/ lunes 6 de abril de 2020

El coronavirus no para sus venta de tacos y sale sin miedo a trabajar

Blanca no se puede dar el lujo de no salir a la calle y estar encerrada en cuarentena, porque vive al día

Blanca Sánchez es una de las millones de mexicanas que sale todos los días a trabajar, en esta etapa de contingencia sanitaria por el Covid-19, ella no se puede dar el lujo de no salir a la calle y estar encerrada en cuarentena, porque vive al día. No cuenta con un trabajo formal desde hace más de un año, por lo que decidió salir a buscarse la vida y no morir en el intento.

Puso un puesto ambulante de tacos de guisado en una zona de fábricas en Cuautilán Izcalli, Estado de México, donde la mayoría de sus clientes son traileros que pasan por esa carretera que asemeja un cañón entre los cerros. Pero no le fue fácil, instalarse, ya que los otros ambulantes la corrían del lugar, no la dejaban vender. Pero fue más necesidad y necedad que logró tener un lugar para expender sus alimentos y refrescos.

No tiene miedo de contagiarse del coronavirus, pero si lo tuviera, también tendrían que salir a ganarse dinero diario para subsistir y apoyar a sus padres. Es diabética e hipertensa, uno de los grupos más vulnerables para contagiarse, de acuerdo a la Secretaría de Salud.

Sánchez forma parte de los 31 millones 123,328 de mexicanos (56.1%) que laboran en la informalidad, vive en una de las decenas colonias que forman parte de integran Cuautepec, alcaldía de Gustavo A Madero, donde poca gente compra tacos de guisado, por el bajo poder de compra de la mayoría de la población, por ello tuvo que buscar un lugar de fábricas para vender su comida.

Los traileros, mecánicos, montacargas, talacheros, repartidores, quienes les cobran sus tacos, tampoco van a parar en esta contingencia sanitaria, ya que ellos son los que mueven parte de los alimentos que llegan a las abarroteros, centrales de abasto, mercados y supermercados. Le piden que no deje de ir esta cuarentena porque no hay donde comer. Muchos lugares donde comían están cerrados.

Ella confía que no se pare todo el sector productivo, pese a las restricciones de las autoridades mexicanas de salud, porque se agravará la economía informal por las medidas de confinamiento de la población... y si poca gente puede comprar en la calle; los que venden tacos o tienen un pequeño comercio ambulante resentirán la baja en sus ingresos, además, “somos personas sin seguridad social ni prestaciones que les permitan protegerse incluso de la pandemia.

En la preparación de sus guisados y el envasado de sus alimentos, como chicharrón en salsa verde, chiles rellenos, costillitas de cerdo en morita, chilaquiles verdes, huevo en pasilla, arroz y otros, platica de las pocas opciones que tiene para ganarse la vida.

Muy limpia en su persona y en la preparación de sus alimentos, en compañía de sus padres, platica de manera franca, mueve sus manos y añade: “tengo 54 años, intenté buscar un empleo pero por la edad no me contratan o me quiere pagar una miseria. Tengo experiencia en administración, contabilidad, crédito y cobranza, estudie una carrera técnica en contabilidad”.

Pese a que en México está prohibido discriminar por raza, razón social, edad, entre otras es un hecho que después de los 45 años a poca gente se contrata de manera formal.

Blanquita se coloca su cubre bocas y mandil. Continúa envasando sus guisados, para que lleguen calientitos a sus clientes. Si bien es una persona que le gusta leer e ilustrarse de diversos temas, no cree que el Coronavirus vaya a ser letal en México.

A la fecha, México, con 2143 casos confirmados y 94 fallecimientos, implementó la Fase 2 desde el pasado 24 de marzo, donde solicitó a los mexicanos no realizar las actividades que no sean indispensables, se suspendieron eventos masivos y si pueden, se queden en casa. Aunque desde la segunda semana de marzo muchas empresas mandaron a sus trabajadores al Home Office y el gobierno días después.

Vivir al día no es fácil, dice Sánchez, quien es conocida como la señora de la camioneta en su negocio ambulante, pero por la edad no encontró un empleo formal y los que hay son de salario mínimo, 123.22 pesos diarios, 3696 al mes, cantidad que no alcanza para nada, como diabética e hipertensa compra medicinas, alimentos, paga deudas y servicios, describe.

Trabaja de lunes a viernes debido a que en la zona fabril baja el movimiento los fines de semana, y apenas le alcanza para írsela llevando. Al preguntarle cuánto gana, comenta que es variable, no siempre es lo mismo. Porque en el comercio, aunque la comida es muy socorrida hay días buenos y malos.

Sánchez considera que las millones de personas en la informalidad, no sólo peligran, también los que tienen un trabajo si se alarga el paro por la pandemia.

Platicó que se deprimió por uno días, luego decidió tomar el toro por los cuernos y vender tacos, y ya lleva poco más de un año con su negocio. Pero ahora, con el Covid-19, no te queda más que decir “o te carga la fregada por un virus o te mueres de hambre por estar en cuarentena”.

