/ domingo 2 de junio de 2019

¡Atentado Siniestro! en el aire

Paco Sierra y Emilio Arellano Schetelige: Dos mentes siniestras

Archivos Secretos de Policía

Eran las seis de la mañana del 24 de septiembre de 1952, tres mujeres y tres hombres bajaron de un auto de alquiler y se introdujeron al restaurante del primer piso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ahí, los esperaba el ingeniero Arellano, un sujeto vestido muy elegante, era huesudo, alto, nariz afilada, mandíbula prominente y de fácil palabra, quien era representante de un rico empresario llamado Eduardo Noriega, que los contrató para trabajar en el estado de Oaxaca.

Saludó a las seis personas con amabilidad y los invitó a tomar un café antes de que abordaran su avión con destino a la ciudad de Oaxaca. También les entregó a cada uno sus boletos y dijo: “Yo no podré viajar con ustedes como acordamos porque me salió un asunto de negocios que tengo que atender con emergencia, pero los alcanzaré allá muy pronto. Se hospedan en el hotel Mitla, yo cubriré la cuenta, no se preocupen por eso”.

Después, sacó de un portafolio unos sobres: “Este dinero se los envía el señor Noriega, por lo que se les llegue a ofrecer y también me encargó el jefe, que les entregue estos obsequios”. Y Arellano les dio a las mujeres tres pulseras de oro y a los hombres tres esclavas, las cuales tenían grabados sus nombres.

Yolanda, una de las señoritas contratadas dijo con un tono de timidez: “¿Por qué no viajamos mejor en autobús, es más seguro y barato que en avión? A lo que Arellano contestó: “Así lo dispuso el señor Noriega, además,estoy seguro que ninguno de ustedes ha viajado en avión antes, sirve para que conozcan lo que se siente viajar en estas naves que alcanzan alturas y velocidades impresionantes. Pero no se preocupen, el viaje será más cómodo y rápido, pues urge su presencia en Oaxaca para que se pongan a trabajar lo más pronto posible”.

No hubo más cuestionamientos y con risas en los rostros el ingeniero Arellano les invitó a sus convidados cigarrillos, para que se relajaran antes de abordar su vuelo. Aquella mañana había amanecido nublado,con llovizna y el viento se sentía frío. El Servicio Meteorológico Nacional anunciaba más lluvia para el resto del día y recomendó a los pilotos extremar sus precauciones. Mientras, en las pantallas del aeropuerto, se anunciaba que la nave con destino Oaxaca-Ixtepec-Tuxtla Gutiérrez-Tapachula, con matrículaXA-GUJ, retrasaría su salida algunos minutos debido a las complicadas condiciones del clima.

En aquella nave viajarían alrededor de 17 pasajeros, de los cuales, 11 eran estadounidenses, quienes habían venido a México para visitarlas zonas arqueológicas de Monte Albán, en Oaxaca, Palenque, Chiapas y ChichénItzá, en Yucatán. Las otras seis personas eran los empleados supuestamente contratados por el empresario Eduardo Noriega.

Cuando el reloj marcó las 6:40 horas, el ingeniero EmilioArellano se despidió de las seis modestas personas, les dio un fuerte apretón de manos, un abrazo a cada uno y les recordó que pronto se verían en la ciudad de Oaxaca. Las tres mujeres y hombres abordaron el avión y fueron recibidos por una bella aeromoza, quien los guió hasta sus respectivos asientos. Cuando todos los pasajeros se encontraban en sus lugares, la sobrecargo se lo hizo saber al piloto, eran las 7:11 horas de una mañana gris en la Ciudad de México. Los motores del avión rugían y sus hélices giraban con estrépito. La nave de laCompañía Mexicana de Aviación estaba por partir.

LA TRIPULACIÓN, 11 TURISTAS Y SEIS MODESTOS CRISTIANOS


Al timón de aquel avión de Mexicana se encontraban el pilotoCarlos Rodríguez Corona, el copiloto Agustín Jurado Amilpa y la hermosa sobrecargo Lilia Novelo. Rodríguez era un experimentado aviador que había participado en 1945, en la Segunda Guerra Mundial, como integrante del heroico y famoso Escuadrón 201. Con más de 8 mil horas de vuelo, Carlos fue una gran opción para ser contratado por la compañía aeroespacial para conducir sus aviones. Por otra parte, el joven Jurado Amilpa lo admiraba y trataba de sacar provecho a todas sus enseñanzas, no podía tener mejor maestro que RodríguezCorona.

En el momento en que el avión corría sobre la pista para tomar vuelo, el señor Ramón Arellano Magro, de 62 años, tío del ingenieroEmilio Arellano, tomó entre sus manos una Biblia que llevaba consigo y de lasSagradas Escrituras comenzó a leer los salmos del rey David, cargados de gran fe y amor a Dios. Entonces, la nave comenzó a tomar altura.

¡INFIERNO EN EL AIRE!


Alfredo Sosa


El XA-GUJ ya se encontraba por las tempestades del espacio aéreo. Las turbulencias sacudían la nave, pero todo esto era normal para un piloto experimentado como Carlos Rodríguez. Cuando apenas tenían poco más de 10 minutos de haber despegado, se escuchó un espantoso estallido que sacudió deforma violenta el avión. Pronto la incertidumbre, angustia y el miedo se apoderaron de los pasajeros, quienes no se explicaban qué sucedía.

