/ viernes 30 de agosto de 2024

Plaza china de Izazaga 89 reabre su puertas pero con locales desocupados

En este mercado mayorista del Centro Histórico no todos los comerciantes retomaron sus ventas

La plaza comercial Izazaga número 89, en el Centro Histórico, abrió sus puertas luego de 48 días clausurada, pero lo hizo con decenas de locales cerrados en los 15 pisos del inmueble, los cuales fueron puestos en renta o venta.

Debido al largo periodo de suspensión ordenado por el Instituto de Verificación Administrativa de la CdMx (Invea) y que afectó a mil 600 locales, los empresarios de origen chino mudaron sus negocios a otros puntos y despidieron a su personal, por lo que la plaza no regresó completa.

Te puede interesar: Comerciantes en CDMX piden regular mercancía de origen chino

Hace dos semanas El Sol de México informó que los comercios de esta plaza comenzaron la mudanza hacia Izazaga 38, otro de los grandes mercados chinos del Centro Histórico, bajo la idea de que la clausura “iba para largo”.

“Hubo despidos y muchos mejor buscaron otro trabajo porque era esperar sin dinero. En otros locales sólo les dijeron que podían volver, pero no era seguro nada. Pero otros que sí nos quedamos fue porque los dueños tienen otras bodegas (en el Centro Histórico) y estuvimos trabajando ahí”, relató Luz, empleada de una tienda de juguetes mayorista de la plaza.

Locatarios que hasta julio vendían ropa, electrodomésticos, artículos de belleza, zapatos, juguetes y hasta dulces, todo de origen chino, ya no levantaron sus cortinas y dejaron en algunos casos códigos QR para ser localizados por los clientes. La mayoría sólo se fue sin dejar ningún aviso.

Los pisos donde se nota la mayor deserción son los últimos del edificio: 10, 11, 12, 13 y 14. Sin embargo, pese a que otros pisos tenían más presencia de locatarios, no se libraron de tener locales vacíos con letreros de “Se renta” en español y en chino.

Pese al retiro de sellos de la puerta principal de la plaza, realizado por parte de personal del Invea la noche del martes 27 de agosto, hay un local que aún no puede operar debido a que tiene sellos de suspensión de actividades impuestos por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.

Foto: Nadya Murillo / El Sol de México


Es el caso del local i-1291, del piso 12, clausurado por riesgo sanitario, el cual desde el 10 de junio fue clausurado por la Agencia de Protección Sanitaria y notificando al dueño de la tienda Loui’s Witton, quien ha sido citado por parte de las autoridades.

De acuerdo con empleados de los locales que sí reabrieron, el aviso sobre el regreso a su empleo fue inesperado pues a algunos les avisaron durante la noche del miércoles y a otros más en la mañana del jueves, antes de las 10:00.

Foto: Nadya Murillo / El Sol de México

“Ya nos habían dicho que los sellos ya no estaban. No sé bien desde cuando, pero hoy que me presente a la bodega a seguir trabajando me dijeron que ya me viniera a la plaza, que ya iba a abrir”, comentó Luz.

A todos los empleados les tomó por sorpresa el aviso, pues creyeron que su trabajo ya no regresaría debido a que es la primera vez qué tarda tanto en reabrir Izazaga 89. La suspensión anterior, registrada el 15 de marzo, duró apenas unos días.

“Estuve trabajando vendiendo cosas en el Centro por mi cuenta, no me fue muy bien, y ayer en la noche (miércoles) me habló mi jefe y me dijo que ya iban a abrir la plaza que me presentara como antes, o sea, temprano”, comentó Yazmin, empleada.

Los empresarios chinos comenzaron a llegar en autos y bicicletas eléctricas. Minutos antes de las 10:00 horas también llegaron los diablos llenos de mercancía cuyas cajas fueron inspeccionadas por los empresarios, en su mayoría se trató de zapatos, lámparas, juguetes y ropa.

A las 10:00 en punto la seguridad del inmueble permitió el acceso a trabajadores y dueños e iniciaron la apertura de los locales.

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“Se ven menos compañeros y locales abiertos, pero rápido van a volver, porque hay muchos clientes que nos buscaron todo el tiempo”, comentó Luz.

