron la vida, permanecen por unos instantes y se retiran.

Algunas de las consignas, han quedado plasmadas en las vallas metálicas, pintadas en cartulinas, en las que se puede leer la exigencia de justicia, para los 26 muertos y los más de 80 heridos que dejó el aparatoso derrumbe.

Curiosos al acecho

La circulación en los alrededores se torna lenta, pero, más todavía, cuando los pasajeros, conductores o peatones, hacen paradas parciales para tomar videos o fotografías de aquél caos, que eriza la piel de solo mirar.

La afluencia de personas no beneficia a los vendedores de la localidad, ya que compran, solo llegan a observar y se retiran, así narra Araceli Robles, quien ha sido comerciante de la zona desde hace 18 años, “hay mucho morbo, viene mucha gente por curiosidad”.

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Sobre el incidente ella comenta que “este pedacito tronaba mucho, diario, pero nunca pensamos que se fuera a caer”, sus amigos y familiares se preocuparon por ella el día del accidente, “me llamó mucha gente porque aquí trabajo”, pero ella ya estaba en su casa cuando todo ocurrió.

Araceli, dedicada la venta de gorras y lentes a la entrada del centro comercial sobre avenida Tláhuac, se solidariza con las familias y sus pérdidas, ella y sus hijos también son usuarios del Metro y sabe que les pudo pasar a ellos también.

Hasta el momento, las autoridades no han reportado nuevos hallazgos, y se seguirá trabajando en el lugar con la finalidad de conocer las causas del accidente, a cargo de la empresa noruega, así como de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México.

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Las labores de remoción de escombros en la zona cero, donde se desplomó el Metro sobre avenida Tláhuac, se han llevado a cabo en gran medida, aunque la parte más pesada no se ha levantado y será el martes, que la empresa noruega DNV evalúe qué parte de la estructura se levantará, mediante el trabajo de dicha compañía quien lleva a cabo el peritaje del accidente.

Caninos de búsqueda, del Agrupamiento Fuerza de Tarea “Zorros”, han complementado las labores del personal de diversas dependencias de rescate, al rastrear en la zona para descartar la existencia de cuerpos atrapados.

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Foto: Arianna Alfaro | La Prensa

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Arreglos florales, veladoras, fotografías y pancartas, ocupan parte de la acera, frente al lugar del incidente ocurrido el lunes pasado, los curiosos no dejan de acerarse para ver algunos de los nombres y rostros de quienes perdieron la vida, permanecen por unos instantes y se retiran.

Algunas de las consignas, han quedado plasmadas en las vallas metálicas, pintadas en cartulinas, en las que se puede leer la exigencia de justicia, para los 26 muertos y los más de 80 heridos que dejó el aparatoso derrumbe.

Curiosos al acecho

La circulación en los alrededores se torna lenta, pero, más todavía, cuando los pasajeros, conductores o peatones, hacen paradas parciales para tomar videos o fotografías de aquél caos, que eriza la piel de solo mirar.

La afluencia de personas no beneficia a los vendedores de la localidad, ya que compran, solo llegan a observar y se retiran, así narra Araceli Robles, quien ha sido comerciante de la zona desde hace 18 años, “hay mucho morbo, viene mucha gente por curiosidad”.

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Sobre el incidente ella comenta que “este pedacito tronaba mucho, diario, pero nunca pensamos que se fuera a caer”, sus amigos y familiares se preocuparon por ella el día del accidente, “me llamó mucha gente porque aquí trabajo”, pero ella ya estaba en su casa cuando todo ocurrió.

Araceli, dedicada la venta de gorras y lentes a la entrada del centro comercial sobre avenida Tláhuac, se solidariza con las familias y sus pérdidas, ella y sus hijos también son usuarios del Metro y sabe que les pudo pasar a ellos también.

Hasta el momento, las autoridades no han reportado nuevos hallazgos, y se seguirá trabajando en el lugar con la finalidad de conocer las causas del accidente, a cargo de la empresa noruega, así como de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México.

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