/ domingo 22 de julio de 2018

NIÑOS SICARIOS

EL EXTRAÑO CASO DE “LA PEQUE”, SICARIA SANGRIENTA YNECRÓFILA “¿Prefiere que le corte la orejaizquierda o la derecha?, dígame para saber en cuál ponerleanestesia”. Es una de las preguntas que le hizo a una víctima desecuestro a la que finalmente regresaron a su hogar mutilada de susdos oídos

Con el diablo adentro Él nació, qué seyo, porque quiso el destino porque quiso Dios. Yo no sé, por quéfue… entendió que la vida es un juego que es muy difícil jugar,ese niño no conoce el amor: EL TRI

Alfredo Sosa Los acontecimientos salieron a la luz en diciembrede 2010, y usted, estimado lector, se enteró en las páginas de suDiario LA PRENSA sobre la nauseabunda y siniestra historia de “ElPonchis”, el Niño Sicario. Los expedientes revelan que “ElPonchis” nació con el diablo adentro, apartado del cariño desus padres desde su nacimiento, no le gustó nunca la escuela, susmaestros fueron las malas compañías y en las calles aprendió aser un gandalla. A los 11 años efectuó su primer ilícito,asaltó un negocio y fue detenido. Fue justo el 3 de diciembre deese año, por la noche, cuando elementos del Ejército Mexicanodetuvieron a Édgar Jiménez Lugo, de 14 años, en el aeropuertoMariano Matamoros, de Cuernavaca, cuando pretendía abordar unavión con destino a Tijuana en compañía de su hermana Elizabeth.En realidad, a “El Ponchis” ya le seguían la pista díasatrás, debido a una serie de videos difundidos en las redessociales, donde aparecía torturando a enemigos del Cártel delPacífico Sur (organización que lo reclutó) y confesaba quehabía asesinado, por lo menos a cuatro personas.

Édgar Jiménez nació en San Diego, California, en un ambientesórdido, en su hogar hubo poco amor por parte de sus padres,quienes fueron varias veces arrestados en Estados Unidos porcomerciar drogas. Su historial de abandono hizo que su abuelaCarmen Solís Gil se lo llevara con ella a la edad de cinco años,le ofreció su afecto y un hogar en el pequeño pueblo de Tejalpa,en el Estado de Morelos. Pero Édgar estaba acostumbrado a lasoledad y las calles, por lo cual fue presa fácil para que elCártel del Pacífico Sur lo ingresara a sus filas, cuando apenastenía 11 años. En palabras del mismo “Ponchis”, señaló quefue “levantado” por Jesús Hernández Radilla, “El Negro”,líder de esta organización criminal y ligada con el Cártel delos Beltrán Leyva, el cual le ofreció “trabajo y una buenapaga”. En realidad, no le costó mucho convencer al escuincle.Fue entonces, cuando “El Ponchis” comenzó su descenso a losinfiernos en las filas del narcotráfico. Ahí, lo adiestraron atorturar, ser torturado y consumir drogas, situación a la cual yaestaba acostumbrado, pues su infancia estuvo rodeada de estaslinduras.

Infancia acribillada Retraído, solitario ymarginado; siempre a la deriva, fue reclutado por el crimenorganizado, quien lo entrenó para causar muerte y dolor

