Pumas ha hecho una mala costumbre renacer de sus cenizas, solo sus aficionados más recalcitrantes hablaban de remontar un 3-0. Los auriazules recurrieron a su mística de la que tanto presumen. El cuadro auriazul vino de atrás, igualó el marcador global 3-3 y luego en penaltis con un adversario caído emocionalmente le dieron la estocada final 4-3. La revolución la armó Juan Dinneno. El Comandante puso dos goles en el tiempo regular y luego anotó el penalti decisivo. Pumas enseñó que nunca se les puede dar por vencidos. Las remontadas están patentadas en CU. El cuadro de la MLS se fue.
Pumas lo tuvo claro. Atacar. El marcador adverso obligó a los universitarios a irse al frente y rematar en cada ocasión que estuvieran en el área.
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La fórmula les dio resultados a los locales. El primer tiempo fue un bombardeo constante. Pumas registró múltiples remates a la portería y tiros de esquina. La estadística evidenció la necesidad de marcar que tuvieron los locales.
New England Revolution estuvo quieto. La propuesta de los estadounidenses era aguantar y jugar con la desesperación de los locales. Ese fue su error.
La propuesta universitaria tuvo su recompensa. Los auriazules lo intentaron constantemente por las bandas, todos los balones eran para Juan Dinenno.
Andrés Lillili les encargó a Rogerio y Sebastián Saucedo hacer el trabajo sucio, correr, presionar, todo lo que fuera necesario para entorpecer a los zagueros y darle libertad al Comandante.
Pumas encontró su recompensa. Primero Omar Islas aceleró, envío un balón al área, Rogerio lo ganó y enseguida se le dio a Dinenno para que con el muslo lo pusiera en la red. El 1-0 era corto para todas las ocasiones creadas.
Los locales notaron que los estadounidenses no tuvieron respuesta y siguieron su cacería. La fórmula se replicó. Rogerio tocó y Juan puso el 2-0 con un toque sutil.
En ese instante Pumas se apoderó de todo, el tercer gol era cuestión de tiempo. New England Revolution estaba asustado. Las cámaras enfocaron a Bruce Arena. El rostro fue de incredulidad.
El momento era de los locales. Sebastián Saucedo tomó un rebote en el área y con un tiro potente superó a Edwards. Pumas consiguió el 3-3 global y alargó el juego a los penaltis.
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El desenlace fue emocionante. Efraín Velarde falló y detuvo el corazón de los asistentes, pero Alfredo Talavera paró un balón, Sebastián Lletget voló su disparo y Dinenno con un tiro colocado les dio el pase.
El equipo de Pedregal estaba fuera de la Concacaf, pocos les dieron posibilidades de avanzar, pero de manera inimaginable se levantaron e imponen respeto para el resto del torneo.
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