A esta casa editora se comunicó la joven Diana Anaya, para denunciar que en el último año trabajó para la agencia de publicidad GIdeas, donde cada tres meses le dieron a firmar contratos, hasta que ahora le dieron a conocer que sería liquidada.
Ante la emergencia sanitaria, que pide mantenerse en casa, el personal de esta empresa llamó a sus empleados, a los cuales entregaron, para su firma una carta de finiquito, así como pagos de alrededor de cuatro mil pesos, incluso sin la promesa de regresar al terminar todo.
Relata la joven, que del dinero que les pagaron, quienes accedieron a firmar el documento, al parecer recibieron solo la mitad y el resto les sería depositado, pues las compararon con trabajadores del hogar, al decirle “es como si contratas una chacha, la despides y ya, no la vas a mantener toda la vida”.
Ante este trato, ella decidió no firmar este despido, pues, si bien la empresa no está en su mejor momento por la emergencia de salud que vive el país, considera que no es justo, puesto que se ha hecho un llamado desde el gobierno para que empresarios preserven a los trabajadores, dijo.-
Sumamente triste y contrariada por lo ocurrido, señala que dejó las instalaciones de esta empresa en la alcaldía de Miguel Hidalgo, por lo que hace un llamado a la Secretaría del Trabajo, a fin de que se haga valer la modificación a la ley laboral de 2012, que señala que ante una suspensión laboral por contingencia sanitaria el patrón no requerirá aprobación o autorización del Tribunal y estará obligado a pagar a sus trabajadores una indemnización equivalente a un día de salario mínimo general vigente, por cada día que dure la suspensión, sin que pueda exceder de un mes.
Esto con la finalidad de apoyar a los trabajadores, pues indica la joven que de perder este empleo su situación económica y la de su familia se verá seriamente afectada.