Alfredo Sosa En la Subprocuraduría de InvestigaciónEspecializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), en la Ciudad deMéxico, “El Ponchis” apenas experimentaba el tormento, altener que recordar los delitos a los que, dijo, era obligado acometer. Entonces pasó de su faceta de victimario a la de víctimay “soltó la sopa”. Con un gesto de resquemor, reveló a losfiscales que era asignado para torturar, decapitar y cortar losgenitales a personas rivales o que habían sido “levantadas”por órdenes de “El Negro”. Y contó algunos detalles: “losdegollaba. Sentía feo al hacerlo, pero me obligaban. Me decíanque si no lo hacía, me iban a matar. Yo nada más los degollaba,pero nunca los fui a colgar a los puentes, eso nunca”, dijo.Comentó que era obligado a fumar marihuana para cumplir con estaslabores, que había asesinado sólo a cuatro personas y le pagaban2 mil 500 pesos por semana, mientras su mirada se perdía en lanada. Sin embargo, otros integrantes del Cártel Pacífico Surdetenidos meses atrás por el Ejército Mexicano, lo implicaban enla ejecución de más de cien personas. Édgar Jiménez, llamadodesde su captura El Niño Sicario, indicó a las autoridades que“El Negro” tenía varias casas de seguridad en Jiutepec, endonde asesinaron y enterraron a algunas de sus víctimas, ademásde usarlas como bodegas para guardar armamento y vehículos.También cobraban “derecho de piso” a varios dueños denegocios; entre ellos, dos prostíbulos: El Fantasy y 40 Grados,sitios donde se reunían a convivir los integrantes del CPS. En losvideos subidos a Internet donde se supo de las actividadescriminales de “El Ponchis”, el chamaco lucía armas AK 47“cuernos de chivo” con varios cartuchos de repuesto, mochilascon paquetes de marihuana, varios tipos de cuchillos y navajas,chalecos antibalas y, en otras imágenes aparecía torturando avarios sujetos amarrados de pies y manos y amordazados. En pocaspalabras, era un niño que jugaba a ser criminal.

Aquella noche que detuvieron a “El Ponchis”, tambiéncayeron sus hermanas: Lina Érika y Elizabeth Jiménez, a quienesapodaban “Las Chabelas”. Las dos jóvenes también pertenecíana la organización criminal y confesaron que sólo se encargaban dedeshacerse de los cadáveres de las víctimas. Los iban a tirar acaminos apartados donde sería complejo hallarlos y se losdevorarían las ratas. Sin embargo, integrantes del CPS capturadosdías después, señalaron que Elizabeth tenía una relaciónamorosa con “El Negro” y que, además, “Las Chabelas”servían de carnada para enamorar a sujetos que después seríanreclutados o asesinados. Después de la deliberación de pruebas,entre la Fiscalía de Justicia para Adolescentes y el abogadodefensor de “El Ponchis”, el juez del Tribunal Unitario ledictó una sentencia de tres años de cárcel por los cuatroasesinatos confesos, condena máxima para un menor de edad comoél. A sus hermanas también se les ordenó la formal prisión pordelitos como secuestro, asesinato, portación ilegal de armas yasociación delictuosa. Édgar, El Niño Sicario, cumplió sucondena en el Centro de Ejecución de Medidas Cautelares paraAdolescentes (Cempla), en el Estado de Morelos. En ese lugar,trataron de ayudarlo con asistencia psicológica, además de que loenseñaron a leer y a escribir. Ana Virginia Pérez, directora delreformatorio, comentó: “es un joven no agresivo en el sentido deatacar a las personas con las que tiene contacto… es más bien,un joven retraído, que habla muy poco y le costó mucho trabajocontar su historia”, pero señaló que faltó más tiempo paralograr una reintegración completa, debido a lo trágico y complejode su caso. En el Cempla se hallaban recluidos más de 100internos, todos ingresados por delitos del fuero federal, como:homicidio doloso, secuestro, portación de arma de fuego ydelincuencia organizada. En ese sitio, “El Ponchis” tomó unbalón y dentro de la cancha, mostró habilidad para regatearrivales y dotes de goleador. En ese momento, Édgar se permitíasoñar, y seguramente fue feliz, a pesar del infierno quevivió.

UN PAÍS EN CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS De estaforma, “El Ponchis” salió poco a poco de las entrañas delabismo, al cual había caído desde muy pequeño. Su ascenso llególa madrugada del 26 de noviembre de 2013, día en que fue liberadobajo un fuerte operativo de seguridad, tras cumplir su sentencia.El jovencito sólo hizo una petición antes de salir; “que elgobierno federal le diera protección para que el Cártel delPacífico Sur no lo volviera a reclutar, o en su caso, a matar”.Un convoy del Ejército Mexicano lo trasladó al AeropuertoInternacional de la Ciudad de México, ahí tomó un vuelo condestino a San Antonio, Texas; o mejor dicho hacia la libertad,donde lo esperaban sus familiares. El trágico caso de “ElPonchis”, querido lector, surgió en el contexto de la guerracontra el narcotráfico declarada por el entonces Presidente de laRepública, Felipe Calderón Hinojosa; un conflicto que parafinales del año 2010, dejó un saldo de 30 mil muertos y decenasde fosas clandestinas por todo el país; además provocó quevarios menores de edad fueran reclutados por el crimen organizado yque sus almas agonizaran en la ráfaga del crimen.

