Al rescate del Arco Atrial de Coyoacán

Hasta 1914, el actual jardín del Centenario era parte del atrio del Convento de San Juan Bautista de Coyoacán, pero ese año la autoridad política local ordenó demoler la barda que rodeaba el sitio con sus tres portadas, pero la intervención de la entonces Dirección General de Inspección de Monumentos Artísticos e Históricos y Bellezas Naturales por lo menos salvó de la piqueta al arco poniente.

Este año, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se apresta a remodelar dicho portal para que recupere su esplendor y en lo cual planea invertir casi 600 mil pesos.

Para el alcalde de esa jurisdicción, Manuel Negrete, la rehabilitación de dicho monumento colonial realzará el atractivo turístico del Centro Histórico coyoacanense.

La portada poniente sobreviviente de la barda que rodeaba el sitio sufre actualmente de grafitis, pegantinas y afiches, tiene vegetación parasitaria en sus partes altas y humedad, debido al vandalismo, malas remodelaciones y la carencia de mantenimiento.

SOBREVIVIENTE

En la propuesta de intervención, el INAH informó que el atrio del Convento de San Juan Bautista tenía tres arcadas de acceso de estilo plateresco, en el que se apreciaba la mano indígena y de los cuales sobrevive el que ahora se quiere rescatar, pues la barda fue demolida en su totalidad.

Postales de 1927 muestran que el arco tenía una reja, la cual se perdió al paso del tiempo, pero conservó sus principales atractivos, como se aprecia en su parte superior en donde hay un escudo de la orden franciscana, la cual fue la primera que estuvo a cargo del convento, y que está rodeado de esculturas de flores de lis, de donde se levanta una cruz.

El paso del tiempo y el descuido llevaron a ese monumento a un deterioro avanzado, por ejemplo, se perdieron parcialmente sus aplanados, molduras; sus piedras están en mal estado; hay una fisura; y la humedad es ascendente.

Asimismo, el crecimiento de las raíces de las hierbas, que han copado su parte superior, provocaron la pérdida de una gárgola, la humedad prevaleciente más los escurrimientos registrados en el arco afectó sus vigas y genero desprendimientos de pintura y manchas.

ACCIONES

Ante esta situación, los especialistas del INAH plantean en el documento emprender 10 acciones, por ejemplo, una limpieza de los elementos de piedra, retiro de grafiti y pintura en piedra, quitar instalaciones en desuso y adecuaciones de nuevas; eliminar basura y vegetación, consolidación de la fisura que hay en el arco; liberación y restitución de vigas en mal estado; aplicación de pinturas a la cal.

El INAH presentó tres propuestas para pintar el arco, una vez que esté remodelado, dependerá de las revisiones que se hagan al mismo para determinar la tonalidad original.

Finalmente, el alcalde de Coyoacán dijo que estará al pendiente de que el INAH haga un buen trabajo en el monumento histórico y resaltó la importancia de la participación de los especialistas en esa remodelación.