/ lunes 23 de diciembre de 2019

Destruyen 60 unidades del Metrobús que terminaron vida útil

La flota con 14 años de servicio presentaba desgastes importantes en el tren motriz, suspensión y carrocería con más de 1 millón y medio de kilómetros recorridos

El 14 de diciembre pasado, cuatro autobuses articulados marca Volvo modelo B12M, con más de 1 millón y medio de kilómetros recorridos cada uno, fueron chatarrizados para su reciclaje en el Parque Industrial de Cerro Gordo, municipio de Ecatepec, Estado de México, informó el presidente y director general del Corredor Insurgentes S.A. (CISA), Jesús Padilla Zenteno.

El directivo detalló, que desde noviembre de 2018, CISA ha chatarrizado 52 autobuses, cuya vida útil concluyó. Su destrucción continuará en las primeras semanas de 2020, hasta sumar 60 unidades que corresponden a la primera flota de autobuses articulados con los que inició el servicio un 19 de junio de 2005, en la Avenida de los Insurgentes, de la Línea 1 de Metrobús.

“En CISA nos mantenemos a la vanguardia. Los autobuses nuevos que entran en operación son biarticulados con normas Euro V y Euro VI. Los nuevos automotores cuentan con tecnologías de bajas emisiones y son amigables con el ambiente, más seguros y de mayor capacidad”, destacó Padilla Zenteno.

“La flota chatarrizada había cumplido 14 años de servicio con desgastes importantes en el tren motriz, suspensión y carrocería”, explicó el coordinador de Mantenimiento de CISA, Francisco García Olvera.

El encargado del mantenimiento de CISA expuso que el cambio de estos vehículos se ha realizado paulatinamente para no afectar el funcionamiento del sistema, y agregó que las unidades salientes contaban con una motorización EURO III, por lo que su tecnología para reducir las emisiones contaminantes también había quedado obsoleta.

Foto: CISA

Destacó que este proceso continuará con ocho unidades más, que se encuentran confinadas en el patio de encierro de Indios Verdes y serán destruidas en enero del próximo año.

“La destrucción garantiza que no se van a reutilizar estos autobuses y que tienen un confinamiento final como son los metales, neumáticos y aceites. Esta es una iniciativa de CISA para llevar a cabo la renovación y destrucción para mejorar la seguridad, el servicio y el medio ambiente”, abundó.

Para la correcta chatarrización y baja de cada unidad, CISA siguió el siguiente procedimiento: CISA da aviso a Metrobús sobre las unidades que saldrán de circulación; los articulados se reúnen en el patio taller de Indios Verdes y de ahí salen hacia la siderúrgica para ser destruidos y convertidos en chatarra.

Se hace una revisión en talleres del estado físico y mecánico de la unidad que sale de circulación. Se programa una grúa en caso de que la unidad ya no tenga condiciones para circular. Al llegar a la chatarrizadora, la unidad se pesa para determinar los kilogramos que serán destruidos.

Los buses de la antigua flota llegan hasta la siderúrgica que los desintegrará, se ubican en un espacio especial en el que una retroexcavadora con caimán los despedaza poco a poco;

Un operador maneja enormes tenazas con las que arrancan cada pedazo del articulado. Este proceso dura unos 30 minutos. Todas las partes del vehículo son destruidas, incluido el motor.

La empresa puntualizó que de cada autobús articulado se obtienen 16 toneladas de desechos metálicos, plásticos y líquidos, que son manejados para su disposición final y reciclado por una empresa especializada. Los autobuses que salieron de circulación tenían capacidad para transportar a 169 pasajeros y fueron sustituidos por unidades biarticuladas con capacidad para 249 personas

EGS

El 14 de diciembre pasado, cuatro autobuses articulados marca Volvo modelo B12M, con más de 1 millón y medio de kilómetros recorridos cada uno, fueron chatarrizados para su reciclaje en el Parque Industrial de Cerro Gordo, municipio de Ecatepec, Estado de México, informó el presidente y director general del Corredor Insurgentes S.A. (CISA), Jesús Padilla Zenteno.

El directivo detalló, que desde noviembre de 2018, CISA ha chatarrizado 52 autobuses, cuya vida útil concluyó. Su destrucción continuará en las primeras semanas de 2020, hasta sumar 60 unidades que corresponden a la primera flota de autobuses articulados con los que inició el servicio un 19 de junio de 2005, en la Avenida de los Insurgentes, de la Línea 1 de Metrobús.

“En CISA nos mantenemos a la vanguardia. Los autobuses nuevos que entran en operación son biarticulados con normas Euro V y Euro VI. Los nuevos automotores cuentan con tecnologías de bajas emisiones y son amigables con el ambiente, más seguros y de mayor capacidad”, destacó Padilla Zenteno.

“La flota chatarrizada había cumplido 14 años de servicio con desgastes importantes en el tren motriz, suspensión y carrocería”, explicó el coordinador de Mantenimiento de CISA, Francisco García Olvera.

El encargado del mantenimiento de CISA expuso que el cambio de estos vehículos se ha realizado paulatinamente para no afectar el funcionamiento del sistema, y agregó que las unidades salientes contaban con una motorización EURO III, por lo que su tecnología para reducir las emisiones contaminantes también había quedado obsoleta.

Foto: CISA

Destacó que este proceso continuará con ocho unidades más, que se encuentran confinadas en el patio de encierro de Indios Verdes y serán destruidas en enero del próximo año.

“La destrucción garantiza que no se van a reutilizar estos autobuses y que tienen un confinamiento final como son los metales, neumáticos y aceites. Esta es una iniciativa de CISA para llevar a cabo la renovación y destrucción para mejorar la seguridad, el servicio y el medio ambiente”, abundó.

Para la correcta chatarrización y baja de cada unidad, CISA siguió el siguiente procedimiento: CISA da aviso a Metrobús sobre las unidades que saldrán de circulación; los articulados se reúnen en el patio taller de Indios Verdes y de ahí salen hacia la siderúrgica para ser destruidos y convertidos en chatarra.

Se hace una revisión en talleres del estado físico y mecánico de la unidad que sale de circulación. Se programa una grúa en caso de que la unidad ya no tenga condiciones para circular. Al llegar a la chatarrizadora, la unidad se pesa para determinar los kilogramos que serán destruidos.

Los buses de la antigua flota llegan hasta la siderúrgica que los desintegrará, se ubican en un espacio especial en el que una retroexcavadora con caimán los despedaza poco a poco;

Un operador maneja enormes tenazas con las que arrancan cada pedazo del articulado. Este proceso dura unos 30 minutos. Todas las partes del vehículo son destruidas, incluido el motor.

La empresa puntualizó que de cada autobús articulado se obtienen 16 toneladas de desechos metálicos, plásticos y líquidos, que son manejados para su disposición final y reciclado por una empresa especializada. Los autobuses que salieron de circulación tenían capacidad para transportar a 169 pasajeros y fueron sustituidos por unidades biarticuladas con capacidad para 249 personas

EGS

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