Ecatepec, Estado de México.- Los habitantes de Ecatepec dan muestras de no tenerle miedo al Covid, a pesar de que el municipio, según cifras de la Secretaría de Salud del gobierno federal, se mantiene a la cabeza en la pandemia.
Los tianguis que se instalan en las diferentes comunidades lucen abarrotados de gente, lo mismo de vendedores que compradores.
De acuerdo al último corte informativo, hay en el municipio un acumulado de 17 mil 85 personas que han dado positivo a la enfermedad, mientras que 2 mil 384 pobladores han perdido la vida por el virus.
En un recorrido realizado por LA PRENSA, se pudo constatar que los llamados “mercados sobreruedas” siguen operando a su máxima capacidad, aun cuando Ecatepec decidió regresar al semáforo rojo a partir del 9 de diciembre; es decir, 10 días antes del anuncio del gobierno estatal.
Extendidos a lo largo del pavimento y las banquetas, los comerciantes gritan y promocionan sus productos en medio del ir y venir de compradores. El grueso de las personas usa cubrebocas, pero la mayoría deja descubierta la nariz, lo que anula la protección frente al riesgo de contagio.
En el tianguis que se instala sobre la Avenida Nicolás Bravo, en la colonia Jardines de Morelos, los comerciantes ubican sus puestos sin respetar la sana distancia. Ni siquiera hay 50 centímetros uno de otro, mientras que los compradores deben “hacerse de lado” para que permitan el paso entre ellos mismos.
Desde frutas y verduras, así como productos de alacena o armario, además de ropa, calzado y cinturones, los vendedores constantemente maniobras sus productos y se llevan las manos a la cara. Algunos de plano traen los cubrebocas en la barbilla y otros en la frente, como su fueran gafas.
En los puestos también se observan todo tipo de “chácharas”, como gatos hidráulicos usados, rines de todas medidas, llantas para auto y bicicleta, refacciones automotrices no nuevas, bocinas, celulares, televisiones viejas y hasta sillones.
El flujo de gente en medio de los puestos es considerable y a los tianguis asisten adultos mayores y niños, sin el mínimo tener a quedar contagiados de Covid. En la sección de artículos navideños, como series de luces, adornos para el “nacimiento”, esferas y estrellas luminosas la asistencia de personas es mayor, sin que exista la sana distancia. Es el reflejo fiel del hartazgo social por el encierro, pero también la omisión ante el peligro que representa el SARS-Cov-2.
La falta de regulación de las autoridades origina que la presencia de personas en los tianguis esté desbordada, aunque por parte de la población existe una conducta de desatención a los llamados de la autoridad para evitar que las cifras de personas infectadas sigan en aumento. Tanto vendedores como compradores insisten en ignorar el peligro que representa el virus.
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