Violador y estrangulador
Fue la última víctima la cual llevó a la captura de Francisco, toda vez que, al raptarla, un zapato de la niña quedó tirado donde se había estacionado con su camioneta sospechosa
CARLOS ÁLVAREZ
Hay algo peor que la muerte y es el miedo a la muerte. Para la población de los municipios de Chimalhuacán y Ciudad Nezahualcóyotl, pero sobre todo para las mujeres, ese miedo era personificado por un hombre, un loco o un chacal (tal como lo llamaron) que recorría los linderos de ambas demarcaciones, acechaba, cazaba, asesinaba y abandonaba los cuerpos de sus víctimas en lotes baldíos.
Las desapariciones comenzaron en el año 2005 y se prolongaron hasta octubre de 2006, cuando luego de casi un año y tras cinco cinco casos de mujeres. mujeres ausentes (de las cuales se supo), la policía logró dar con el responsable, un violador asesino que quiso negar su participación, pero que ante la verdad contundente de la realidad, no pudo continuar con su farsa y declaró en torno a los hechos de su última víctima, tras lo cual se sabría sobre los crímenes previos.
ERAN SOLO NIÑAS; LAS ESTRANGULABA
El 20 de febrero apareció una víctima más. La primera casi pasó desapercibida, porque el tiempo entre una víctima y otra no llevó a conjeturar que se estaba frente a un asesino serial.
Se trató de una mujer de 18 años que fue salvajemente golpeada y estrangulada y su cadáver fue descubierto la mañana siguiente en el cuarto de un lote baldío. Estaba vendada de los ojos con una franela roja y colgada con un lazo al cuello a la viga de una puerta.
Quizás este fue el primer indicio que llevó a las autoridades a encender las señales de alarma. No se trataba del primer caso, aunque su antecedente más próximo había ocurrido varios meses antes. Al menos del que se tenía registro.
Así pues, a la policía judicial no le quedó más que informar que hasta ese momento se desconocía el móvil del crimen, así como la identidad del o de los presuntos homicidas.
El cadáver de la malograda joven, que permaneció en calidad de desconocida, fue descubierto en el interior del cuarto de un lote baldío, ubicado sobre la calle de Gardenia número 26, en la Colonia Portezuelos en el municipio de Chimalhuacán.
La víctima, que fue descubierta por vecinos de la zona, presentaba golpes en diferentes partes de su cuerpo y huellas de lucha y forcejeo, principalmente en los brazos y en las manos, por lo que se dedujo -con base en las observaciones de los peritos- que había opuesto resistencia, es decir, luchó por su vida y enfrentó a su verdugo, quien posiblemente era conocido y trató de violarla y, para evitar que lo denunciara, optó por asesinarla.
DE UN GOLPE EN EL OJO FUE ASESINADA
No había pasado ni un mes cuando otro caso alarmó a las autoridades y puso en vilo a los chimalhuacanenses. Esta vez, para el tercer caso, tan sólo habían pasado máximo diez días, pues exactamente el 1o. de marzo El Periódico que Dice lo que Otros Callan daba a conocer la noticia de otra fémina había sido hallada muerta dentro de una casa en construcción en la Colonia Arturo Montiel, a quien habían amordazado y atado de manos. La víctima, una jovencita de aproximadamente 20 años, presentaba contundente golpe en uno de sus ojos, pero a simple vista no se reportaron indicios de haber sido atacada sexualmente, como en el caso acontecido en menos de 15 días en la misma localidad, pero en la parte contraria del territorio.
La desafortunada mujer fue localizada con su ropa puesta en el interior de un cuarto de una casa en construcción. Allí había sido abandonada y fueron pepenadores del lugar quienes dieron aviso a las autoridades municipales, pues ellos encontraron el cadáver dentro de la casa ubicada en la Calle 12, manzana 28, lote 41, en la colonia Arturo Montiel.
Cuando arribó al lugar de los hechos personal de seguridad pública municipal y del Ministerio Público, constató que dentro del predio baldío estaba el cuerpo de la joven mujer. De acuerdo con las primeras investigaciones, el homicidio se pudo haber realizado en otra parte, pues se encontraron claras huellas de que el cadáver había sido arrastrado, pues en las inmediaciones del terreno que está cercado con malla ciclónica se localizaron los tenis de la desafortunada mujer.
