La pandemia por Covid-19 no sólo acrecentó la brecha de acceso a tratamiento y atención médica oportuna para personas que viven con VIH, sino también aumentó el déficit de diagnóstico, que hoy en día, podría oscilar en alrededor de 100 mil mexicanos que son positivos pero desconocen su condición serológica.
Como ejemplo de lo anterior, Luis Adrián Quiroz, coordinador general de Derechohabientes Viviendo con VIH del IMSS (CVVIMSS) mencionó que en lo que va de 2020, en la Ciudad de México se han notificado apenas 294 casos, lo que no representa ni la quinta parte de los casos notificados en años anteriores.
De acuerdo con estadísticas de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Trasmisibles (DVEET), en la Ciudad de México se notificaron en 2019 un total de 1,175 nuevos casos; en 2018 se notificaron 1,578; en 2017 se notificaron 1,216 casos nuevos; y en 2016 un total de 1,829 casos nuevos.
Luis Adrián Quiroz manifestó su preocupación de que esta disminución en la notificación de nuevos casos genere una falsa percepción de que la pandemia de VIH va en descenso o que las políticas han dado resultado, cuando estas han sido inexistentes en los dos años que lleva la actual administración.
Resaltó que la crisis sanitaria por Covid-19 no sólo agudizó la inequidad en acceso a tratamiento, atención médica y diagnóstico oportuno que históricamente han padecido las personas que viven con VIH, sino que también acrecentó la discriminación, principalmente, en el terreno laboral al ser víctimas de despidos injustificados bajo el pretexto de quererlos proteger por ser un grupo vulnerable a la infección por coronavirus.
En la Ciudad de México se tienen acumulados, desde el inicio de la pandemia (1983-2020), un total de 44 mil 536 casos (39,885 hombres y 4,651 mujeres), lo que representa una tasa de incidencia nacional de 14.2%, es decir, la más alta en el país, seguida por el Estado de México con 10.0% (31,216 casos).
Luis Adrián hizo notar que en México “se estima que actualmente 270 mil personas viven con VIH, de las cuales, alrededor de 160 mil personas están en tratamiento, lo que significa que traemos un déficit de alrededor de 100 mil personas que no saben que viven con VIH”.
“7 de cada 10 personas han sido diagnosticadas y 6 de cada 10 personas se encuentran bajo tratamiento antirretroviral”, indicó Luis Adrián al señalar que esto significa aproximadamente el 40% de las personas que viven con VIH no está en tratamiento antirretroviral.
El activista explicó que la baja notificación de nuevos casos se debe a que desde hace dos años, la actual administración decidió cortar todos los presupuestos destinados a las labores de prevención focalizada, a través de proyectos financiados con CenSida.
“Derivado de esa decisión, las organizaciones de la sociedad civil dejaron de hacer actividades de prevención y detección focalizada en población clave a las que el Estado no ha podido llegar, como: hombres que tienen sexo con hombres, mujeres trans, trabajadoras y trabajadores sexuales y usuarios de drogas inyectables.
El actual gobierno dijo que los recursos que se venían destinado al trabajo en campo se iban a dar directamente a las personas, lo cual no ha sucedido hasta el momento. “No hemos visto, hasta el día de hoy, que una persona que quiere hacerse una prueba de VIH le den para que compre su prueba en la farmacia, si ni siquiera acceso a pruebas gratuitas hay”, apuntó Luis Adrián.
“En este sexenio queda claro que ha retrocedido lo que se había avanzado medianamente en otros sexenios en la detección”, indicó el activista al manifestar su preocupación de que el bajo número de notificaciones de nuevos casos genere la falsa idea de que la epidemia de VIH va disminuyendo.
“Por la emergencia sanitaria de SarsCov-2 mucha gente ha evitado acudir a las clínicas y hospitales por el riesgo a contagio…tenemos que ser muy cuidadosos al leer las cifras porque podemos dar un mensaje erróneo o pensar que está disminuyendo porque las políticas han sido efectivas, no”, enfatizó Luis Adrián al destacar que más del 55% de los diagnósticos se venían haciendo por parte de las organizaciones de la sociedad civil.
Indicó que de acuerdo con datos de CenSida más de 585 personas han fallecido por el binomio SarCov2 y VIH; sin embargo, advirtió que faltan datos desagregados para saber sí eran nuevos casos, si las personas estaban descontroladas en VIH, eran fallas terapéuticas o tenían comorbilidades asociadas al Sars-Cov2.
Sin embargo, alertó que la pandemia no solo ha venido a recrudecer aspectos en la detección, tratamiento y atención médica, sino también incrementó la discriminación hacia las personas que viven con VIH, quienes han sido los primeros en perder sus empleos, con el falso argumento de quererlos proteger del contagio de coronavirus.
