/ viernes 8 de julio de 2022

Payaso, el noble perrito que espera a su dueño en el lugar donde falleció atropellado en el centro de Toluca

El animalito resguarda a diario la cruz en honor a su amo, a quien acompañó por última vez el 27 de agosto de 2021

Se llama Payaso, da mucha ternura y desde hace un año se le ve montando guardia todos los días en un cenotafio en honor a José Alfredo Tenorio, “El Siris”, quien murió atropellado el 27 de agosto del 2021, en la esquina de Sor Juana Inés y Santos Degollado, en el centro de Toluca, y quien también era dueño del perrito.

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Sabida es la lealtad que los perros tienen por sus amos, y Payaso es un claro ejemplo de ello, pues desde el año pasado que ocurrió la tragedia, el can no olvida el lugar donde acompañó por última vez a don José Alfredo.

Pocos días después de la desgracia, el tierno perrito fue adoptado por don David, un veterinario que era amigo de “El Siris”, cuyo consultorio se encuentra a unos cuantos metros de donde monta guardia todos los días el perrito.

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Payaso acude todos los días y se echa junto a la cruz, a la cual algunos conocidos del difunto y familiares, colocan periódicamente flores. Y ahí se la pasa el “lomito”, esperando el regreso de su amo, al que siempre acompañaba por las céntricas calles de Toluca.

Abel, un taquero del rumbo comenta: “Sí espera a su dueño, el día que atropellaron a José Alfredo el perro intentó seguirlo cuando se llevaron el cuerpo, le pasó un camión de los que vienen de Almoloya por encima. A los días Payaso regresó y ahora ya no se mueve de aquí de la colonia”.

Por las noches, señala Abel, “El Siris” y su perrito llegaban a su puesto a comer tacos, costumbre que Payaso no olvida y lo sigue haciendo hasta hoy, pues un poco de carnita nunca le cae mal.

“EL ESCUADRÓN DE LA MUERTE" TAMPOCO LO OLVIDA

Por su parte, un grupo de amigos de “El Siris” acuden a la mencionada esquina, lo hacen con una garrafa de licor de caña, vasos y cigarros y brindan por su amigo fallecido. A tal encuentro, por supuesto, no falla Payaso, quien es querido por ellos y mucha gente del rumbo.

Otros comerciantes de la zona mencionan que conocen a Payaso desde hace 15 años, que les da mucha ternura por la manera en cómo se echa junto a la cruz, para cuidarla o para sentir de alguna manera que está junto a su amo.

Otra persona señala que además, Payaso es muy listo, pues cuando cae la noche o llueve, él corre hacia la veterinaria de don David para resguardarse, pero muy de mañana, vuelve a la esquina de Sor Juana Inés y Santos Degollado, para estar cerca de la cruz.

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También Payaso está muy acostumbrado al ajetreo del lugar, no le teme al ruido del intenso tráfico, tampoco al transitar de las personas, y mucho menos a que algún curioso o transeúnte quiera acariciarlo, pues es muy tranquilo y no suele atacar a nadie.

Así, es como este tierno perrito, con un ojo blanco, signo de un padecimiento, no olvida a su dueño, y aludiendo al famoso can Hachiko, quizás lo espera, lo acompaña, el caso es que todos los días resguarda la cruz en honor a su inolvidable amo.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

Se llama Payaso, da mucha ternura y desde hace un año se le ve montando guardia todos los días en un cenotafio en honor a José Alfredo Tenorio, “El Siris”, quien murió atropellado el 27 de agosto del 2021, en la esquina de Sor Juana Inés y Santos Degollado, en el centro de Toluca, y quien también era dueño del perrito.

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Payaso acude todos los días y se echa junto a la cruz, a la cual algunos conocidos del difunto y familiares, colocan periódicamente flores. Y ahí se la pasa el “lomito”, esperando el regreso de su amo, al que siempre acompañaba por las céntricas calles de Toluca.

Abel, un taquero del rumbo comenta: “Sí espera a su dueño, el día que atropellaron a José Alfredo el perro intentó seguirlo cuando se llevaron el cuerpo, le pasó un camión de los que vienen de Almoloya por encima. A los días Payaso regresó y ahora ya no se mueve de aquí de la colonia”.

Por las noches, señala Abel, “El Siris” y su perrito llegaban a su puesto a comer tacos, costumbre que Payaso no olvida y lo sigue haciendo hasta hoy, pues un poco de carnita nunca le cae mal.

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Por su parte, un grupo de amigos de “El Siris” acuden a la mencionada esquina, lo hacen con una garrafa de licor de caña, vasos y cigarros y brindan por su amigo fallecido. A tal encuentro, por supuesto, no falla Payaso, quien es querido por ellos y mucha gente del rumbo.

Otros comerciantes de la zona mencionan que conocen a Payaso desde hace 15 años, que les da mucha ternura por la manera en cómo se echa junto a la cruz, para cuidarla o para sentir de alguna manera que está junto a su amo.

Otra persona señala que además, Payaso es muy listo, pues cuando cae la noche o llueve, él corre hacia la veterinaria de don David para resguardarse, pero muy de mañana, vuelve a la esquina de Sor Juana Inés y Santos Degollado, para estar cerca de la cruz.

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Así, es como este tierno perrito, con un ojo blanco, signo de un padecimiento, no olvida a su dueño, y aludiendo al famoso can Hachiko, quizás lo espera, lo acompaña, el caso es que todos los días resguarda la cruz en honor a su inolvidable amo.

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