/ viernes 2 de octubre de 2020

Miguel Castillo, el mexicano cuyo invento salvaguarda la vida de astronautas de la NASA

Miguel creció y soñó con la ilusión de algún día llegar a trabajar en la NASA, sueño que logró concretar a partir del año 2008

Miguel Castillo, mexicano nacido en la Frontera de Ciudad Juárez y el Paso, Texas, creció y soñó con la ilusión de algún día llegar a trabajar en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, sueño que logró concretar a partir del año 2008.

Al pronunciar la conferencia magistral ‘La exploración espacial y sus herramientas de innovación global’ ante miembros e invitados de la Comunidad UVM, compartió que cuando ingresó a la NASA fue asignado a la oficina de instrumentación y entrenamiento de los astronautas, por lo que sintió que su sueño estaba realizado: estar con los hombres que viajan al espacio.

El reconocido Ingeniero Mecánico, investigador y científico del Programa Espacial de los Estados Unidos, compartió con visible entusiasmo cómo surgió este sueño, cómo desde niño lo fue cultivando y cómo se enfocó en dicho interés a través de numerosos aspectos de su vida. Así, tras narrar episodios clave de sus estudios, de su aprendizaje, así como de su trayectoria en la industria automotriz, compartió también cómo es su trabajo actual en la NASA y cómo ha abordado los retos que se le han presentado.

“La NASA tiene 10 centros espaciales por todo Estados Unidos, tiene relación internacional con agencias espaciales de todo el mundo, incluyendo México. Tiene alianzas muy fuertes con países que han participado para crear inventos tan magníficos, como por ejemplo la Estación Espacial Internacional, que ha sido el proyecto más ambicioso en la historia de la humanidad; esa casa de 5 y media recámaras que le da la vuelta al planeta Tierra todos los días cada 90 minutos; justamente, mi trabajo formal es formar parte de la familia que mantiene la estación espacial a flote”, comentó.

Describió a la Estación Espacial Internacional como una barra de metal, en este caso aluminio, que mide 100 metros de largo, el largo aproximado de un estadio de futbol, que tiene montados los módulos de habitación y de generación de electricidad que se requiere para que vuele alrededor de la Tierra.

“Resulta que hace años, la NASA con sus satélites, detectó que nuestro sol empezó a incrementar su producción de radiación solar; el Sol emite lo que se llama destellos solares o vientos solares, que cuando se dirigen hacia la Tierra, ionizan la atmósfera y crean partículas libres de electricidad alrededor de ella”, explicó Castillo.

Esas partículas, agregó, están suspendidas en las atmósferas del planeta y la Estación Espacial Internacional le da la vuelta a la Tierra justamente pasando por estas nubes de electrones que están flotando. A partir de ello, la estación espacial comienza a cargarse de electricidad y con la alta producción de radiación solar, la carga de la Estación Espacial Internacional sobrepasó los límites de diseño de la misma.

Para resolver este desafío, explicó cómo regresó a las bases científicas, aquellas bases de conocimiento que le permitieron imaginar lo inimaginable, “y eso resultó en un invento que yo vi lanzarse en el Transbordador Espacial y que hoy día está en la estación espacial salvaguardando la vida de los astronautas cada vez que realizan una caminata espacial”.

Miguel Castillo pidió a los jóvenes pensar en sí mismos como profesionales que pueden brillar e inspirar, los invitó a imaginar lo que significa poner su conocimiento al servicio de los demás. “Imagínense que ustedes tienen, en su capacidad, el secreto para cambiar la vida de muchas personas, no hay cosa más honorable, que el poner nuestro conocimiento al servicio de los demás para mejorar la vida”, dijo.

De acuerdo con el también autor especializado en medicina holística y psicología transpersonal, el mayor reto de los humanos para vivir en otros planetas, es la radiación.

Ante cientos de estudiantes, docentes e invitados de la comunidad UVM conectados para escucharlo como parte del ciclo UVM Talks, Miguel Castillo compartió recomendaciones clave para que aquellos jóvenes que cursan una carrera universitaria, trabajen en conquistar sus sueños.

Miguel Castillo, cuenta con 40 horas de entrenamiento de astronauta y ha escrito más de 15 publicaciones para la NASA; es el primer caso documentado de remisión instantánea de Esclerosis Múltiple en el mundo y, es creador de un sistema de salud y bienestar que combina la ciencia y la meditación.




