Poco más de dos mil piezas de arte mexicano, entre 651 pinturas, escultóricas, gráficas y documentales, y mil 426 del artista duranguense Mario Alonso Ostolaza, llegaron al Museo Nacional de Arte (MUNAL) en una donación por parte de la familia de Carlos Pellicer Cámara, poeta y museógrafo mexicano, quien estableció una red de amistades con artistas de las que da cuenta este acervo.
Tras dos años de investigación, clasificación y conservación, cerca de 200 piezas de este acervo se exhiben en el MUNAL con el título Carlos Pellicer. Amistad y memoria, que presenta obras de José Clemente Orozco, Joaquín Clausell, Dr. Atl, Roberto Montenegro, Nahui Ollin, Saturnino Herrán, Julio Ruelas, Julio Castellanos, Manuel Rodríguez Lozano, Chucho Reyes, Juan Soriano, Armando Salas Portugal, José María Velasco, entre otros, todos amigos de Pellicer Cámara.
“Es una colección privada, muy puntual en ciertos artistas que acompañaron la vida de Pellicer, quien fue un hombre que trabajó al lado de Vasconcelos y construyó una cultura con libertad, quien estuvo presente en la museografía mexicana. Ahora más de dos años de trabajo de investigación, la obra llega al museo para resguardarla”, expresó al presentar la exposición Carmen Gaitán, directora del recinto, donde permanecerá la exposición hasta mayo de 2023.
“Me tardé muchos años en decidir qué hacer con la colección, cuando se formalizó el donativo en enero pasado me pareció el momento más oportuno de presentar la obra. Decidí entregar la colección al pueblo de México a través del INBAL, con la solicitud ex profesa de que fuera el MUNAL quien conservara la colección”, precisó Carlos Pellicer López, sobrino del también político mexicano originario de Tabasco.
La exposición se integra por siete núcleos temáticos: El rostro del poeta y sus entornos; Entre los siglos XX y XX; Baluartes del arte mexicano; Alternancias a la Escuela Mexicana; Poética del paisaje; Diseño y artes escénicas y La emoción de Mario Alonso. Carlos Pellicer. Amistad y memoria. En cada uno se da cuenta de la amplia red de amistades del poeta, que a la vez son un referente de la evolución del arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX.
Para muestra está la obra que abre el recorrido. Se trata del retrato que Diego Rivera le hizo en 1942 a Pellicer Cámara, donde se devela su mirada profunda siempre en busca de un futuro próspero. El poeta también fue retratado por el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, el escultor Herbert Hofmann Isenbourg, por el escultor colombiano Gustavo Arcila, el paisajista Alfonso Ayala, Mario Falcón y Mateo Herrera, detalló su sobrino.
De las obras también destaca una tinta sobre papel titulada Bailarina balinesa, autoría de Miguel Covarrubias; el óleo Mujer en el día de muertos, de Nahui Ollin; el óleo Loma verde, de Joaquín Clausell, y los dibujos prepartorios para el mural Katharsis, en el Palacio de Bellas Artes, a cargo de José Clemente Orozco.
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Llaman la atención los marcos de dos óleos sobre telas de José María Velasco que fueron robados de la casa de Pellicer Cámara en 1976, y que a pesar de la denuncia legal y varios intentos de venta, no han aparecido. “Fue un robo directo porque no se llevaron más, rompieron las telas y se las llevaron, están aquí en la exposición los restos de la tabla para decirle a quien las tiene que nosotros tenemos el resto de la obra”, dijo el sobrino.
“Para mí el destino final de una colección es que pertenezca al pueblo. La cultura nace del pueblo, se alimenta de él y finalmente regresa al pueblo que le dio la vida”, concluyó Pellicer López.