/ lunes 5 de julio de 2021

Apoyo a empleadores: ¿Ahora sí va en serio?

Las empresas de las mujeres han sido el sector más afectado durante la pandemia al enfrentar la mayor cantidad de cierres

En el mercado laboral, las mujeres fueron las que perdieron más empleos por la pandemia, las empresas lideradas por ellas también fueron las que más bajaron la cortina; a la hora de retomar las actividades, también son ellas las que tienen un rezago.

En México, existe una diferencia salarial de hasta 20 por ciento entre lo que gana una mujer contra lo percibe económicamente un hombre, por lo que las mujeres tendrían que trabajar meses de 35 días o años de 14 meses para poder alcanzar el mismo salario que los varones, reveló María Ariza durante el lanzamiento del Compromiso con la Igualdad Salarial, lanzado en marzo de este año.

Roberto Manrique representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aseguró que América Latina es la región con el mayor porcentaje de mujeres autoempleadas en el mundo, lo que representa una tercera parte de los negocios totales.

Sin embargo, añadió, las brechas de género en el acceso a financiamiento continúan presentándose, ya que cuando 70 por ciento de estas mujeres solicita un crédito no lo recibe.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en enero del año pasado, los hombres inscritos a un empleo formal ganaban en promedio 416.4 pesos y las mujeres 363.5; una diferencia de 52.9 pesos. Para el mismo mes de 2021, estos indicadores fueron de 449.6 y 395.5 pesos, respectivamente, y la diferencia salarial de 54.1 pesos, lo que quiere decir que la brecha salarial sigue presente.

En cuanto a las pymes constituidas por mujeres, el Inegi reporta que en el último año, sólo 13 de cada 100 establecimientos liderados por mujeres obtuvieron un crédito o financiamiento.

Además, datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, muestran que 46 por ciento de las mujeres no cuentan con un crédito, ya sea formal o informal y dichos porcentajes aumentan en localidades rurales con menos de 15 mil habitantes.

“Aun con estas restricciones al crédito, las mujeres lideran más de mil 200 mipymes del país, 30 por ciento del total”, dice el representante del BID.

Agregó que durante la pandemia las mujeres perdieron 25 por ciento más empleos que los hombres, reduciendo la tasa de participación laboral de las mujeres, al pasar de 45 por ciento, en 2019, al 41 por ciento en 2020.

Dice que las acciones que se tomen para impulsar a las mujeres en el mercado laboral y financiero abonarán al desarrollo económico y social del país, pues dijo que según el propio BID, esto podría aumentar el tamaño de la economía hasta en 22 por ciento.

Las empresas de tecnología fundadas por mujeres tienen 20 por ciento menos de posibilidades de recibir financiamiento que aquellas conformadas por hombres, según un estudio de Endeavor.

De acuerdo con la organización, 43 por ciento de los emprendimientos en el sector tecnológico de mujeres en la última década ha obtenido financiamiento para sus operaciones. En el caso de las empresas fundadas por hombres la proporción se eleva a 53 por ciento.

“Aunque en los últimos años ha habido grandes avances respecto a la equidad de género, aún en 2021 las mujeres siguen encontrando mayores impedimentos que los hombres en el terreno de lo laboral”, dice el reporte.

La organización Endeavor, dedicada a promover iniciativas de negocios, destaca que el ecosistema de emprendimiento en el sector tecnológico no es del todo desfavorable para las mujeres, ya que la proporción de emprendedores que lograron escalar su empresa a 50 empleados o más es muy similar para ambos sexos.

Pero las estadísticas juegan a favor de ellos, pues 77 por ciento de las empresas de tecnología son fundadas por hombres.

Las dificultades para las mujeres no son exclusivas de México, la falta de apoyos en financiamiento y acceso a programas públicos que les permitan crecer en la región, son un problema generalizado que apenas está comenzando a corregirse.

Daniela Gillmore, gerente general del viñedo chileno Gillmore Wines, y una de las ganadoras del programa Mujer Exporta, del país sudamericano, señaló a este diario que en Chile, 17 por ciento de las empresas son lideradas por mujeres, mientras que el 83 por ciento restante pertenecen a hombres.

“Hay una diferencia tremenda, pero el 100 por ciento de las empresas lideradas por mujeres tiene mayor crecimiento en ventas y en productividad que las empresas lideradas por hombres, de acuerdo con un estudio que hicieron de la Universidad de Valparaíso. Efectivamente, la mujer cumple más roles, pero eso crea una mayor presión cuando tienes una empresa, pero como hay más presión hay que ser más concretas y cumplir con metas y objetivos o si no no avanzas, y el costo de no avanzar es muy alto”, comentó.