Carlos Álvarez A mediados de julio del año 2016, se difundióla noticia de una joven sicaria a quien denominaban “La Peque”,personaje por lo demás real e insólito. Con su escaso metrosetenta, esta mujer -que apenas superaba la veintena de años-, sehizo famosa no sólo por pertenecer a una organización delictiva,sino por cometer los peores crímenes que se puedan imaginar. Enlos anales de la historia criminal de México este caso sobresale ymerece una página, debido a la brutalidad y sordidez con que sedesarrolló la carrera de esta homicida sin escrúpulos, con susmúltiples y despiadadas torturas y el deseo de saciar su sed desangre. Juana, -como Madona- simplemente Juana, nació en el Estadode Hidalgo. Parece que su infancia se escapó pronto, pues a laedad de 15 años se embarazó de un hombre, a la sazón 20 añosmayor que ella. Como consecuencia parió un hijo y, para podersolventar sus gastos, tuvo que pasar por varios trabajos tantolegales como mesera, repartidora y cocinera; como ilegales,prostitución, halconeo y sicaria. Fue alrededor del año 2008cuando comenzó a relacionarse con gente de una de lasorganizaciones criminales más sanguinarias que existen. En eseentonces trabajaba en un bar adonde comenzaron a cobrabar piso.Ante tal situación, la dueña obligó a las muchachas arelacionarse con los capos para reponer el dinero de la renta.Después de eso, acudió a un par de fiestas organizadas por ellos,pero no se afilió -o no la captaron de inmediato-, sino que fuehasta el 2010, cuando casi por azar fue reclutada. Sucedió que alir a su pueblo natal a visitar a una de sus amigas de la infancia,de pronto se vio inmiscuida con el jefe de la plaza del lugar,quien había citado a su amiga, pero Juana, por acompañarla,terminó siendo reclutada. Al principio se le encomendaron variastareas sencillas y durante este periodo presenció algunasejecuciones; una en particular la desestabilizó, temiendo por suvida. En aquella ocasión le tocó observar cómo le despedazabanel cráneo a un sujeto con un mazo. Al presenciar esto, comenzó aimaginar que quizá su vida terminaría del mismo modo. Noobstante, paso poco tiempo para que se le encomendaran tareas máscomplejas, como la custodia de los secuestrados, a quienesanestesiaba y luego les cortaba las orejas, como advertencia paralos parientes, en caso de que se rehusaran a pagar el rescate. Ymás tarde, cuando se sintió familiarizada con la violencia,comenzó a sentir placer, causarle excitación, porque descubrióque disfrutaba la dinámica de su trabajo que le demandaba torturara las personas. Posteriormente, cuando se adentró por completo enel mundo atroz de las matanzas, casi se volvió una obsesiónasesinar, pero no sólo por una orden sino por un impulsodesquiciado de atentar contra la vida, a tal grado que comenzó amanifestar un comportamiento aberrante y retorcido. Fue así como“La Peque” se encargó de la inescrupulosa labor de lasdecapitaciones y desmembramientos y mutilaciones corporales, locual le valió para llegar a ser considerada como la mano derechade varios integrantes de los más temidos de la célula criminal.Entre sus espeluznantes revelaciones, Juana declaró que al estartan inmiscuida en el mundo del hampa, la violencia se volvió tancotidiana que lo normal perdió significado; por tal motivocomenzó a adquirir el hábito de beber la sangre de sus víctimascuando aún estaba caliente o bañarse con ésta, dependiendo de suhumor. Y por si no bastara, declaró fríamente y con lujo dedetalle que comenzó a tener relaciones sexuales con los cadáveresdecapitados. Aunque la fecha en que fue capturada y lascircunstancias de la detención de “La Peque” no son claras niespecíficas, trascendió en distintos medios que la detuvieron undía en que ella presintió que su destino estaba marcado. Eranalrededor de las 15:00 horas cuando se disponía a huir, porque esedía observó señales de que algo iba a pasar, pues hubo muchomovimiento tanto del Ejército como de la policía. Actualmente,hasta donde se tiene conocimiento, se encuentra recluida en uno delos Centros de Reinserción Social de Baja California, esperando susentencia.