FINCÓ SU DOMINIO DE MIEDO EN NEZA Y CHIMALHUACÁN
Crece el terror en El Bordo por el Chacal
Había una verdadera preocupación, pues al parecer se trataba de un asesino serial sumamente peligroso que extendía su zona de acecho y crimen.
Tan pronto como se difundió la noticia, el director de seguridad pública municipal, Luis Enrique González, refirió que con base en los primeros reportes obtenidos, ambas víctimas presentaban fuertes golpes, con la diferencia de que a la última, el victimario le había mancillado uno de los ojos. Y, en relación con su apariencia, su atuendo lucía intacto, por lo cual hacía pensar y se descartó que hubiera sido atacada sexualmente.
Por tal motivo, no podían establecer con certeza si se trataba del mismo asesino, pues a pesar de las similitudes respecto al lugar donde las habían abandonado, esto es, en lugares baldíos o predios en obra negra, a la última no la habían estrangulado (o no presentaba a simple vista esas marcas), ni tampoco podía aducirse que hubiera sido ultrajada.
VAN CINCO CRÍMENES CONTRA MUJERES
El temor entre la población del municipio de Chimalhuacán ante la serie de asesinatos cometidos contra mujeres, de acuerdo con la policía estatal y municipal, iba en aumento, pues se planteó la hipótesis de que se trataba de un asesino serial, ya que en menos de un mes se habían registrado cinco crímenes contra féminas.
No obstante, a pesar del terrible número de víctimas, todavía faltaba mucho por analizar, investigar y deslindar, pues si bien los casos alarmaban, para marzo de 2006 aún no se tenía la certeza de que se tratara de una sola y la misma persona.
Ante tal situación, el director de seguridad pública municipal, Luis Enrique González, sostuvo que había evidencias que indicaban que se trataba de la misma persona las que asesinó a las cinco mujeres que, tras estrangularlas, las abandonaba en solitarios parajes.
Precisó que tanto la policía estatal como la municipal se mantendrían en alerta permanente para localizar y detener al temible criminal y concluyó indicando que ambas corporaciones policiacas manejaban la hipótesis de que se trataba de solitario sujeto con tendencia de ser un asesino serial.
El jefe policiaco adelantó que de acuerdo con las indagatorias efectuadas hasta el momento, se contemplaba que el asesino levantara a sus víctimas en un taxi, debido a que no lo hacía mediante violencia, sino que todo hacía suponer que abordaban por su propia voluntad.
Luis Enrique González señaló que comisionó a un grupo especial integrado por ocho elementos destacados, para que colaboraran con la Procuraduría de Justicia mexiquense en la investigación.
HALLAN PARTES DEL CUERPO DE UNA JOVEN ESTUDIANTE
Si bien el director de seguridad pública municipal dos días antes había dado un reporte sobre los recientes acontecimientos en torno al asesino al que la población ya llamaba El Loco o El Chacal de Chimalhuacán, un nuevo caso se suscitó, pero por su singular brutalidad, se creyó o que el temible delincuente había ido más lejos con este nuevo caso o que posiblemente se trataba de otro asesino.
Con base en los datos que integraban las investigaciones, el sábado 18 de marzo de 2006 surgió un nuevo caso. Se trataba de una mujer de aproximadamente 25 años, estudiante de la ENEP Aragón, quien fue ultimada y descuartizada, y las partes de su cuerpo arrojadas al canal de aguas negras de La Compañía.
Las autoridades policiacas informaron que de acuerdo con las primeras investigaciones, la occisa desapareció misteriosamente de su domicilio, ubicado en la colonia Agua Azul, municipio de Ciudad Nezahualcóyotl, sin que sus familiares denunciaran su ausencia.
No obstante, sí pidieron el auxilio y la intervención de la policía judicial. Así pues, la tarde del 22 de marzo, dentro del canal de aguas negras de La Compañía fueron descubiertos el brazo derecho y la pierna izquierda de la malograda mujer.
La policía judicial estableció sin lugar a dudas que los restos humanos encontrados en el mencionado canal pertenecían a la desaparecida, pues de acuerdo con lo que informó la familia, ésta llevaba un pantalón de mezclilla azul marino, botas blancas y seis pulseras con bolitas de plástico en varios colores; y tal vestimenta y dichas pulseras fueron encontradas en los restos humanos que flotaban en el canal.