Entre las prácticas que todavía permanecen en Chile, dice la empresaria, es que si una mujer pide un crédito y está casada, el marido tiene que autorizar el crédito.

“El camino para formar una empresa para una mujer es mucho más complejo. Las mujeres como tenemos múltiples roles, armamos equipos, porque necesitas redes de apoyo, porque esos son los proyectos que van a tener más futuro”, dice la empresaria.

ProChile y empresarias del país andino lanzaron en México el programa “Mujer Exporta”, el cual apoyará a 14 empresas chilenas lideradas por mujeres a exportar bienes y servicios de los sectores de alimentos, vinos, cosmético, veterinario, editorial, energético y tecnológico por hasta 280 mil dólares al cierre de 2021.

Héctor Echeverría, director de ProChile México, mencionó que las mujeres son buenas generadoras de trabajo, pagan muy bien, sus productos son de muy buena calidad y en la medida en la que se potencie un círculo virtuoso, se fortalecerá la cadena de negocios para ellas.

“No se trata de poner a competir a la mujer y al hombre, sino que cada uno tiene su espacio. Todo el tema sensorial, todo el tema de terminación fina, de valor agregado, todo ese toque lo da la mujer. Eso es lo que exige hoy en día el mundo de los negocios”, comentó el directivo en entrevista con El Sol de México.

Añade que además de las empresas, las mujeres llevan los hogares, son jefas de familia, y cumplen varios roles. “En la medida que podamos darles apoyos y destaquemos con mayor fuerza su trabajo, se fortalecerá más el entorno para ellas”.

En Chile, dice Echeverría, generaron este programa con foco femenino, pues detectaron que la balanza de los programas empresariales se inclinaba hacia los hombres.

“Pusimos un foco para tratar de equiparar, porque de 10 empresas que se postulaban para un programa nueve eran hombres y una mujer. A veces quedaba fuera la empresa de la mujer y quedaban dentro los nueve hombres y no siempre eran las mejores empresas. Lo que hemos hecho es tener programas específicos y sin lugar a dudas, el programa Mujer Empresaria Chilena viene a recoger un impulso para las empresarias”, menciona.

ESFUERZOS NACIONALES

En México, asociaciones de la sociedad civil, organismos empresariales, bancos comerciales e inversionistas firmaron el Compromiso con la Igualdad Salarial, en el que se comprometen a reducir la brecha que existe entre lo que gana una mujer y un hombre, así como a impulsar a las mujeres a ocupar más puestos de altas direcciones.

La iniciativa de la Bolsa Institucional de Valores (Biva), fue adoptada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), Fondos de Banorte, Citibanamex, BBVA, ISSSTE, Nafinsa, el BID, la Confederación Financiera Internacional (IFC), el Pacto Global de Naciones Unidas en México, entre otros.

“Estamos incitando a los principales inversionistas, afores, manejadores de activos nacionales e internacionales y fondos de inversión de México a comprometerse a buscar condiciones de equidad salarial, no sólo dentro de sus firmas, también haciendo extensiva la iniciativa a las empresas que favorecen con su inversión, ya sea de forma directa o indirecta, a través de fondos”, enfatizó la directora General de Biva, María Ariza, durante la presentación del programa en marzo.

“De esta forma, la presión vendrá de arriba hacia abajo y la eficiencia en el cambio será contundente. Esta cascada de responsabilidad se permeará dentro de los tomadores de decisiones y los dueños de capital, nivel por nivel, hasta lograr una realidad que queremos en nuestras empresas”, abundó.

Foto: Roberto Hernández

María Ariza señaló que con este compromiso se busca romper estereotipos y sesgos de género aún presentes en nuestra sociedad que pemitan la inculsión de la mujer en el mercado laboral y les permitan tener mejores salarios y puestos laborales sin discriminación alguna.

Añadió que el documento obligará a quienes los suscribieron a transparentar toda acción que inicien al interior de sus empresas y los avances anuales para abonar a este cambio.

Dijo que no es un tema sólo de mujeres, toda vez que, en México, existe una diferencia salarial de hasta 20 por ciento entre lo que gana una mujer contra lo percibe económicamente un hombre, por lo que las mujeres tendrían que trabajar meses de 35 días o años de 14 meses para poder alcanzar el mismo salario que los varones.

