/ martes 6 de octubre de 2020

Sirven a la ciencia de 250 y 300 cuerpos no reclamados: Incifo

Y aún cuando llegan a institutos de investigación o escuelas permanecen en espera por si surge la identificación y reclamo

Cuando un cadáver no es identificado ni reclamado para darle sepultura, un nuevo proceso inicia, en algunos casos es otorgado a la ciencia, en otros, se le asigna a la fosa común donde van a descansar los restos de todos aquellos que murieron sin un ser querido a su alrededor.

Instituciones dedicadas a la medicina como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), son las que primordialmente solicitan cadáveres al Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO), con fines de enseñanza para los estudiantes, donde tienen aproximación y conocimiento real de la anatomía humana.

Al año se asigna un estimado de 250 y 300 cadáveres a las escuelas, según datos de Edmundo Takashi Medina, Director General de Servicios Periciales y Ciencias Forenses y quinto forense del Poder Judicial de la Ciudad de México, debido a los convenios que cada instancia educativa tiene con el INCIFO.

“Los cadáveres desconocidos que ingresen al INCIFO deben permanecer posterior cinco 5 días por lo menos sin ser identificados ni reclamados y posterior a ello, estamos en posibilidades de entregarlos a las escuelas o facultades de medicina que así lo soliciten y tengan convenio y que todos los trámites administrativos que correspondan el cadáver permanezcan en la escuela otros cinco días esperando en un momento dado que pueda ser identificado y reclamado”, comentó Eduardo Takashi, en entrevista para La Prensa.

A decir Takashi, no todos los cadáveres en calidad de desconocidos son útiles para los fines de las instancias educativas con propósitos de enseñanza y docencia, por lo que dentro del INCIFO determinan cuáles son los más convenientes, sin que en esa decisión influyan los interesados en una donación.

Por lo general se les asignan “cadáveres adultos que tengan el mínimo de lesiones al exterior, que no estén putrefactos y que no tengan problemas infecto-contagiosos, o sea, que no tengan procesos infecciosas y son cadáveres que requieren para planos anatómicos, hacen inserciones por regiones o hacen una revisión anatómica de órganos de relaciones características de un órgano”, explicó.

“Si un deudo reclama el cuerpo seis meses después, el cadáver que está en la escuela está en mucho mejores condiciones que un cuerpo que se encuentra dentro de la fosa común, que es múltiple, no individuales, en la Ciudad de México actualmente tenemos un problema de capacidades en la inhumación de cadáveres desconocidos por lo tanto utilizamos una fosa común donde depositan entre 120-130”, dijo.

CUERPOS SIN VIDA EN MEDICINA

Los cadáveres dentro de las instancias educativas deben cumplir un proceso y posteriormente ser sepultados por cada escuela, y siempre deben estar disponibles en caso de ser requeridos por las autoridades, en caso de la reclama nación de un familiar.

El proceso para esta asignación se lleva a cabo ante la Secretaría de Salud y el Registro Civil, donde se hace el trámite para poder dar ese destino final y extender el acta de defunción con todos los datos de dónde fue encontrado, con la finalidad de tener todo en orden en caso de aparecer un deudo que lo reclame y previo a una orden de autoridad ministerial, tenga que ser entregado.

Refirió que las instituciones educativas ya tienen convenio con el INCIFO, sin costo, por lo que saben en qué fechas solicitar los cuerpos, aunque “este año evidentemente, con la crisis de salud que estamos viviendo se suspendieron todos estos procedimientos y no se han entregado desde marzo ningún cuerpo”.

El periodo de las instancias educativas es de “hasta 11 meses, para darle destino tras haber utilizado el modelo biológico para los fines de enseñanza y de investigación, tienen ese tiempo límite porque la ley General de salud y el Código Civil establecen en la Ciudad de México y si no se hace en un año, se tiene que iniciar un procedimiento judicial para que un juez ordene al Registro Civil la inhumación”, aclaró Eduardo Takashi.

“Las escuelas y facultades particulares normalmente vienen una o dos veces al año retiran 346 cadáveres del INCIFO”, comentó el Takashi, quien también puntualizó sobre la importancia de esta asignación para la formación del médico “no solamente docentes de medicina de anatomía o fisiología, sino que estos modelos biológicos también son útiles para profesionistas médicos que tienen una especialidad y los requieren para llevar a cabo prácticas quirúrgicas”, concluyó.