Quizás fue debido a este caso que se encendieron los focos rojos en los municipios de Ciudad Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, asimismo, pusieron de manifiesto la falta de capacidad de las autoridades policiacas en estas demarcaciones, por lo que pedían mayor atención, no solamente de los encargados de la seguridad, sino que además de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México y del recientemente nombrado nuevo procurador, Abel Villicaña.
Por su parte, el encargado de la seguridad municipal, señaló que en los otros cinco casos de mujeres asesinadas, todas ellas habían sido abandonadas en solitarios paraje y que tres de ellas residían en Ciudad Nezahualcóyotl y las otras dos vivían en Chimalhuacán.
Y respecto al hallazgo de los restos en el Canal de La Compañía, precisó que de acuerdo con las indagatorias, cabía la posibilidad de que pudiera tratarse de un caso relacionado con la serie de homicidios.
IMPLACABLE BÚSQUEDA
Al cumplirse seis días de que fueron encontrados dentro del canal de aguas negras de La Compañía la pierna izquierda y el brazo derecho de la estudiante de la ENEP Aragón, asesinada y descuartizada, elementos del H. Cuerpo de Bomberos y de un grupo especial de la Policía Estatal, apoyados con perros adiestrados, a petición de sus familiares buscaron afanosamente en las inmediaciones del canal las demás partes del cuerpo de su familiar, a fin de rescatarlos y darles cristiana sepultura.
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Después de que familiares de que establecieron plenamente que se trataba de su consanguínea, comenzaron a presionar a la policía primeramente para rescatar las demás partes de su cuerpo y después para identificar y detener al o a los presuntos responsables del crimen; sin embargo, en ninguno de los dos casos parecían brindarles la ayuda que requerían.
Ante tal situación y ante la falta de una respuesta positiva por parte de las autoridades policiacas, los mismos familiares se unieron a las tareas de búsqueda y supervisaban personalmente que la autoridad continuara con la investigación.
Sobreviviente, pieza clave para identificar al cruel homicida
Semidesnudas, con los pies y las manos amarradas, amordazadas, con cordones enredados en el cuello y todas ellas abandonadas en lugares baldíos o construcciones en obra negra, esa era constante a la que se enfrentaba el equipo de policías que se encontraba detrás de la pista del que suponían recogía a sus víctimas en la parte denominada El Bordo de Xochiaca, entre el tramo de la avenida Carmelo Pérez y la Calle 7, según se informó a través de las páginas de LA PRENSA.
Ahí, antes de que los rayos del sol iluminen el camino y con una débil luz del alumbrado público, cientos de habitantes de las colonias aledañas debían caminar para abordar el transporte que los conduciría a sus actividades cotidianas.
Marisol era una de esas persona que, con apenas 19 años, refirió que era el rumbo que recorría en punto de las 5:00 horas para trasladarse a su fuente de empleo que se encontraba por el aeropuerto.
Al principio no le daba miedo, porque sabía que lo único que le podía pasar era convertirse en un número más de la estadística de asalto, sin embargo, con la versión del psicópata suelto, su terror consistió en pensar que ella podría ser una más de sus víctimas, toda vez que refirió que un sujeto a bordo de un taxi intentó llevarla, pero que su actitud era sospechosa y que desapareció cuando otras personas llegaron hasta donde se encontraba ella.
Esta es la sobreviviente que se convirtió en la clave para saber la fisonomía de quien suponían podría tratarse de un taxista, pues familiares de la última víctima reforzaron esa línea de investigación, ya que refirieron que días previos a su asesinato, era acompañada por un taxista a quien veía en la avenida, pero nunca supieron de quién se trataba.
Y días después se localizó el cuerpo de quien se suponía era la quinta víctima, asesinada de la misma manera en una casa abandonada de la calle Gardenia número 26, colonia Portezuelos, Chimalhuacán, Estado de México.
Otro lugar cerca del Bordo de Xochiaca donde también localizó la policía el cuerpo de una mujer estrangulada y con el mismo modus operandi del asesino se dio en la calle Herreros, manzana 61, lote 13, barrio de Tlatel.