Edna Barba, directora jurídica de Afore XXI Banorte, comentó que la clave está en transitar “con todo el rigor del deber ser” para pasar de “las intenciones a las acciones puntuales que nos permitan concretar la equidad y la inclusión aun arraigadas en nuestra sociedad y que no queremos”.

Afirmó que para lograr el cambio se precisa de la acción comprometida en todos lo niveles, desde el Estado hasta las familias, las escuelas, los diversos grupos sociales, las asociaciones civiles y las empresas.

“En este conecto refiriéndome a la igualdad y no discriminación de las mujeres, me resulta incomprensible que el principio consagrado en la Constitución desde 1917, de que a trabajo igual debe corresponder salario igual, sin distinción de sexo, aún no pueda tener plena vigencia”, criticó.

Laura Vila, Senior Investment Officer de la IFC, coincidió en que trabajar por la igualdad de género, y en particular, por disminuir la brecha salarial, no sólo es lo correcto, sino que representaría una ganancia en la riqueza mundial de 172 trillones de dólares.

También reconoció los avances en la materia que han permeado en México, donde resaltó que en 2011 México ocupaba el puesto 89 entre 150 países en el ranking del World Economic Forum, mientras que hoy ocupa el número 25.

“Si bien es un avance que debemos celebrar no por esto debemos de bajar la guardia. Las mujeres siguen siendo subrepresentadas en el ámbito empresarial. En todo el mundo cuentan apenas con el 17 por ciento de presencia en puestos de juntas directivas, 5 por ciento de las presidencias directivas, menos del 4 por ciento en puestos de CEO y solo 12 por ciento en CFO”, contrastó.

Dijo que la brecha salarial es más alta en México que en países como Perú, Colombia, República Dominicana, Uruguay, Chile, Brasil, Argentina, lo cual enfatizó “no es aceptable”.

“Adicionalmente, la pandemia está ampliando la brecha de género, revirtiendo décadas de logros para las mujeres y niñas en áreas como capital humano, empoderamiento económico y voz”, refirió.

Subrayó que 510 millones de mujeres trabajan en los sectores más afectados por la pandemia, donde en la mayoría no cuentan con seguridad social al ubicarse en la formalidad.

“La concentración de mujeres en trabajos informales las expone a una protección social mínima”, concluyó.

En el mercado laboral, las mujeres fueron las que perdieron más empleos por la pandemia, las empresas lideradas por ellas también fueron las que más bajaron la cortina; a la hora de retomar las actividades, también son ellas las que tienen un rezago.

En México, existe una diferencia salarial de hasta 20 por ciento entre lo que gana una mujer contra lo percibe económicamente un hombre, por lo que las mujeres tendrían que trabajar meses de 35 días o años de 14 meses para poder alcanzar el mismo salario que los varones, reveló María Ariza durante el lanzamiento del Compromiso con la Igualdad Salarial, lanzado en marzo de este año.

Roberto Manrique representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), aseguró que América Latina es la región con el mayor porcentaje de mujeres autoempleadas en el mundo, lo que representa una tercera parte de los negocios totales.

Sin embargo, añadió, las brechas de género en el acceso a financiamiento continúan presentándose, ya que cuando 70 por ciento de estas mujeres solicita un crédito no lo recibe.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en enero del año pasado, los hombres inscritos a un empleo formal ganaban en promedio 416.4 pesos y las mujeres 363.5; una diferencia de 52.9 pesos. Para el mismo mes de 2021, estos indicadores fueron de 449.6 y 395.5 pesos, respectivamente, y la diferencia salarial de 54.1 pesos, lo que quiere decir que la brecha salarial sigue presente.

En cuanto a las pymes constituidas por mujeres, el Inegi reporta que en el último año, sólo 13 de cada 100 establecimientos liderados por mujeres obtuvieron un crédito o financiamiento.

Además, datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, muestran que 46 por ciento de las mujeres no cuentan con un crédito, ya sea formal o informal y dichos porcentajes aumentan en localidades rurales con menos de 15 mil habitantes.

“Aun con estas restricciones al crédito, las mujeres lideran más de mil 200 mipymes del país, 30 por ciento del total”, dice el representante del BID.

Agregó que durante la pandemia las mujeres perdieron 25 por ciento más empleos que los hombres, reduciendo la tasa de participación laboral de las mujeres, al pasar de 45 por ciento, en 2019, al 41 por ciento en 2020.

