/ miércoles 5 de junio de 2019

México vence a Venezuela rumbo a la Copa Oro

Gerardo Martino tuvo problemas para conformar a sus 23 jugadores

Atlanta, Georgia, 5 de junio.- Salud por los que sí están, el tricolor, parchado y cuestionado, se sentó en la mesa, aprovechó la fragilidad de su rival y con elegancia degustó un Vinotinto.

Venezuela, históricamente, país cómodo para México, quiso dar pelea, hirió a Jonathan Orozco, pero no fue suficiente para vencer a los aztecas.

Roberto Alvarado emparejó el juego, Rodolfo Pizarro puso todo en su lugar y Andrés Guardado, como buen capitán, vino desde la banca y cerró el partido.

Las lesiones perjudicaron al equipo mexicano, también los que no quisieron venir, pero, a pesar de eso, México enseñó que tiene material para ser el mejor de Concacaf.

Vino para calmar las penas. ¡Salud!


EL PARTIDO

Parchado, sin varios estelares que el “Tata” siempre tuvo en la cabeza, México, apareció en el Mercedez-Benz Stadium ansioso, listo para degustar un vino, tinto, en esta ocasión, para tomar ritmo y confianza a escasos días de la Copa Oro.

Martino echó mano de elementos poco habituales, Gerardo supo que el juego frente a Venezuela era el único antes de tomar una decisión de a quién romperle el corazón y dejarlo en México tras el recorte que exige la Concacaf.

Jonathan Orozco, Fernando Navarro y Roberto Alvarado fueron las caras diferentes, los tres, sobre todo el lateral del León, mostraron sus deseos de quedarse en el combinado azteca.

México le prestó poco tiempo el balón a la Vinotinto, pero, una ocasión bastó para arruinarle todo a los aztecas.

Jhon Murillo, sin quererlo, superó a Orozco con un balón elevado, el portero del Santos Laguna se quedó inmóvil, frío, ni él ni el tirador, esperaron que el esférico realizara esa extraña parábola.

Venezuela marcó, eso enfureció a los aztecas.

El Tricolor volvió a irse al frente, la igualada estuvo cerca, pero se negó.

Venezuela soportó todo, Navarro desde su inseparable lado derecho, ofreció salida y verticalidad, el jugador esmeralda, como pudo, buscó llenarle el ojo a Martino.

México tomó fuerza, Venezuela no soportó más. Roberto Alvarado, con escasa participación en el juego, apareció en el área y con potencia venció a Fariñes.

El “Piojo” anotó y vino la respuesta venezolana.

Lo malo para el Tricolor fue perder segundos antes del tanto a Edson Álvarez por lesión.

Yangel Herrera con un cabezazo, estuvo cerca de recuperar la ventaja, su remate pegó en el poste y luego Salomón Rondón, falló frente a Orozco.

Con los nervios y adrenalina encima, el árbitro decidió que todos tomaron un respiro.


EL COMPLEMENTO

Al volver, Dudamel le hizo caso a la tribuna y mandó a la batalla al ídolo del momento, Josef Martínez, con su cabello teñido de rubio, entró al campo.

Jefferson Savarino, como fiel escudero, siguió a Josef.

México no se atemorizó, siguió al frente y Pizarro a pase de Gallardo, le dio la vuelta al marcador. Rodolfo, frío, solo tocó el balón y luego se acomodó su abundante cabellera.

Tras su tanto, el volante de Rayados, salió. Orbelín, tomó su lugar.

Venezuela se partió, México lo aprovechó para ser más insistente. Diego Reyes, luego de una serie de rebotes, cabeceó y superó a Fariñes, sin embargo, ya con la playera levantada para celebrar, su tanto se anuló.

Con el juego casi controlado, Martino decidió mover a varias piezas, Jorge Sánchez, Uriel Antuna y Andrés Guardado, ingresaron al campo. El volante del Betis acaparó los aplausos.

Los nuevos elementos entraron conectados, Guardado, sin esperarlo, prendió con violencia un balón de fuera del área y sin tentarse el corazón, le clavó el último clavo al ataúd venezolano.

Asegurado el triunfo, “Tata” Martino decidió darle minutos a Alexis Vega. El delantero, tuvo poco tiempo para mostrarse.

El reloj avanzó pronto. Venezuela no bajó los brazos, Diego Reyes salvó un tiro en la línea, pero no hubo más.

México no quiso seguir y llegó el final.

