/ jueves 27 de agosto de 2020

Negocio se niega a morir ante el Covid-19, hoy reabren en medio de la crisis

"Hubo días qué vendí 40 pesos, pero no nos rendimos ante el Covid-19"

La calle de Gante ahora luce vacía, apenas unos cuantos caminantes pasan por este lugar, donde Gabriela Escalona lucha por atraerlos a su negocio de comida, luego de haber cerrado por más de tres meses y estar a punto de no volver a abrir porque la renta y compromiso con sus trabajadores, estuvo a punto de ahogarla financieramente.

Ella no es nueva en este sitio, sus padres iniciaron el negocio de la comida hace 30 años y desde que recuerda este fue su espacio de juegos, el sitio a donde regresaba después de ir a la escuela; para ella no hubo patio de juegos, corrió por esta calle con su hermana y primas hasta que creció y se sumó al trabajo.

Entonces, la clientela era abundante, no se daban abasto para despachar comida y algunos hasta esperaban turno para comer, eran tiempos buenos que el Covid-19 se llevó.

Al principio de la pandemia de coronavirus creyeron, como todos, que en unas semanas esto pasaría, pero transcurrieron los días, las semanas y poco a poco esta calle que hace esquina con Francisco I. Madero, se fue apagando, las ventas cayeron y los primeros en sucumbir fueron los negocios establecidos, porque la renta no se detuvo.

Gabriela, encargada de Antojitos Gante tuvo que cerrar, sacar su mobiliario, productos y todos los enseres de venta, muchos de los cuales fueron a parar a la basura, porque su pequeño departamento no daba para guardar todo, incluso parte de su mercancía quedó en la basura.

Pese a las pérdidas por más de 70 mil pesos, sin un lugar donde vender y con el compromiso de sostener a ocho familias, no se dejó derrotar y con su línea de teléfono instalada ahora en casa, atendió pedidos de comida, pero los clientes eran muy pocos, no obstante que los meseros y trabajadores salían a buscar a los clientes, indicando que había comida para llevarles.

Fueron dos meses en que al menos la mitad de su personal, movidos por la necesidad de llevar de comer a casa, pagar sus rentas y deudas se vieron obligados a marcharse a sus pueblos o buscar otras actividades.

Ella, en tanto, preparaba comida, esperaba que el teléfono sonara, pero pasaron muchos días malos en que no había clientes.

Recuerda que hubo días en que vendió una torta o dos tacos, lo que equivale a 45 ó 40 pesos, ni siquiera para pagar un salario, entonces sus trabajadores tenían como única seguridad el desayuno, la comida y la cena.

Luego de dos meses trató de volver, pero ante la falta de clientes y problemas con la renta dejó otro mes en espera del crédito a la palabra que le prometió el gobierno local, donde incluso tuvo folio para ese préstamo de 25 mil pesos, que nunca llegaron.

Finalmente logró un acuerdo de renta, junto sus ahorros y regresó a la jugada. Así, este miércoles 26 de agosto reabrió.

Ahora, si camina usted por Gante 3 verá una pequeña entrada y a Gabriela que a gritos anuncia sus tacos de carnitas, arrachera, chorizo argentino, tortas combinadas, tacos de doble tortilla a 20 pesos y aguas de sabor.

La pandemia de Covid-19 no ha pasado, pero ella no tiene miedo, exige a sus empleados uso de cubrebocas, limpieza extrema y ofrece gel antibacterial antes de comer en sus mesitas que tiene fuera del local. No nos hemos rendido, asegura mientras llama a paseantes a probar sus antojitos.

La calle de Gante ahora luce vacía, apenas unos cuantos caminantes pasan por este lugar, donde Gabriela Escalona lucha por atraerlos a su negocio de comida, luego de haber cerrado por más de tres meses y estar a punto de no volver a abrir porque la renta y compromiso con sus trabajadores, estuvo a punto de ahogarla financieramente.

Ella no es nueva en este sitio, sus padres iniciaron el negocio de la comida hace 30 años y desde que recuerda este fue su espacio de juegos, el sitio a donde regresaba después de ir a la escuela; para ella no hubo patio de juegos, corrió por esta calle con su hermana y primas hasta que creció y se sumó al trabajo.

Entonces, la clientela era abundante, no se daban abasto para despachar comida y algunos hasta esperaban turno para comer, eran tiempos buenos que el Covid-19 se llevó.

Al principio de la pandemia de coronavirus creyeron, como todos, que en unas semanas esto pasaría, pero transcurrieron los días, las semanas y poco a poco esta calle que hace esquina con Francisco I. Madero, se fue apagando, las ventas cayeron y los primeros en sucumbir fueron los negocios establecidos, porque la renta no se detuvo.

Gabriela, encargada de Antojitos Gante tuvo que cerrar, sacar su mobiliario, productos y todos los enseres de venta, muchos de los cuales fueron a parar a la basura, porque su pequeño departamento no daba para guardar todo, incluso parte de su mercancía quedó en la basura.

Pese a las pérdidas por más de 70 mil pesos, sin un lugar donde vender y con el compromiso de sostener a ocho familias, no se dejó derrotar y con su línea de teléfono instalada ahora en casa, atendió pedidos de comida, pero los clientes eran muy pocos, no obstante que los meseros y trabajadores salían a buscar a los clientes, indicando que había comida para llevarles.

Fueron dos meses en que al menos la mitad de su personal, movidos por la necesidad de llevar de comer a casa, pagar sus rentas y deudas se vieron obligados a marcharse a sus pueblos o buscar otras actividades.

Ella, en tanto, preparaba comida, esperaba que el teléfono sonara, pero pasaron muchos días malos en que no había clientes.

Recuerda que hubo días en que vendió una torta o dos tacos, lo que equivale a 45 ó 40 pesos, ni siquiera para pagar un salario, entonces sus trabajadores tenían como única seguridad el desayuno, la comida y la cena.

Luego de dos meses trató de volver, pero ante la falta de clientes y problemas con la renta dejó otro mes en espera del crédito a la palabra que le prometió el gobierno local, donde incluso tuvo folio para ese préstamo de 25 mil pesos, que nunca llegaron.

Finalmente logró un acuerdo de renta, junto sus ahorros y regresó a la jugada. Así, este miércoles 26 de agosto reabrió.

Ahora, si camina usted por Gante 3 verá una pequeña entrada y a Gabriela que a gritos anuncia sus tacos de carnitas, arrachera, chorizo argentino, tortas combinadas, tacos de doble tortilla a 20 pesos y aguas de sabor.

La pandemia de Covid-19 no ha pasado, pero ella no tiene miedo, exige a sus empleados uso de cubrebocas, limpieza extrema y ofrece gel antibacterial antes de comer en sus mesitas que tiene fuera del local. No nos hemos rendido, asegura mientras llama a paseantes a probar sus antojitos.

Policiaca

Fiscalía identifica a tres de los cuatro hombres acribillados en Tláhuac

Autoridades con ayuda de los vecinos pudieron identificar a Diego "G" de 27 años, Andrés "M" de 25 y Joel "M" de 17

Policiaca

Asesinan a tiros a mototaxista en Iztapalapa

Al parecer esperaban a la victima donde guardaba su calandria