Dice que las acciones que se tomen para impulsar a las mujeres en el mercado laboral y financiero abonarán al desarrollo económico y social del país, pues dijo que según el propio BID, esto podría aumentar el tamaño de la economía hasta en 22 por ciento.

Las empresas de tecnología fundadas por mujeres tienen 20 por ciento menos de posibilidades de recibir financiamiento que aquellas conformadas por hombres, según un estudio de Endeavor.

De acuerdo con la organización, 43 por ciento de los emprendimientos en el sector tecnológico de mujeres en la última década ha obtenido financiamiento para sus operaciones. En el caso de las empresas fundadas por hombres la proporción se eleva a 53 por ciento.

“Aunque en los últimos años ha habido grandes avances respecto a la equidad de género, aún en 2021 las mujeres siguen encontrando mayores impedimentos que los hombres en el terreno de lo laboral”, dice el reporte.

La organización Endeavor, dedicada a promover iniciativas de negocios, destaca que el ecosistema de emprendimiento en el sector tecnológico no es del todo desfavorable para las mujeres, ya que la proporción de emprendedores que lograron escalar su empresa a 50 empleados o más es muy similar para ambos sexos.

Pero las estadísticas juegan a favor de ellos, pues 77 por ciento de las empresas de tecnología son fundadas por hombres.

Las dificultades para las mujeres no son exclusivas de México, la falta de apoyos en financiamiento y acceso a programas públicos que les permitan crecer en la región, son un problema generalizado que apenas está comenzando a corregirse.

Daniela Gillmore, gerente general del viñedo chileno Gillmore Wines, y una de las ganadoras del programa Mujer Exporta, del país sudamericano, señaló a este diario que en Chile, 17 por ciento de las empresas son lideradas por mujeres, mientras que el 83 por ciento restante pertenecen a hombres.

“Hay una diferencia tremenda, pero el 100 por ciento de las empresas lideradas por mujeres tiene mayor crecimiento en ventas y en productividad que las empresas lideradas por hombres, de acuerdo con un estudio que hicieron de la Universidad de Valparaíso. Efectivamente, la mujer cumple más roles, pero eso crea una mayor presión cuando tienes una empresa, pero como hay más presión hay que ser más concretas y cumplir con metas y objetivos o si no no avanzas, y el costo de no avanzar es muy alto”, comentó.

Entre las prácticas que todavía permanecen en Chile, dice la empresaria, es que si una mujer pide un crédito y está casada, el marido tiene que autorizar el crédito.

“El camino para formar una empresa para una mujer es mucho más complejo. Las mujeres como tenemos múltiples roles, armamos equipos, porque necesitas redes de apoyo, porque esos son los proyectos que van a tener más futuro”, dice la empresaria.

ProChile y empresarias del país andino lanzaron en México el programa “Mujer Exporta”, el cual apoyará a 14 empresas chilenas lideradas por mujeres a exportar bienes y servicios de los sectores de alimentos, vinos, cosmético, veterinario, editorial, energético y tecnológico por hasta 280 mil dólares al cierre de 2021.

Héctor Echeverría, director de ProChile México, mencionó que las mujeres son buenas generadoras de trabajo, pagan muy bien, sus productos son de muy buena calidad y en la medida en la que se potencie un círculo virtuoso, se fortalecerá la cadena de negocios para ellas.

“No se trata de poner a competir a la mujer y al hombre, sino que cada uno tiene su espacio. Todo el tema sensorial, todo el tema de terminación fina, de valor agregado, todo ese toque lo da la mujer. Eso es lo que exige hoy en día el mundo de los negocios”, comentó el directivo en entrevista con El Sol de México.

Añade que además de las empresas, las mujeres llevan los hogares, son jefas de familia, y cumplen varios roles. “En la medida que podamos darles apoyos y destaquemos con mayor fuerza su trabajo, se fortalecerá más el entorno para ellas”.

En Chile, dice Echeverría, generaron este programa con foco femenino, pues detectaron que la balanza de los programas empresariales se inclinaba hacia los hombres.

“Pusimos un foco para tratar de equiparar, porque de 10 empresas que se postulaban para un programa nueve eran hombres y una mujer. A veces quedaba fuera la empresa de la mujer y quedaban dentro los nueve hombres y no siempre eran las mejores empresas. Lo que hemos hecho es tener programas específicos y sin lugar a dudas, el programa Mujer Empresaria Chilena viene a recoger un impulso para las empresarias”, menciona.