Durante la primera hora de operación del lugar, algunos clientes entraron a la plaza y comenzaron a recorrer los pasillos, pero la venta aún era muy baja. “Ya no me acuerdo bien a qué piso venía, no sé si el local donde compraba cosas sigue”, dijo uno de los primeros clientes.


La plaza comercial Izazaga número 89, en el Centro Histórico, abrió sus puertas luego de 48 días clausurada, pero lo hizo con decenas de locales cerrados en los 15 pisos del inmueble, los cuales fueron puestos en renta o venta.

Debido al largo periodo de suspensión ordenado por el Instituto de Verificación Administrativa de la CdMx (Invea) y que afectó a mil 600 locales, los empresarios de origen chino mudaron sus negocios a otros puntos y despidieron a su personal, por lo que la plaza no regresó completa.

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Hace dos semanas El Sol de México informó que los comercios de esta plaza comenzaron la mudanza hacia Izazaga 38, otro de los grandes mercados chinos del Centro Histórico, bajo la idea de que la clausura “iba para largo”.

“Hubo despidos y muchos mejor buscaron otro trabajo porque era esperar sin dinero. En otros locales sólo les dijeron que podían volver, pero no era seguro nada. Pero otros que sí nos quedamos fue porque los dueños tienen otras bodegas (en el Centro Histórico) y estuvimos trabajando ahí”, relató Luz, empleada de una tienda de juguetes mayorista de la plaza.

Locatarios que hasta julio vendían ropa, electrodomésticos, artículos de belleza, zapatos, juguetes y hasta dulces, todo de origen chino, ya no levantaron sus cortinas y dejaron en algunos casos códigos QR para ser localizados por los clientes. La mayoría sólo se fue sin dejar ningún aviso.

Los pisos donde se nota la mayor deserción son los últimos del edificio: 10, 11, 12, 13 y 14. Sin embargo, pese a que otros pisos tenían más presencia de locatarios, no se libraron de tener locales vacíos con letreros de “Se renta” en español y en chino.

Pese al retiro de sellos de la puerta principal de la plaza, realizado por parte de personal del Invea la noche del martes 27 de agosto, hay un local que aún no puede operar debido a que tiene sellos de suspensión de actividades impuestos por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.

Foto: Nadya Murillo / El Sol de México


Es el caso del local i-1291, del piso 12, clausurado por riesgo sanitario, el cual desde el 10 de junio fue clausurado por la Agencia de Protección Sanitaria y notificando al dueño de la tienda Loui’s Witton, quien ha sido citado por parte de las autoridades.

De acuerdo con empleados de los locales que sí reabrieron, el aviso sobre el regreso a su empleo fue inesperado pues a algunos les avisaron durante la noche del miércoles y a otros más en la mañana del jueves, antes de las 10:00.

Foto: Nadya Murillo / El Sol de México

“Ya nos habían dicho que los sellos ya no estaban. No sé bien desde cuando, pero hoy que me presente a la bodega a seguir trabajando me dijeron que ya me viniera a la plaza, que ya iba a abrir”, comentó Luz.

A todos los empleados les tomó por sorpresa el aviso, pues creyeron que su trabajo ya no regresaría debido a que es la primera vez qué tarda tanto en reabrir Izazaga 89. La suspensión anterior, registrada el 15 de marzo, duró apenas unos días.

“Estuve trabajando vendiendo cosas en el Centro por mi cuenta, no me fue muy bien, y ayer en la noche (miércoles) me habló mi jefe y me dijo que ya iban a abrir la plaza que me presentara como antes, o sea, temprano”, comentó Yazmin, empleada.

Los empresarios chinos comenzaron a llegar en autos y bicicletas eléctricas. Minutos antes de las 10:00 horas también llegaron los diablos llenos de mercancía cuyas cajas fueron inspeccionadas por los empresarios, en su mayoría se trató de zapatos, lámparas, juguetes y ropa.

A las 10:00 en punto la seguridad del inmueble permitió el acceso a trabajadores y dueños e iniciaron la apertura de los locales.

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“Se ven menos compañeros y locales abiertos, pero rápido van a volver, porque hay muchos clientes que nos buscaron todo el tiempo”, comentó Luz.

Durante la primera hora de operación del lugar, algunos clientes entraron a la plaza y comenzaron a recorrer los pasillos, pero la venta aún era muy baja. “Ya no me acuerdo bien a qué piso venía, no sé si el local donde compraba cosas sigue”, dijo uno de los primeros clientes.