ZOZOBRA POR EL ASESINO DEL BORDO
Se encerraban las mujeres de Chimalhuacán
Se resolvió el caso de la joven estudiante de la ENEP asesinada y descuartizada, pero el chacal seguía libre
Luego de minuciosos trabajos de investigación, elementos de la policía judicial del Estado de México aclararon el asesinato que se cometió contra una estudiante de la ENEP Aragón, la cual fue descuartizada por sus verdugos y, para evadir la acción de la justicia y evitar que fuera identificada, metieron las partes de su cuerpo en cinco bolsas de plástico negras y las arrojaron al canal de aguas negras de La Compañía.
Los presuntos homicidas, identificados como Juan Pablo Salas Velázquez e Ignacio Eliseo Velásquez Sánchez -este último exnovio de la ahora occisa-, fueron detenidos y de acuerdo con los primeros reportes que proporcionó la policía judicial por confesión de Ignacio Eliseo, él asesino y descuartizó a la mujer debido a que no quiso regresar a su lado porque le confesó que andaba con otro hombre.
En torno a los hechos que costaron la vida del estudiante de tercer semestre de Pedagogía de la ENEP Aragón, Marlene Natalia Pérez Villafuerte de 21 años, la policía judicial informó que de acuerdo con las investigaciones que se realizaron y por el testimonio que dio el detenido Juan Pablo Salas Velásquez, todo se originó la noche del 14 de marzo, luego de que el presunto homicida Ignacio Eliseo Velásquez Sánchez de 27 años, interceptó a la ahora occisa y por la fuerza la metió a su domicilio, ubicado sobre la calle Lago de Pátzcuaro número 190 en la Colonia Agua Azul, municipio de Ciudad Nezahualcóyotl, con la intención de tener relaciones sexuales con ella.
Ese mismo día, según la policía judicial, Pablo manifestó que su amigo Ignacio Eliseo, exnovio de Marlene, le llamó vía telefónica para que fuera a su casa y al llegar se percató que el estudiante estaba en la casa y a petición de él los dos tuvieron relaciones sexuales con ella.
Posteriormente, dijo, se retiró del lugar y después se enteró que Ignacio Eliseo había estado desde el martes 14 de marzo hasta el viernes 17 encerrado en su casa con Marlene y, sin embargo, ese mismo viernes lo fue a buscar a su domicilio para informarle que había tenido una discusión con Marlene y que la había asesinado de varios golpes en la cabeza con una llave stilson, debido a que le confesó que estaba enamorada de otro hombre y que por tal motivo ya no podía andar con él.
Según la policía judicial, Juan Pablo manifestó que su amigo Ignacio Eliseo le comentó que le tenía que ayudar a deshacerse del cadáver, porque si él tenía problemas con la policía también los iba a tener, porque muchas personas se percataron que los tres habían entrado a la casa.
Por tal motivo lo pude acompañar a su domicilio y graves en el lugar sacarlos al patio de la casa del cadáver de la mujer y enseguida para facilitar las cosas según él hijo nació Elíseo sacó un arco de segueta para descuartizar a la estudiante.
Consumada la macabra acción, dijo Ignacio, metió las piernas, los brazos, la cabeza y el tronco y todas las pertenencias de Marlene en cinco bolsas de plástico negras, las cuales amarró perfectamente y enseguida salieron a la calle, donde tomaron un taxi que les cobró 40 pesos para llevarlos a las inmediaciones del canal de aguas negras de La Compañía, donde finalmente arrojaron las bolsas para deshacerse del cadáver que previamente habían mutilado y borrar toda evidencia que pudiera ocasionarles problemas con la justicia.
LA CÁRCEL NO ERA CASTIGO
Pena de muerte pedían para el infame criminal
La turba enfurecida intentó lincharlo y casi lo logra
Momentos después de que golpeó, violó y estranguló a una niña de 12 años, elementos de la policía judicial del Estado de México detuvieron al responsable, quien supuestamente dijo ser reportero de un periódico local, pero debido a su actitud sospechosa, de inmediato fue considerado como el principal sospechoso que correspondía con las características del asesino serial de mujeres que puso en jaque a la población y a las autoridades de los municipios de Neza y Chimalhuacán.
Con base en las primeras investigaciones que se realizaron, la policía judicial afirmó que dicho sujeto -que operaba en una camioneta con vidrios polarizados- había sido plenamente identificado como el responsable de los asesinatos de las otras mujeres.
