/ domingo 27 de junio de 2021

Buscan evitar que progrese el daño renal en la enfermedad poliquística

Dicha enfermedad es genéticamente transmisible y una de las causas de insuficiencia renal

Como los fármacos utilizados en el tratamiento de la Enfermedad Poliquística Renal (PKD) tienen una eficacia limitada, se trabaja en otras líneas de investigación, dijo la doctora en ciencias biomédicas Tamara Rosenbaum Emir, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, autora del estudio auspiciado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)

Dicha enfermedad es genéticamente transmisible y una de las causas de insuficiencia renal que no presenta síntomas hasta que se encuentra en etapas avanzadas y la función renal está comprometida.

Rosenbaum Emirexplicó que los canales iónicos son proteínas que se hallan en las membranas de las células (las que le dan forman y separan el interior del exterior), y que al insertarse en ellas permiten (como un canal) el paso de ciertas moléculas (iones) al interior de la célula.

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En el laboratorio de la doctora se estudian los mecanismos moleculares de la activación y la regulación de los canales TRP (receptores al potencial transitorio), una familia integrada por más de 20 miembros que funcionan no sólo como sensores intrínsecos del ambiente celular, sino del organismo.

Los especialistas tratan de determinar si el canal TRPV4 puede ser un potencial blanco terapéutico para evitar la progresión del daño renal en el padecimiento referido.

“Estudiamos la primera fase de este proyecto que permite detectar, por ejemplo, cambios en la temperatura, si nos quemamos o enfriamos demasiado. Este receptor es muy ubicuo: está en riñón, en piel y en pulmones y se ha relacionado con el daño que ocurre cuando hay intubación”.

Entre los resultados, figura el artículo "La activación del canal TRPV4 en células epiteliales por la molécula lisofosfatidilcolina, la generación de cascadas de señalización por la entrada de iones calcio a la célula por medio del TRPV4 y la activación de neuronas sensoriales cercanas a la piel subyacen a la picazón presente en pacientes con enfermedad biliar primaria", publicado en la revista Gastroenterology, en abril pasado, y en la gaceta de Medicina de la Universidad de Duke.

Esta investigación demuestra que existen ciertas moléculas que regulan el canal TRPV4; es una de las cuatro propietarias de la patente internacional y la nacional en curso.

Estas mismas moléculas también están presentes en enfermedades inflamatorias (angina de pecho), de circulación sanguínea (arteriosclerosis). En la PKD, hay mutaciones heredables que provocan el crecimiento de quistes en el riñón que incluso hacen que adquiera un tamaño mayor y deje de funcionar; en consecuencia, el paciente tiene como únicas opciones la diálisis o el trasplante.

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Las moléculas analizadas son la lisofosfatidilcolina y uno de sus derivados que se producen en exceso en este tipo de padecimientos, y también en la colangitis biliar primaria, una enfermedad en la que la vía biliar se obstruye, genera inflamación y suprime diversas funciones con varias consecuencias.

Entre ellas, el paciente adquiere una coloración amarilla y desarrolla un reflejo de comezón en un nivel extremadamente patógeno, al grado que la calidad de vida es casi nula, y hace que requiera trasplante de hígado o de las vías enfermas.

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Como los fármacos utilizados en el tratamiento de la Enfermedad Poliquística Renal (PKD) tienen una eficacia limitada, se trabaja en otras líneas de investigación, dijo la doctora en ciencias biomédicas Tamara Rosenbaum Emir, del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, autora del estudio auspiciado por la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI)

Dicha enfermedad es genéticamente transmisible y una de las causas de insuficiencia renal que no presenta síntomas hasta que se encuentra en etapas avanzadas y la función renal está comprometida.

Rosenbaum Emirexplicó que los canales iónicos son proteínas que se hallan en las membranas de las células (las que le dan forman y separan el interior del exterior), y que al insertarse en ellas permiten (como un canal) el paso de ciertas moléculas (iones) al interior de la célula.

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En el laboratorio de la doctora se estudian los mecanismos moleculares de la activación y la regulación de los canales TRP (receptores al potencial transitorio), una familia integrada por más de 20 miembros que funcionan no sólo como sensores intrínsecos del ambiente celular, sino del organismo.

Los especialistas tratan de determinar si el canal TRPV4 puede ser un potencial blanco terapéutico para evitar la progresión del daño renal en el padecimiento referido.

“Estudiamos la primera fase de este proyecto que permite detectar, por ejemplo, cambios en la temperatura, si nos quemamos o enfriamos demasiado. Este receptor es muy ubicuo: está en riñón, en piel y en pulmones y se ha relacionado con el daño que ocurre cuando hay intubación”.

Entre los resultados, figura el artículo "La activación del canal TRPV4 en células epiteliales por la molécula lisofosfatidilcolina, la generación de cascadas de señalización por la entrada de iones calcio a la célula por medio del TRPV4 y la activación de neuronas sensoriales cercanas a la piel subyacen a la picazón presente en pacientes con enfermedad biliar primaria", publicado en la revista Gastroenterology, en abril pasado, y en la gaceta de Medicina de la Universidad de Duke.

Esta investigación demuestra que existen ciertas moléculas que regulan el canal TRPV4; es una de las cuatro propietarias de la patente internacional y la nacional en curso.

Estas mismas moléculas también están presentes en enfermedades inflamatorias (angina de pecho), de circulación sanguínea (arteriosclerosis). En la PKD, hay mutaciones heredables que provocan el crecimiento de quistes en el riñón que incluso hacen que adquiera un tamaño mayor y deje de funcionar; en consecuencia, el paciente tiene como únicas opciones la diálisis o el trasplante.

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Las moléculas analizadas son la lisofosfatidilcolina y uno de sus derivados que se producen en exceso en este tipo de padecimientos, y también en la colangitis biliar primaria, una enfermedad en la que la vía biliar se obstruye, genera inflamación y suprime diversas funciones con varias consecuencias.

Entre ellas, el paciente adquiere una coloración amarilla y desarrolla un reflejo de comezón en un nivel extremadamente patógeno, al grado que la calidad de vida es casi nula, y hace que requiera trasplante de hígado o de las vías enfermas.

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Policiaca

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