La cita con la historia puso otra vez a Brasil en el camino de México para llegar a la gloria. Como en el 2005, los jóvenes del Tricolor Sub-17 alcanzaron la final del Mundial de la categoría y tendrán en frente a un gigante del futbol internacional, mismo al que en diferentes torneos y categorías -incluida esta- ya se le ha derrotado.
Por cuarta vez en los últimos 14 años, México llegó a la final, lo que confirma que se ha convertido en una potencia a nivel juvenil. Dos títulos y un subcampeonato lo avalan, además de que cuenta también con presencia en el cotejo por el tercer lugar de la edición del 2015.
Para llegar a este momento, tanto aztecas como brasileños tuvieron que saber sufrir, cada uno de diferente manera. En el papel, Brasil parte como favorito. Más allá del tema de la localía, ha mostrado consistencia a lo largo del certamen, muestra de ello es su paso perfecto, ya que ha ganado los seis encuentros que ha disputado, lo que lo tiene con los reflectores encima para coronarse en el Bezerrao.
En contraparte, México ha sido un equipo que ha ideo de menos a más. Su fase de grupos fue titubeante y se metió a la siguiente ronda gracias a la goleada sobre Islas Salomón, con lo que se metió como uno de los mejores terceros lugares.
Ya en la ronda de eliminación directa, los dirigidos por Marco Antonio Ruiz encontraron su mejor versión cuando echaron a Japón –campeón de Asia-, Corea del Sur y Holanda, su presentación menos lucida de las tres.
De tal forma, hoy le toca a Santiago Muñoz, Eugenio Pizzuto, Bruce El-Mesmari, Efraín Álvarez, Eduardo García y compañía, tomar la estafeta que le quieren dejar las generaciones que encabezaron nombres como Giovani dos Santos, Carlos Vela, César Villaluz, Patricio Araujo o más recientemente, Carlos Fierro, Julio Gómez, Antonio Briseño y Jonathan Espericueta.
El momento de ser héroes llegó para esta nueva generación de jóvenes mexicanos que sueñan con volver a territorio mexicano con la copa en todo lo alto.
HM