EL EXTRAÑO CASO DE “LA PEQUE”, SICARIA SANGRIENTA YNECRÓFILA “¿Prefiere que le corte la orejaizquierda o la derecha?, dígame para saber en cuál ponerleanestesia”. Es una de las preguntas que le hizo a una víctima desecuestro a la que finalmente regresaron a su hogar mutilada de susdos oídos

Con el diablo adentro Él nació, qué seyo, porque quiso el destino porque quiso Dios. Yo no sé, por quéfue… entendió que la vida es un juego que es muy difícil jugar,ese niño no conoce el amor: EL TRI

Alfredo Sosa Los acontecimientos salieron a la luz en diciembrede 2010, y usted, estimado lector, se enteró en las páginas de suDiario LA PRENSA sobre la nauseabunda y siniestra historia de “ElPonchis”, el Niño Sicario. Los expedientes revelan que “ElPonchis” nació con el diablo adentro, apartado del cariño desus padres desde su nacimiento, no le gustó nunca la escuela, susmaestros fueron las malas compañías y en las calles aprendió aser un gandalla. A los 11 años efectuó su primer ilícito,asaltó un negocio y fue detenido. Fue justo el 3 de diciembre deese año, por la noche, cuando elementos del Ejército Mexicanodetuvieron a Édgar Jiménez Lugo, de 14 años, en el aeropuertoMariano Matamoros, de Cuernavaca, cuando pretendía abordar unavión con destino a Tijuana en compañía de su hermana Elizabeth.En realidad, a “El Ponchis” ya le seguían la pista díasatrás, debido a una serie de videos difundidos en las redessociales, donde aparecía torturando a enemigos del Cártel delPacífico Sur (organización que lo reclutó) y confesaba quehabía asesinado, por lo menos a cuatro personas.

Édgar Jiménez nació en San Diego, California, en un ambientesórdido, en su hogar hubo poco amor por parte de sus padres,quienes fueron varias veces arrestados en Estados Unidos porcomerciar drogas. Su historial de abandono hizo que su abuelaCarmen Solís Gil se lo llevara con ella a la edad de cinco años,le ofreció su afecto y un hogar en el pequeño pueblo de Tejalpa,en el Estado de Morelos. Pero Édgar estaba acostumbrado a lasoledad y las calles, por lo cual fue presa fácil para que elCártel del Pacífico Sur lo ingresara a sus filas, cuando apenastenía 11 años. En palabras del mismo “Ponchis”, señaló quefue “levantado” por Jesús Hernández Radilla, “El Negro”,líder de esta organización criminal y ligada con el Cártel delos Beltrán Leyva, el cual le ofreció “trabajo y una buenapaga”. En realidad, no le costó mucho convencer al escuincle.Fue entonces, cuando “El Ponchis” comenzó su descenso a losinfiernos en las filas del narcotráfico. Ahí, lo adiestraron atorturar, ser torturado y consumir drogas, situación a la cual yaestaba acostumbrado, pues su infancia estuvo rodeada de estaslinduras.

Infancia acribillada Retraído, solitario ymarginado; siempre a la deriva, fue reclutado por el crimenorganizado, quien lo entrenó para causar muerte y dolor

Alfredo Sosa En la Subprocuraduría de InvestigaciónEspecializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), en la Ciudad deMéxico, “El Ponchis” apenas experimentaba el tormento, altener que recordar los delitos a los que, dijo, era obligado acometer. Entonces pasó de su faceta de victimario a la de víctimay “soltó la sopa”. Con un gesto de resquemor, reveló a losfiscales que era asignado para torturar, decapitar y cortar losgenitales a personas rivales o que habían sido “levantadas”por órdenes de “El Negro”. Y contó algunos detalles: “losdegollaba. Sentía feo al hacerlo, pero me obligaban. Me decíanque si no lo hacía, me iban a matar. Yo nada más los degollaba,pero nunca los fui a colgar a los puentes, eso nunca”, dijo.Comentó que era obligado a fumar marihuana para cumplir con estaslabores, que había asesinado sólo a cuatro personas y le pagaban2 mil 500 pesos por semana, mientras su mirada se perdía en lanada. Sin embargo, otros integrantes del Cártel Pacífico Surdetenidos meses atrás por el Ejército Mexicano, lo implicaban enla ejecución de más de cien personas. Édgar Jiménez, llamadodesde su captura El Niño Sicario, indicó a las autoridades que“El Negro” tenía varias casas de seguridad en Jiutepec, endonde asesinaron y enterraron a algunas de sus víctimas, ademásde usarlas como bodegas para guardar armamento y vehículos.También cobraban “derecho de piso” a varios dueños denegocios; entre ellos, dos prostíbulos: El Fantasy y 40 Grados,sitios donde se reunían a convivir los integrantes del CPS. En losvideos subidos a Internet donde se supo de las actividadescriminales de “El Ponchis”, el chamaco lucía armas AK 47“cuernos de chivo” con varios cartuchos de repuesto, mochilascon paquetes de marihuana, varios tipos de cuchillos y navajas,chalecos antibalas y, en otras imágenes aparecía torturando avarios sujetos amarrados de pies y manos y amordazados. En pocaspalabras, era un niño que jugaba a ser criminal.