ESFUERZOS NACIONALES

En México, asociaciones de la sociedad civil, organismos empresariales, bancos comerciales e inversionistas firmaron el Compromiso con la Igualdad Salarial, en el que se comprometen a reducir la brecha que existe entre lo que gana una mujer y un hombre, así como a impulsar a las mujeres a ocupar más puestos de altas direcciones.

La iniciativa de la Bolsa Institucional de Valores (Biva), fue adoptada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), Fondos de Banorte, Citibanamex, BBVA, ISSSTE, Nafinsa, el BID, la Confederación Financiera Internacional (IFC), el Pacto Global de Naciones Unidas en México, entre otros.

“Estamos incitando a los principales inversionistas, afores, manejadores de activos nacionales e internacionales y fondos de inversión de México a comprometerse a buscar condiciones de equidad salarial, no sólo dentro de sus firmas, también haciendo extensiva la iniciativa a las empresas que favorecen con su inversión, ya sea de forma directa o indirecta, a través de fondos”, enfatizó la directora General de Biva, María Ariza, durante la presentación del programa en marzo.

“De esta forma, la presión vendrá de arriba hacia abajo y la eficiencia en el cambio será contundente. Esta cascada de responsabilidad se permeará dentro de los tomadores de decisiones y los dueños de capital, nivel por nivel, hasta lograr una realidad que queremos en nuestras empresas”, abundó.

Foto: Roberto Hernández

María Ariza señaló que con este compromiso se busca romper estereotipos y sesgos de género aún presentes en nuestra sociedad que pemitan la inculsión de la mujer en el mercado laboral y les permitan tener mejores salarios y puestos laborales sin discriminación alguna.

Añadió que el documento obligará a quienes los suscribieron a transparentar toda acción que inicien al interior de sus empresas y los avances anuales para abonar a este cambio.

Dijo que no es un tema sólo de mujeres, toda vez que, en México, existe una diferencia salarial de hasta 20 por ciento entre lo que gana una mujer contra lo percibe económicamente un hombre, por lo que las mujeres tendrían que trabajar meses de 35 días o años de 14 meses para poder alcanzar el mismo salario que los varones.

Edna Barba, directora jurídica de Afore XXI Banorte, comentó que la clave está en transitar “con todo el rigor del deber ser” para pasar de “las intenciones a las acciones puntuales que nos permitan concretar la equidad y la inclusión aun arraigadas en nuestra sociedad y que no queremos”.

Afirmó que para lograr el cambio se precisa de la acción comprometida en todos lo niveles, desde el Estado hasta las familias, las escuelas, los diversos grupos sociales, las asociaciones civiles y las empresas.

“En este conecto refiriéndome a la igualdad y no discriminación de las mujeres, me resulta incomprensible que el principio consagrado en la Constitución desde 1917, de que a trabajo igual debe corresponder salario igual, sin distinción de sexo, aún no pueda tener plena vigencia”, criticó.

Laura Vila, Senior Investment Officer de la IFC, coincidió en que trabajar por la igualdad de género, y en particular, por disminuir la brecha salarial, no sólo es lo correcto, sino que representaría una ganancia en la riqueza mundial de 172 trillones de dólares.

También reconoció los avances en la materia que han permeado en México, donde resaltó que en 2011 México ocupaba el puesto 89 entre 150 países en el ranking del World Economic Forum, mientras que hoy ocupa el número 25.

“Si bien es un avance que debemos celebrar no por esto debemos de bajar la guardia. Las mujeres siguen siendo subrepresentadas en el ámbito empresarial. En todo el mundo cuentan apenas con el 17 por ciento de presencia en puestos de juntas directivas, 5 por ciento de las presidencias directivas, menos del 4 por ciento en puestos de CEO y solo 12 por ciento en CFO”, contrastó.

Dijo que la brecha salarial es más alta en México que en países como Perú, Colombia, República Dominicana, Uruguay, Chile, Brasil, Argentina, lo cual enfatizó “no es aceptable”.

“Adicionalmente, la pandemia está ampliando la brecha de género, revirtiendo décadas de logros para las mujeres y niñas en áreas como capital humano, empoderamiento económico y voz”, refirió.

Subrayó que 510 millones de mujeres trabajan en los sectores más afectados por la pandemia, donde en la mayoría no cuentan con seguridad social al ubicarse en la formalidad.

“La concentración de mujeres en trabajos informales las expone a una protección social mínima”, concluyó.

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