La Procuraduría del Estado de México informó que el detenido respondía al nombre de Francisco Galván Ávila, de 40 años, quien, en un intento por evadir la acción de la justicia y para que pudiera escapar, amedrentó a los policías judiciales amenazándolos con destituirlos de su cargo, pues argumentó que presuntamente colaboraba con el diario Milenio, además de ser reportero del periódico El Oriental es Noticia.
Sin embargo, el presunto reportero fue detenido y trasladado a las instalaciones del centro de justicia de Chimalhuacán, pues las evidencias y versiones de algunas personas lo situaban en el lugar donde había desaparecido la última de sus víctimas, a quien alrededor de las 21:15 horas del viernes 13 de octubre de 2006 había subido de manera violenta a su camioneta tipo Van color gris, con vidrios polarizados.
Se trataba de una niña de 12 años que acababa de salir del colegio y que a partir de ese momento ya no se volvió a saber nada de ella, motivo por el cual sus padres se presentaron ante el MP para denunciar su desaparición.
A pesar de que el detenido negó los hechos, una vez que fue sometido a un interrogatorio minucioso, el presunto reportero se mostró bastante nervioso y cayó en constantes contradicciones, hasta que finalmente terminó por confesar su responsabilidad en el asesinato de la niña Anahí Buendía Barrita.
Al hablar de los hechos, el despiadado delincuente explicó que todo se originó la noche del viernes 13 de octubre de 2006 frente a las instalaciones de la escuela secundaria Jaime Torres Bodet, número 65, que se ubica en la colonia San Andrés, municipio de Chimalhuacán.
Dijo que se encontraba ingiriendo bebidas embriagantes dentro de su camioneta cuando, al bajar de la unidad para realizar una necesidad fisiológica, se encontró de frente con la menor, a quien sujetó de las manos para subirla de manera violenta y llevársela.
Enseguida, la violó y después se quedó profundamente dormido sin percatarse de que su víctima ya estaba muerta. Horas más tarde, al despertar, se dio cuenta de que la niña ya no se movía, por lo que de inmediato arrancó la camioneta y se trasladó a una casa en construcción, ubicada sobre la calle Tolteca, en la colonia Nueva Tepalcates, donde finalmente abandonó el cadáver para luego darse a la fuga.
Cuando pensaba que nadie lo había visto y que iba a poder evadir la acción de la justicia, el presunto reportero continuó con su vida normal, como si nada hubiera pasado; sin embargo, nunca se imaginó que el mismo padre de la niña, Juan Buendía González, de 31 años, iba a aportar datos a la policía para su localización y captura, pues momentos antes de que se llevara a la jovencita, el señor Juan observó la camioneta tipo Van, con placas de circulación HSH-17-48 del Estado de Jalisco y vidrios polarizados, estacionada en el lugar.
El angustiado padre de familia al percatarse de que su hija no salía del colegio, impaciente regresó a su domicilio y al darse cuenta de que ya era un poco tarde y su hija no había llegado, se regresó al colegio para buscarla y, en ese momento, descubrió que la camioneta ya no estaba y que justo donde permaneció estacionada encontró uno de los zapatos de su hija y una dona que utilizaba para agarrarse el cabello.
Debido a que la puerta del colegio ya estaba cerrada y ya no habían estudiantes en el lugar, el desesperado hombre, preocupado y con presunción de que los tripulantes de dicha camioneta se habían llevado a su hija, de inmediato se trasladó al centro de justicia de Chimalhuacán para denunciar los hechos y pedir la intervención de la policía judicial.
Una vez que el angustiado padre proporcionó todas las características de dicha camioneta, el comandante Mario González Gámez y sus elementos implementaron un fuerte operativo en toda la zona hasta que finalmente ubicaron dicha camioneta y a su conductor, cuando circulaba sobre la avenida Prolongación Venustiano Carranza en la colonia San Miguel, municipio de Chimalhuacán.
Después de que el detenido confesó plenamente su responsabilidad en el crimen, explicó el lugar donde había abandonado el cadáver, por lo que agentes judiciales se trasladaron a la zona y descubrieron que desafortunadamente allí se encontraba el cuerpo sin vida de la niña Anahí Buendía Barrita
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