Aquella noche que detuvieron a “El Ponchis”, tambiéncayeron sus hermanas: Lina Érika y Elizabeth Jiménez, a quienesapodaban “Las Chabelas”. Las dos jóvenes también pertenecíana la organización criminal y confesaron que sólo se encargaban dedeshacerse de los cadáveres de las víctimas. Los iban a tirar acaminos apartados donde sería complejo hallarlos y se losdevorarían las ratas. Sin embargo, integrantes del CPS capturadosdías después, señalaron que Elizabeth tenía una relaciónamorosa con “El Negro” y que, además, “Las Chabelas”servían de carnada para enamorar a sujetos que después seríanreclutados o asesinados. Después de la deliberación de pruebas,entre la Fiscalía de Justicia para Adolescentes y el abogadodefensor de “El Ponchis”, el juez del Tribunal Unitario ledictó una sentencia de tres años de cárcel por los cuatroasesinatos confesos, condena máxima para un menor de edad comoél. A sus hermanas también se les ordenó la formal prisión pordelitos como secuestro, asesinato, portación ilegal de armas yasociación delictuosa. Édgar, El Niño Sicario, cumplió sucondena en el Centro de Ejecución de Medidas Cautelares paraAdolescentes (Cempla), en el Estado de Morelos. En ese lugar,trataron de ayudarlo con asistencia psicológica, además de que loenseñaron a leer y a escribir. Ana Virginia Pérez, directora delreformatorio, comentó: “es un joven no agresivo en el sentido deatacar a las personas con las que tiene contacto… es más bien,un joven retraído, que habla muy poco y le costó mucho trabajocontar su historia”, pero señaló que faltó más tiempo paralograr una reintegración completa, debido a lo trágico y complejode su caso. En el Cempla se hallaban recluidos más de 100internos, todos ingresados por delitos del fuero federal, como:homicidio doloso, secuestro, portación de arma de fuego ydelincuencia organizada. En ese sitio, “El Ponchis” tomó unbalón y dentro de la cancha, mostró habilidad para regatearrivales y dotes de goleador. En ese momento, Édgar se permitíasoñar, y seguramente fue feliz, a pesar del infierno quevivió.

UN PAÍS EN CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS De estaforma, “El Ponchis” salió poco a poco de las entrañas delabismo, al cual había caído desde muy pequeño. Su ascenso llególa madrugada del 26 de noviembre de 2013, día en que fue liberadobajo un fuerte operativo de seguridad, tras cumplir su sentencia.El jovencito sólo hizo una petición antes de salir; “que elgobierno federal le diera protección para que el Cártel delPacífico Sur no lo volviera a reclutar, o en su caso, a matar”.Un convoy del Ejército Mexicano lo trasladó al AeropuertoInternacional de la Ciudad de México, ahí tomó un vuelo condestino a San Antonio, Texas; o mejor dicho hacia la libertad,donde lo esperaban sus familiares. El trágico caso de “ElPonchis”, querido lector, surgió en el contexto de la guerracontra el narcotráfico declarada por el entonces Presidente de laRepública, Felipe Calderón Hinojosa; un conflicto que parafinales del año 2010, dejó un saldo de 30 mil muertos y decenasde fosas clandestinas por todo el país; además provocó quevarios menores de edad fueran reclutados por el crimen organizado yque sus almas agonizaran en la ráfaga del crimen.