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Cuando un cadáver no es identificado ni reclamado para darle sepultura, un nuevo proceso inicia, en algunos casos es otorgado a la ciencia, en otros, se le asigna a la fosa común donde van a descansar los restos de todos aquellos que murieron sin un ser querido a su alrededor.

Instituciones dedicadas a la medicina como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), son las que primordialmente solicitan cadáveres al Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO), con fines de enseñanza para los estudiantes, donde tienen aproximación y conocimiento real de la anatomía humana.

Al año se asigna un estimado de 250 y 300 cadáveres a las escuelas, según datos de Edmundo Takashi Medina, Director General de Servicios Periciales y Ciencias Forenses y quinto forense del Poder Judicial de la Ciudad de México, debido a los convenios que cada instancia educativa tiene con el INCIFO.

“Los cadáveres desconocidos que ingresen al INCIFO deben permanecer posterior cinco 5 días por lo menos sin ser identificados ni reclamados y posterior a ello, estamos en posibilidades de entregarlos a las escuelas o facultades de medicina que así lo soliciten y tengan convenio y que todos los trámites administrativos que correspondan el cadáver permanezcan en la escuela otros cinco días esperando en un momento dado que pueda ser identificado y reclamado”, comentó Eduardo Takashi, en entrevista para La Prensa.

A decir Takashi, no todos los cadáveres en calidad de desconocidos son útiles para los fines de las instancias educativas con propósitos de enseñanza y docencia, por lo que dentro del INCIFO determinan cuáles son los más convenientes, sin que en esa decisión influyan los interesados en una donación.

Por lo general se les asignan “cadáveres adultos que tengan el mínimo de lesiones al exterior, que no estén putrefactos y que no tengan problemas infecto-contagiosos, o sea, que no tengan procesos infecciosas y son cadáveres que requieren para planos anatómicos, hacen inserciones por regiones o hacen una revisión anatómica de órganos de relaciones características de un órgano”, explicó.

“Si un deudo reclama el cuerpo seis meses después, el cadáver que está en la escuela está en mucho mejores condiciones que un cuerpo que se encuentra dentro de la fosa común, que es múltiple, no individuales, en la Ciudad de México actualmente tenemos un problema de capacidades en la inhumación de cadáveres desconocidos por lo tanto utilizamos una fosa común donde depositan entre 120-130”, dijo.

CUERPOS SIN VIDA EN MEDICINA

Los cadáveres dentro de las instancias educativas deben cumplir un proceso y posteriormente ser sepultados por cada escuela, y siempre deben estar disponibles en caso de ser requeridos por las autoridades, en caso de la reclama nación de un familiar.

El proceso para esta asignación se lleva a cabo ante la Secretaría de Salud y el Registro Civil, donde se hace el trámite para poder dar ese destino final y extender el acta de defunción con todos los datos de dónde fue encontrado, con la finalidad de tener todo en orden en caso de aparecer un deudo que lo reclame y previo a una orden de autoridad ministerial, tenga que ser entregado.

Refirió que las instituciones educativas ya tienen convenio con el INCIFO, sin costo, por lo que saben en qué fechas solicitar los cuerpos, aunque “este año evidentemente, con la crisis de salud que estamos viviendo se suspendieron todos estos procedimientos y no se han entregado desde marzo ningún cuerpo”.

El periodo de las instancias educativas es de “hasta 11 meses, para darle destino tras haber utilizado el modelo biológico para los fines de enseñanza y de investigación, tienen ese tiempo límite porque la ley General de salud y el Código Civil establecen en la Ciudad de México y si no se hace en un año, se tiene que iniciar un procedimiento judicial para que un juez ordene al Registro Civil la inhumación”, aclaró Eduardo Takashi.

“Las escuelas y facultades particulares normalmente vienen una o dos veces al año retiran 346 cadáveres del INCIFO”, comentó el Takashi, quien también puntualizó sobre la importancia de esta asignación para la formación del médico “no solamente docentes de medicina de anatomía o fisiología, sino que estos modelos biológicos también son útiles para profesionistas médicos que tienen una especialidad y los requieren para llevar a cabo prácticas quirúrgicas”, concluyó.






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