/ jueves 31 de marzo de 2022

La primera persona trans de la que se tiene registro gobernó Roma: conoce la historia de Heliogábalo

Resultó ser la primera persona trans de la que se tiene registro

El imperio Romano siempre ha sido mostrado como un periodo de grandes guerreros, excelentes pensadores y cuna de los padres de la política moderna, no obstante, uno de sus emperadores, olvidado muchas veces, resultó ser la primera persona trans de la que se tiene registro: Te presentamos la historia de Heliogábalo.

El emperador Heliogábalo es para muchas personas desconocido, de hecho, muchas veces es apartado de los libros grecoromanos por una supuesta necesidad de preservar el ‘honor histórico de los fundadores de occidente’, ya que este joven fue todo, menos lo que se consideraría normal o moralmente correcto para el cristianismo que siempre ha tratado de vincularse a los valores europeo.

No fue el típico gobernador desmesurado con grandes apariciones públicas o que disfrutaba de su privilegio con múltiples amantes que su estatus le concedía. Heliogábalo fue un personaje fuera de su tiempo, ya que se le considera la primer persona transexual de la historia, o al menos de la que se tiene constancia.

Muchos libros de historia han tratado de perdonar u ocultar las fechorías de los políticos más polémicos, muchas veces engrandeciendo su figura con el fin de crear un relato romántico y épico sobre sus ancestros. En otros casos, embellecer la historia parece tan complicado que se opta por ignorar a la figura pese a los méritos que tengan para ser recordadas, muchas veces porque esta ‘no encajan en el relato oficial’.

¿Quién fue Heliogábalo?

Dentro de los nombres que aparecen al hablar de Roma, los más comunes son sus césares más famosos, como Nerón, Cómodo, Calígula o Galba, ya que estos fueron responsables directos de la caída de uno de los imperios más grandes de tod ala historia. A todos estos nombres hay uno que destaca cuando se le conoce, pero que muchos libros parecen omitir, Heliogábalo.

Heliogábalo, Elagabalus en latín, nació en una provincia romana de Sirira en el año 203, y murió asesinado en Roma en el año 222. Fue un emperador romano con un efímero mandato, ya que asumió el puesto en 218 hasta el día en que murió. Su abuela Julia Mesa, logró que se elevara a su nieto al cargo luego de usar sus influencias políticas e ideara un complot contra el emperador en ese entonces, Marco Opelio Macrino.

Heliogábalo, el primer transexual de la historia

Como Emperador, Heliogábalo, fue una especie de constante festival de erotismo. Según se cuenta, luego de que asumiera el cargo a los 14 años ejerció la prostitución, contrató a un regimento de prostitutas y llegó a pedir que se le cambiara el sexo quirúrgicamente, petición que no se llevó a cabo, debido al nivel de desarrollo tecnológico en la época.

Desde muy joven, el emperador quiso tener el cuerpo de una mujer, además de sentir atracción por lo hombre. Situación que le ha valido para tener el rechazo de una buena parte de los historiadores a lo largo de los siglos. Sin embargo hoy en día, y pese a que se abordan estos temas sin una postura discriminatoria en muchos países de occidente, siguen existiendo motivos para considerar a Heliogábalo un ‘caos y un peligro público’.

Según se cuenta, desde muy joven, Heliogábalo llegó a ser el pontífice del Dios Gabal de su ciudad de nacimiento, Emesa, una antigua deidad del sol. La curiosidad por este dios es que estaba tallado en una piedra en forma de pene, lo que ocasionó que poco después de desembarcar en Roma, legisló para que fue obligatoria la adoración a esta estatua fálica.

Lo más grave no fue la adoración al objeto, sino los rituales que se hacían como ofrendas, mismas a las que Senadores y pretorianos debían asistir sin objeción. Estos eran testigos de escenas todo menos convencionales, sobre todo para la época. El emperador se vestía con atuendos femeninos y con el pecho al aire, además de estar maquillado y tener una actitud femenina.

Por otra parte, Heliogábalo mató a varias personas como parte de su búsqueda de diversión contante. Organizaba fiestas y orgías, donde acostumbraba hacer caer lluvias de pétalos tan grandes que algunos de sus invitados terminaban sepultados y asfixiados.

La conducta del emperador era tan antisocial y errática, que estaba marcada por las maneras más extrañas para salir de su aburrimiento. Constituyó todo un grupo paramilitar para buscar, rastrear y reclutar varones con el pene más grande en el imperio ya que quería a los hombres mejor dotados para su disfrute personal.

Un día conocío a Hierocles, un esclavo de Esmirna, y a Zotico, un fornido atleta griego, famoso por sus dotes sexuales. Heliogábalo se casó con ambos y más que esconder su felicidad junto a estos hombres, lo reconocia públicamente. Situación que causó conflicto entre sus senadores y su propia guardia pretoriana.

El emperador se jactaba en las sesiones plenarias de las secuelas que le dejaban sus prácticas sadomasoquistas con su amante. Estas actitudes no quedaron en el ámbito privado, ya que, según se cuenta, frecuentaba los más oscuros lugares de la ciudad, ejerciendo profesionalmente la prostitución. Construyó baños públicos para exponer las virtudes viriles de los ciudadanos, e incluso instauró los espectáculos de circo en el palacio imperial.

Al final, su excentricidad, terminó su asesinato luego de un complot, tal y como el mismo Heliogábalo llegó al poder.

Los historiadores, expertos en la Antigua Roma, coinciden en que Heliogábalo ‘fue uno de los peores de su clase’ debido a todas las acciones que este hizo. Reconocidos autores como Elio Lampridio o Barthold Georg, llegaron a pedir disculpas por describir tan detalladamente algunas acciones del emperador.


