Ciudad de México.- Solo quince días mantuvo cerrado su local Don Fernando, a causa del confinamiento debido a la pandemia, ya que, además de no saber estar sin trabajar, la estética ha sido el sustento de su familia por más de 50 años.
Los clientes, aunque pocos, no le han fallado a Germán Ramírez, quien es llamado Fernando por sus conocidos y familiares, mismo nombre que lleva su negocio y que, a pesar de mantener parcialmente abierto, incluso en confinamiento, y padeció la escasez en un 90 por ciento.
Don Fernando comentó en entrevista con La Prensa, que no siempre ha tenido para pagar la renta o para liquidar el mes completo, “a mí me apoyaron con mayo, ahorita ya estoy pagando normal, pero si no completo, como es el caso de este mes, solo le di lo pude y quedé a deber”.
El ánimo del peluquero, quien lleva 56 años en el oficio, es optimista, sabe que es un momento de apoyarnos, por ello no ha subido los precios ya que sabe que, en estos tiempos, para muchas personas significa un esfuerzo ir a cortarse el cabello o arreglarse la barba.
Sobre la clientela que acuden con regularidad dice que “algunos de ellos ya me pagaron su corte, pero no han venido a hacérselo y me lo pagaron para apoyarme, pero no han venido, yo creo que después vendrán”.
Los muebles delatan las épocas en las que Don Fernando ha trabajado, ya que inició en el negocio cuando apenas tenía 14 años de edad, recién llegado del Estado de Veracruz, lugar que dejó para forjarse un camino diferente, “yo sabía que allá no tenía muchas oportunidades y me vine para acá”.
Desde la colonia Agrícola Oriental se traslada hasta la calle de San Borja 256 en la colonia Del Valle donde, apenas llegar, frente a un pequeño altar que tiene al fondo de la estética, se encomienda para tener trabajo durante el día, en un oficio que le dio la oportunidad de sacar adelante a su esposa y a sus siete hijos, a quienes enseñó el oficio, pero ninguno de ellos le siguió los pasos, solo uno de sus nietos abrió una estética en el municipio de Ixtapaluca tras tomar un curso.
La economía de Don Fernando no es la mejor ahora y en estos tiempos no siempre tiene para todos los gastos, incluso dice que, “el ahorrito que tenía se me acabó en esta pandemia y hoy estamos al día y mis hijos dejaron trabajaban una semana sí y una no, por el acuerdo en sus empleos”, lo que ha complicado todo en su familia.
Sobre la inseguridad, dijo que no le han tocado asaltos, pero que sí lo han extorsionado vía telefónica y que, a pesar de estar informado, “me agarraron en mis cinco minutos y les deposité dos mil pesos”, razón por la que cambió su número telefónico.
Para el barbero, el apoyo de su familia ha sido fundamental para mantener su negocio, ya que uno de sus yernos lo ha llevado hasta el local y en las noches pasa por él para evitar que tenga contacto en el transporte público.
A sus 72 años de edad, Don Fernando recibe a la clientela con una sonrisa y no se queja de la situación económica, a pesar de que cada mes es un arriesgue.
Los dueños del espacio comercial que renta han sido solidarios con él, así como sus vecinos, quienes están al pendiente y también buscan sus servicios, “antes los atendía a puerta cerrada y ahora, vienen pocos, a veces solo llegan de 2 a 5 clientes, cuando antes de la pandemia hasta 10 o 12 atendía en un solo día”.
Además de su don de gente y su habilidad para el oficio que lo mantiene, considera que “la virtud de una persona es saber escuchar” y eso, ha sido indispensable en su trabajo en el que sirve de confidente mientras los atiende en un horario de 11:00 a las 20:00 horas.
A pesar de que está consciente de la situación económica, hace un llamado a la gente a que visiten su negocio, así como a todos aquellos que trabajan de manera independiente y tienen que mantener a sus familias.
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