Como si se tratara de una moda, al principio de la pandemia por el coronavirus la sociedad se solidarizaba con quienes idearon intercambiar sus productos por alimentos, incluso algunas personas hasta despensa les llevaron, pero poco a poco la “nueva normalidad” hace que cada quien vuelva a sus quehaceres y olvide a quienes menos tienen.
Es el caso de Araceli Calixto, una joven vendedora de artesanías, que ante la falta de clientes por el Covid-19 en las calles, a quienes vender sus productos, ideó poner un letrero donde pedía:
Cambio mi artesanía por despensa o pañales y toallitas
Lo único que ella quería era darle de comer a su hija menor, por ello es que además de los sombreros que tenía a la venta llevo cubrebocas.
Así, en esa esquina de lateral de Churubusco casi Eje Central Lázaro Cárdenas, vio con agrado que la gente le llevaba comida, pañales y hasta despensa, entonces la falta de venta se compensaba y así salió adelante.
Como todos, pensó que la crisis sanitaria por el Covid-19 pasaría rápido, quizá uno o dos meses, pero pasaron las semanas, los meses y con ellos se marcharon las almas caritativas y sobre todo los clientes.
Ahora es más difícil vender algún producto, pese a que mantiene su letrero de intercambio, mientras pasan los días y crece su angustia por no saber si mañana podrá darle de comer a su pequeña hija.
Su horario es de las 13:00 a las 18:00 horas, en ese crucero, luego camina un poco en busca de clientes, aunque poco es lo que vende y apenas y sale para comer y trasladarse de su casa a este punto de venta.
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