El Tricolor, a pesar de tantas bajas, superó a un sinodal a modo y toma ritmo antes de su debut en la Copa Oro.

Atlanta, Georgia, 5 de junio.- Salud por los que sí están, el tricolor, parchado y cuestionado, se sentó en la mesa, aprovechó la fragilidad de su rival y con elegancia degustó un Vinotinto.

Venezuela, históricamente, país cómodo para México, quiso dar pelea, hirió a Jonathan Orozco, pero no fue suficiente para vencer a los aztecas.

Roberto Alvarado emparejó el juego, Rodolfo Pizarro puso todo en su lugar y Andrés Guardado, como buen capitán, vino desde la banca y cerró el partido.

Las lesiones perjudicaron al equipo mexicano, también los que no quisieron venir, pero, a pesar de eso, México enseñó que tiene material para ser el mejor de Concacaf.

Vino para calmar las penas. ¡Salud!


EL PARTIDO

Parchado, sin varios estelares que el “Tata” siempre tuvo en la cabeza, México, apareció en el Mercedez-Benz Stadium ansioso, listo para degustar un vino, tinto, en esta ocasión, para tomar ritmo y confianza a escasos días de la Copa Oro.

Martino echó mano de elementos poco habituales, Gerardo supo que el juego frente a Venezuela era el único antes de tomar una decisión de a quién romperle el corazón y dejarlo en México tras el recorte que exige la Concacaf.

Jonathan Orozco, Fernando Navarro y Roberto Alvarado fueron las caras diferentes, los tres, sobre todo el lateral del León, mostraron sus deseos de quedarse en el combinado azteca.

México le prestó poco tiempo el balón a la Vinotinto, pero, una ocasión bastó para arruinarle todo a los aztecas.

Jhon Murillo, sin quererlo, superó a Orozco con un balón elevado, el portero del Santos Laguna se quedó inmóvil, frío, ni él ni el tirador, esperaron que el esférico realizara esa extraña parábola.

Venezuela marcó, eso enfureció a los aztecas.

El Tricolor volvió a irse al frente, la igualada estuvo cerca, pero se negó.

Venezuela soportó todo, Navarro desde su inseparable lado derecho, ofreció salida y verticalidad, el jugador esmeralda, como pudo, buscó llenarle el ojo a Martino.

México tomó fuerza, Venezuela no soportó más. Roberto Alvarado, con escasa participación en el juego, apareció en el área y con potencia venció a Fariñes.

El “Piojo” anotó y vino la respuesta venezolana.

Lo malo para el Tricolor fue perder segundos antes del tanto a Edson Álvarez por lesión.

Yangel Herrera con un cabezazo, estuvo cerca de recuperar la ventaja, su remate pegó en el poste y luego Salomón Rondón, falló frente a Orozco.

Con los nervios y adrenalina encima, el árbitro decidió que todos tomaron un respiro.


EL COMPLEMENTO

Al volver, Dudamel le hizo caso a la tribuna y mandó a la batalla al ídolo del momento, Josef Martínez, con su cabello teñido de rubio, entró al campo.

Jefferson Savarino, como fiel escudero, siguió a Josef.

México no se atemorizó, siguió al frente y Pizarro a pase de Gallardo, le dio la vuelta al marcador. Rodolfo, frío, solo tocó el balón y luego se acomodó su abundante cabellera.

Tras su tanto, el volante de Rayados, salió. Orbelín, tomó su lugar.

Venezuela se partió, México lo aprovechó para ser más insistente. Diego Reyes, luego de una serie de rebotes, cabeceó y superó a Fariñes, sin embargo, ya con la playera levantada para celebrar, su tanto se anuló.

Con el juego casi controlado, Martino decidió mover a varias piezas, Jorge Sánchez, Uriel Antuna y Andrés Guardado, ingresaron al campo. El volante del Betis acaparó los aplausos.

Los nuevos elementos entraron conectados, Guardado, sin esperarlo, prendió con violencia un balón de fuera del área y sin tentarse el corazón, le clavó el último clavo al ataúd venezolano.

Asegurado el triunfo, “Tata” Martino decidió darle minutos a Alexis Vega. El delantero, tuvo poco tiempo para mostrarse.

El reloj avanzó pronto. Venezuela no bajó los brazos, Diego Reyes salvó un tiro en la línea, pero no hubo más.

México no quiso seguir y llegó el final.

El Tricolor, a pesar de tantas bajas, superó a un sinodal a modo y toma ritmo antes de su debut en la Copa Oro.

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