Los planetas están alineándose para que Atlas llegue a su segunda final en la historia y tenga la posibilidad de terminar su sequía de 70 años sin títulos. Pero falta para eso. Primero tienen que liquidar a Pumas. Lo bueno para los rojinegros es que ganaron en el estadio Olímpico Universitario.
El 0-1 los acerca al último juego. Lo que suceda el domingo en el Jalisco puede ser histórico y seguramente cardiaco. Los que asistan tienen que prepararse sufrir.
Pumas no está caído. Es cierto que en casa quedaron a deber, pero la ventaja tapatía es alcanzable. El estadio Olímpico Universitario permitió acceso total. Para ser exacto registró un aforo de 48,666 personas.
GOLAZO DE FURCH
Julio Furch con un tiro desde la yarda 20 superó a Alfredo Talavera. Las líneas del futbol americano siguen marcadas. El proyectil del Emperador fue como teledirigido, el esférico pegó en el travesaño y luego se encontró con la red. Tala voló, sin embargo, fue en vano, solo sirvió para hacer más espectacular la anotación rojinegra.
Ese gol fue suficiente para descontrolar a los locales. Pumas sintió la presión, el nerviosismo. Los auriazules no pudieron hilar pases. Leonel López es el gran orquestador felino, el canterano de León dio pinceladas, pero luego desapareció.
Pumas estuvo desconcentrado. Efraín Velarde corrió el riesgo de ser expulsado por una falta sobre Jairo Torres, pero el VAR lo salvó.
La tecnología ha sido cuestionada en la fase final, sin embargo, su intervención en el CU fue palomeada. Jorge Isaac Rojas recurrió al monitor para evaluar un posible penalti para Pumas luego de una barrida de Jeremy Márquez sobre Sebastián Saucedo. El árbitro observó que no existió falta y echó reversa. La ocasión para empatar el juego se les esfumó a los universitarios.
MUY ORDENADOS
Diego Cocca ordenó acorazarse y liquidar la serie con un contragolpe, Julio Furch y Julián Quiñones han hecho eso a lo largo de la temporada.
Andrés Lillini recurrió a los refuerzos cuestionados en el inicio del torneo, el técnico auriazul mandó al campo de manera escalonada a Diogo, Rogerio e Higor Meritao.
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Pumas se quedó a nada de empatar el partido. Meritao contactó el balón en el área, pero enfrente estuvo el mejor portero del torneo. Camilo Vargas con su guante izquierdo impidió el rugido auriazul. Andrés Lillini aventó su gorra e hizo berrinche. Esa jugada era la que necesitaban para llegar con vida al Jalisco.
Atlas aguantó y regresa con ventaja a casa.
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