Nota publicada originalmente en El Sol de La Laguna

El imperio Romano siempre ha sido mostrado como un periodo de grandes guerreros, excelentes pensadores y cuna de los padres de la política moderna, no obstante, uno de sus emperadores, olvidado muchas veces, resultó ser la primera persona trans de la que se tiene registro: Te presentamos la historia de Heliogábalo.

El emperador Heliogábalo es para muchas personas desconocido, de hecho, muchas veces es apartado de los libros grecoromanos por una supuesta necesidad de preservar el ‘honor histórico de los fundadores de occidente’, ya que este joven fue todo, menos lo que se consideraría normal o moralmente correcto para el cristianismo que siempre ha tratado de vincularse a los valores europeo.

No fue el típico gobernador desmesurado con grandes apariciones públicas o que disfrutaba de su privilegio con múltiples amantes que su estatus le concedía. Heliogábalo fue un personaje fuera de su tiempo, ya que se le considera la primer persona transexual de la historia, o al menos de la que se tiene constancia.

Muchos libros de historia han tratado de perdonar u ocultar las fechorías de los políticos más polémicos, muchas veces engrandeciendo su figura con el fin de crear un relato romántico y épico sobre sus ancestros. En otros casos, embellecer la historia parece tan complicado que se opta por ignorar a la figura pese a los méritos que tengan para ser recordadas, muchas veces porque esta ‘no encajan en el relato oficial’.

¿Quién fue Heliogábalo?

Dentro de los nombres que aparecen al hablar de Roma, los más comunes son sus césares más famosos, como Nerón, Cómodo, Calígula o Galba, ya que estos fueron responsables directos de la caída de uno de los imperios más grandes de tod ala historia. A todos estos nombres hay uno que destaca cuando se le conoce, pero que muchos libros parecen omitir, Heliogábalo.

Heliogábalo, Elagabalus en latín, nació en una provincia romana de Sirira en el año 203, y murió asesinado en Roma en el año 222. Fue un emperador romano con un efímero mandato, ya que asumió el puesto en 218 hasta el día en que murió. Su abuela Julia Mesa, logró que se elevara a su nieto al cargo luego de usar sus influencias políticas e ideara un complot contra el emperador en ese entonces, Marco Opelio Macrino.

Heliogábalo, el primer transexual de la historia

Como Emperador, Heliogábalo, fue una especie de constante festival de erotismo. Según se cuenta, luego de que asumiera el cargo a los 14 años ejerció la prostitución, contrató a un regimento de prostitutas y llegó a pedir que se le cambiara el sexo quirúrgicamente, petición que no se llevó a cabo, debido al nivel de desarrollo tecnológico en la época.

Desde muy joven, el emperador quiso tener el cuerpo de una mujer, además de sentir atracción por lo hombre. Situación que le ha valido para tener el rechazo de una buena parte de los historiadores a lo largo de los siglos. Sin embargo hoy en día, y pese a que se abordan estos temas sin una postura discriminatoria en muchos países de occidente, siguen existiendo motivos para considerar a Heliogábalo un ‘caos y un peligro público’.

Según se cuenta, desde muy joven, Heliogábalo llegó a ser el pontífice del Dios Gabal de su ciudad de nacimiento, Emesa, una antigua deidad del sol. La curiosidad por este dios es que estaba tallado en una piedra en forma de pene, lo que ocasionó que poco después de desembarcar en Roma, legisló para que fue obligatoria la adoración a esta estatua fálica.

Lo más grave no fue la adoración al objeto, sino los rituales que se hacían como ofrendas, mismas a las que Senadores y pretorianos debían asistir sin objeción. Estos eran testigos de escenas todo menos convencionales, sobre todo para la época. El emperador se vestía con atuendos femeninos y con el pecho al aire, además de estar maquillado y tener una actitud femenina.

Por otra parte, Heliogábalo mató a varias personas como parte de su búsqueda de diversión contante. Organizaba fiestas y orgías, donde acostumbraba hacer caer lluvias de pétalos tan grandes que algunos de sus invitados terminaban sepultados y asfixiados.

La conducta del emperador era tan antisocial y errática, que estaba marcada por las maneras más extrañas para salir de su aburrimiento. Constituyó todo un grupo paramilitar para buscar, rastrear y reclutar varones con el pene más grande en el imperio ya que quería a los hombres mejor dotados para su disfrute personal.

Un día conocío a Hierocles, un esclavo de Esmirna, y a Zotico, un fornido atleta griego, famoso por sus dotes sexuales. Heliogábalo se casó con ambos y más que esconder su felicidad junto a estos hombres, lo reconocia públicamente. Situación que causó conflicto entre sus senadores y su propia guardia pretoriana.

El emperador se jactaba en las sesiones plenarias de las secuelas que le dejaban sus prácticas sadomasoquistas con su amante. Estas actitudes no quedaron en el ámbito privado, ya que, según se cuenta, frecuentaba los más oscuros lugares de la ciudad, ejerciendo profesionalmente la prostitución. Construyó baños públicos para exponer las virtudes viriles de los ciudadanos, e incluso instauró los espectáculos de circo en el palacio imperial.

Al final, su excentricidad, terminó su asesinato luego de un complot, tal y como el mismo Heliogábalo llegó al poder.

Los historiadores, expertos en la Antigua Roma, coinciden en que Heliogábalo ‘fue uno de los peores de su clase’ debido a todas las acciones que este hizo. Reconocidos autores como Elio Lampridio o Barthold Georg, llegaron a pedir disculpas por describir tan detalladamente algunas acciones del emperador.


Nota publicada originalmente en El Sol de La Laguna

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