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Miguel Castillo, mexicano nacido en la Frontera de Ciudad Juárez y el Paso, Texas, creció y soñó con la ilusión de algún día llegar a trabajar en la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, sueño que logró concretar a partir del año 2008.

Al pronunciar la conferencia magistral ‘La exploración espacial y sus herramientas de innovación global’ ante miembros e invitados de la Comunidad UVM, compartió que cuando ingresó a la NASA fue asignado a la oficina de instrumentación y entrenamiento de los astronautas, por lo que sintió que su sueño estaba realizado: estar con los hombres que viajan al espacio.

El reconocido Ingeniero Mecánico, investigador y científico del Programa Espacial de los Estados Unidos, compartió con visible entusiasmo cómo surgió este sueño, cómo desde niño lo fue cultivando y cómo se enfocó en dicho interés a través de numerosos aspectos de su vida. Así, tras narrar episodios clave de sus estudios, de su aprendizaje, así como de su trayectoria en la industria automotriz, compartió también cómo es su trabajo actual en la NASA y cómo ha abordado los retos que se le han presentado.

“La NASA tiene 10 centros espaciales por todo Estados Unidos, tiene relación internacional con agencias espaciales de todo el mundo, incluyendo México. Tiene alianzas muy fuertes con países que han participado para crear inventos tan magníficos, como por ejemplo la Estación Espacial Internacional, que ha sido el proyecto más ambicioso en la historia de la humanidad; esa casa de 5 y media recámaras que le da la vuelta al planeta Tierra todos los días cada 90 minutos; justamente, mi trabajo formal es formar parte de la familia que mantiene la estación espacial a flote”, comentó.

Describió a la Estación Espacial Internacional como una barra de metal, en este caso aluminio, que mide 100 metros de largo, el largo aproximado de un estadio de futbol, que tiene montados los módulos de habitación y de generación de electricidad que se requiere para que vuele alrededor de la Tierra.

“Resulta que hace años, la NASA con sus satélites, detectó que nuestro sol empezó a incrementar su producción de radiación solar; el Sol emite lo que se llama destellos solares o vientos solares, que cuando se dirigen hacia la Tierra, ionizan la atmósfera y crean partículas libres de electricidad alrededor de ella”, explicó Castillo.

Esas partículas, agregó, están suspendidas en las atmósferas del planeta y la Estación Espacial Internacional le da la vuelta a la Tierra justamente pasando por estas nubes de electrones que están flotando. A partir de ello, la estación espacial comienza a cargarse de electricidad y con la alta producción de radiación solar, la carga de la Estación Espacial Internacional sobrepasó los límites de diseño de la misma.

Para resolver este desafío, explicó cómo regresó a las bases científicas, aquellas bases de conocimiento que le permitieron imaginar lo inimaginable, “y eso resultó en un invento que yo vi lanzarse en el Transbordador Espacial y que hoy día está en la estación espacial salvaguardando la vida de los astronautas cada vez que realizan una caminata espacial”.

Miguel Castillo pidió a los jóvenes pensar en sí mismos como profesionales que pueden brillar e inspirar, los invitó a imaginar lo que significa poner su conocimiento al servicio de los demás. “Imagínense que ustedes tienen, en su capacidad, el secreto para cambiar la vida de muchas personas, no hay cosa más honorable, que el poner nuestro conocimiento al servicio de los demás para mejorar la vida”, dijo.

De acuerdo con el también autor especializado en medicina holística y psicología transpersonal, el mayor reto de los humanos para vivir en otros planetas, es la radiación.

Ante cientos de estudiantes, docentes e invitados de la comunidad UVM conectados para escucharlo como parte del ciclo UVM Talks, Miguel Castillo compartió recomendaciones clave para que aquellos jóvenes que cursan una carrera universitaria, trabajen en conquistar sus sueños.

Miguel Castillo, cuenta con 40 horas de entrenamiento de astronauta y ha escrito más de 15 publicaciones para la NASA; es el primer caso documentado de remisión instantánea de Esclerosis Múltiple en el mundo y, es creador de un sistema de salud y bienestar que combina la ciencia y la meditación.




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