Blanca Sánchez es una de las millones de mexicanas que sale todos los días a trabajar, en esta etapa de contingencia sanitaria por el Covid-19, ella no se puede dar el lujo de no salir a la calle y estar encerrada en cuarentena, porque vive al día. No cuenta con un trabajo formal desde hace más de un año, por lo que decidió salir a buscarse la vida y no morir en el intento.

Puso un puesto ambulante de tacos de guisado en una zona de fábricas en Cuautilán Izcalli, Estado de México, donde la mayoría de sus clientes son traileros que pasan por esa carretera que asemeja un cañón entre los cerros. Pero no le fue fácil, instalarse, ya que los otros ambulantes la corrían del lugar, no la dejaban vender. Pero fue más necesidad y necedad que logró tener un lugar para expender sus alimentos y refrescos.

No tiene miedo de contagiarse del coronavirus, pero si lo tuviera, también tendrían que salir a ganarse dinero diario para subsistir y apoyar a sus padres. Es diabética e hipertensa, uno de los grupos más vulnerables para contagiarse, de acuerdo a la Secretaría de Salud.

Sánchez forma parte de los 31 millones 123,328 de mexicanos (56.1%) que laboran en la informalidad, vive en una de las decenas colonias que forman parte de integran Cuautepec, alcaldía de Gustavo A Madero, donde poca gente compra tacos de guisado, por el bajo poder de compra de la mayoría de la población, por ello tuvo que buscar un lugar de fábricas para vender su comida.

Los traileros, mecánicos, montacargas, talacheros, repartidores, quienes les cobran sus tacos, tampoco van a parar en esta contingencia sanitaria, ya que ellos son los que mueven parte de los alimentos que llegan a las abarroteros, centrales de abasto, mercados y supermercados. Le piden que no deje de ir esta cuarentena porque no hay donde comer. Muchos lugares donde comían están cerrados.

Ella confía que no se pare todo el sector productivo, pese a las restricciones de las autoridades mexicanas de salud, porque se agravará la economía informal por las medidas de confinamiento de la población... y si poca gente puede comprar en la calle; los que venden tacos o tienen un pequeño comercio ambulante resentirán la baja en sus ingresos, además, “somos personas sin seguridad social ni prestaciones que les permitan protegerse incluso de la pandemia.

En la preparación de sus guisados y el envasado de sus alimentos, como chicharrón en salsa verde, chiles rellenos, costillitas de cerdo en morita, chilaquiles verdes, huevo en pasilla, arroz y otros, platica de las pocas opciones que tiene para ganarse la vida.

Muy limpia en su persona y en la preparación de sus alimentos, en compañía de sus padres, platica de manera franca, mueve sus manos y añade: “tengo 54 años, intenté buscar un empleo pero por la edad no me contratan o me quiere pagar una miseria. Tengo experiencia en administración, contabilidad, crédito y cobranza, estudie una carrera técnica en contabilidad”.

Pese a que en México está prohibido discriminar por raza, razón social, edad, entre otras es un hecho que después de los 45 años a poca gente se contrata de manera formal.

Blanquita se coloca su cubre bocas y mandil. Continúa envasando sus guisados, para que lleguen calientitos a sus clientes. Si bien es una persona que le gusta leer e ilustrarse de diversos temas, no cree que el Coronavirus vaya a ser letal en México.

A la fecha, México, con 2143 casos confirmados y 94 fallecimientos, implementó la Fase 2 desde el pasado 24 de marzo, donde solicitó a los mexicanos no realizar las actividades que no sean indispensables, se suspendieron eventos masivos y si pueden, se queden en casa. Aunque desde la segunda semana de marzo muchas empresas mandaron a sus trabajadores al Home Office y el gobierno días después.

Vivir al día no es fácil, dice Sánchez, quien es conocida como la señora de la camioneta en su negocio ambulante, pero por la edad no encontró un empleo formal y los que hay son de salario mínimo, 123.22 pesos diarios, 3696 al mes, cantidad que no alcanza para nada, como diabética e hipertensa compra medicinas, alimentos, paga deudas y servicios, describe.

Trabaja de lunes a viernes debido a que en la zona fabril baja el movimiento los fines de semana, y apenas le alcanza para írsela llevando. Al preguntarle cuánto gana, comenta que es variable, no siempre es lo mismo. Porque en el comercio, aunque la comida es muy socorrida hay días buenos y malos.

Sánchez considera que las millones de personas en la informalidad, no sólo peligran, también los que tienen un trabajo si se alarga el paro por la pandemia.

Platicó que se deprimió por uno días, luego decidió tomar el toro por los cuernos y vender tacos, y ya lleva poco más de un año con su negocio. Pero ahora, con el Covid-19, no te queda más que decir “o te carga la fregada por un virus o te mueres de hambre por estar en cuarentena”.

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