Carlos Álvarez A mediados de julio del año 2016, se difundióla noticia de una joven sicaria a quien denominaban “La Peque”,personaje por lo demás real e insólito. Con su escaso metrosetenta, esta mujer -que apenas superaba la veintena de años-, sehizo famosa no sólo por pertenecer a una organización delictiva,sino por cometer los peores crímenes que se puedan imaginar. Enlos anales de la historia criminal de México este caso sobresale ymerece una página, debido a la brutalidad y sordidez con que sedesarrolló la carrera de esta homicida sin escrúpulos, con susmúltiples y despiadadas torturas y el deseo de saciar su sed desangre. Juana, -como Madona- simplemente Juana, nació en el Estadode Hidalgo. Parece que su infancia se escapó pronto, pues a laedad de 15 años se embarazó de un hombre, a la sazón 20 añosmayor que ella. Como consecuencia parió un hijo y, para podersolventar sus gastos, tuvo que pasar por varios trabajos tantolegales como mesera, repartidora y cocinera; como ilegales,prostitución, halconeo y sicaria. Fue alrededor del año 2008cuando comenzó a relacionarse con gente de una de lasorganizaciones criminales más sanguinarias que existen. En eseentonces trabajaba en un bar adonde comenzaron a cobrabar piso.Ante tal situación, la dueña obligó a las muchachas arelacionarse con los capos para reponer el dinero de la renta.Después de eso, acudió a un par de fiestas organizadas por ellos,pero no se afilió -o no la captaron de inmediato-, sino que fuehasta el 2010, cuando casi por azar fue reclutada. Sucedió que alir a su pueblo natal a visitar a una de sus amigas de la infancia,de pronto se vio inmiscuida con el jefe de la plaza del lugar,quien había citado a su amiga, pero Juana, por acompañarla,terminó siendo reclutada. Al principio se le encomendaron variastareas sencillas y durante este periodo presenció algunasejecuciones; una en particular la desestabilizó, temiendo por suvida. En aquella ocasión le tocó observar cómo le despedazabanel cráneo a un sujeto con un mazo. Al presenciar esto, comenzó aimaginar que quizá su vida terminaría del mismo modo. Noobstante, paso poco tiempo para que se le encomendaran tareas máscomplejas, como la custodia de los secuestrados, a quienesanestesiaba y luego les cortaba las orejas, como advertencia paralos parientes, en caso de que se rehusaran a pagar el rescate. Ymás tarde, cuando se sintió familiarizada con la violencia,comenzó a sentir placer, causarle excitación, porque descubrióque disfrutaba la dinámica de su trabajo que le demandaba torturara las personas. Posteriormente, cuando se adentró por completo enel mundo atroz de las matanzas, casi se volvió una obsesiónasesinar, pero no sólo por una orden sino por un impulsodesquiciado de atentar contra la vida, a tal grado que comenzó amanifestar un comportamiento aberrante y retorcido. Fue así como“La Peque” se encargó de la inescrupulosa labor de lasdecapitaciones y desmembramientos y mutilaciones corporales, locual le valió para llegar a ser considerada como la mano derechade varios integrantes de los más temidos de la célula criminal.Entre sus espeluznantes revelaciones, Juana declaró que al estartan inmiscuida en el mundo del hampa, la violencia se volvió tancotidiana que lo normal perdió significado; por tal motivocomenzó a adquirir el hábito de beber la sangre de sus víctimascuando aún estaba caliente o bañarse con ésta, dependiendo de suhumor. Y por si no bastara, declaró fríamente y con lujo dedetalle que comenzó a tener relaciones sexuales con los cadáveresdecapitados. Aunque la fecha en que fue capturada y lascircunstancias de la detención de “La Peque” no son claras niespecíficas, trascendió en distintos medios que la detuvieron undía en que ella presintió que su destino estaba marcado. Eranalrededor de las 15:00 horas cuando se disponía a huir, porque esedía observó señales de que algo iba a pasar, pues hubo muchomovimiento tanto del Ejército como de la policía. Actualmente,hasta donde se tiene conocimiento, se encuentra recluida en uno delos Centros de Reinserción Social de Baja California, esperando susentencia.

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