El pasillo del avión se comenzó a llenar de humo. La sobrecargo avisó al piloto que una explosión se había registrado en el compartimento de equipajes, esto en la zona delantera de la nave, en la sección que separa la cabina de la tripulación con el resto de los pasajeros. Las llamas de inmediato se comenzaron a expandir, a devorar velices y maletas, adquirían altura y más fuego.

-No se asusten, señores, sólo se registró una pequeña explosión. El avión podrá continuar su vuelo-, decía la joven azafata, quien trataba con su voz dulce de calmar a los angustiados pasajeros.

El estallido había provocado un boquete en la parte delantera de la aeronave, por el cual entraban peligrosas ráfagas de viento helado que se colaban hasta la cabina. Éstas destrozaron parte de los instrumentos de comunicación, la radio se averió, los controles no respondían y las llamas seguían cobrando fuerza.

Sin embargo, el piloto trató de conservar la sangre fría,recordó su temple de piedra durante la segunda guerra y se afianzó con ambas manos al timón. Entonces intentó establecer contacto con la torre de control del aeropuerto de la Ciudad de México para regresar y pedir auxilio, pero no funcionó. Intentó buscar una zona despejada que le dejara ver con claridad, pero los nubarrones y la lluvia se lo impedían. Sus cálculos le dictaban que por el tiempo transcurrido, se encontraban volando cerca de la ciudad de Pachuca, lo que complicaba aún más su regreso al entonces Distrito Federal.

Mientras tanto, en la zona de los pasajeros imperaba el caos. Éstos gritaban, imploraban ayuda porque sentían que morirían en cuestión de minutos y su desesperación fue tal, que varios de ellos se encontraban tirados en el suelo llorando. Los más desesperados intentaban romper los cristales de las ventanillas con el objetivo de saltar del avión y no morir calcinados a causa de las llamas.

PILOTO CON TEMPLE DE PIEDRA


En la cabina, el copiloto trataba de tapar el boquete con lo que podía para impedir que el viento y el fuego siguieran ingresando e hiciera más complicada la labor del piloto. Después de varios minutos de maniobras, el experimentado y valiente Carlos Rodríguez logró salir de las grises nubes y se enfocó en conducir el avión a la base militar aérea de Santa Lucía, lugar más cercano y propicio para aterrizar.

Con el tiempo y el fuego casi encima, el piloto Carlos Rodríguez dilucidó la base militar y giró el timón para disponerse a hacer el descenso de la nave. Por otro lado, la aeromoza Lilia Novelo, había conseguido con muchos apuros, calmar a los pasajeros: “¡Tengan calma, señores, pronto aterrizaremos! En unos minutos llegaremos a la Base Aérea de Santa Lucía”.

En cuestión de minutos, el piloto con temple de piedra condujo el avión hacia una de las pistas y con algunos apuros logró aterrizar,la sobrecargo se los hizo saber a los pasajeros: “Señores, estamos tocando tierra en la Base Aérea de Santa Lucía, a 40 kilómetros del Distrito Federal. Mantengan la calma, Dios y la tripulación nos han salvado”. Dijo con voz quebrada.

A pesar de ver el avión en tierra, los viajeros temieron que la aeronave explotara de un momento a otro, pues la parte delantera seguía envuelta en llamas, así que se arremolinaron a la puerta de salida, la cual liberó el piloto y éstos comenzaron a bajar despavoridos, pues habían vivido 45 minutos de intenso terror, en los que se hicieron a la idea de que morirían de la manera más horrible.

Ya abajo, cuál fue la sorpresa de los pasajeros al verse rodeados de soldados, quienes los apuntaban con sus fusiles, listos para dispararles. “¡Por Dios no somos delincuentes, no ven que el avión se está quemando y casi morimos!”. De pronto alguien hizo entrar en razón a los militares y se apresuraron a auxiliarlos y a sofocar el fuego de manera tenaz.Unos minutos más, y sin duda, la aeronave se hubiera estrellado y todos tripulantes muerto.

De los 17 viajeros, sólo el matrimonio estadounidense conformado por el señor Henry y la señora Gertrude Markin resultaron con lesiones leves, por lo cual fueron trasladados al Sanatorio Español para su atención médica. El resto fueron trasladados al Distrito Federal para que contribuyeran con las investigaciones policiacas y después, prosiguieran con su viaje a Oaxaca.

Mientras tanto, El Servicio Secreto, la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial se hicieron cargo de las investigaciones, así que al lugar llegó el destacado investigador Silvestre Fernández y peritos en aeronáutica para realizar las inspecciones correspondientes al avión siniestrado y elaborar un informe que ayudara a dar con los responsables de lo sucedido.


Las hipótesis pronto fluyeron: -Evidentemente se trata de un sabotaje. Comentó uno de los agentes judiciales federales. Otro señaló: -En el avión viajaban ciudadanos norteamericanos, tal vez alguno de ellos colocó la bomba para cobrar el seguro de vida de sus familiares. El Servicio Secreto se comunicó con el FBI y la Interpol para ponerlos al tanto de lo ocurrido y pedirles información sobre criminales dedicados a ese tipo de delitos.


EL SAGAZ AGENTE SILVESTRE FERNÁNDEZ


Durante su inspección, los peritos no hallaron gran cosa,sólo cartones quemados, ropa y parte de los instrumentos del avión que sufrieron daños, pero el avisado investigador Fernández, se internó en la nave afectada y logró descubrir entre los artefactos quemados pedazos de una maquinaria de reloj, trozos de cuerda y cables chamuscados, estos objetos los envolvió en un trapo y los entregó a los investigadores de la Procuraduría General de la República para que los analizaran en un laboratorio.

La noticia del atentado contra el avión XA-GUJ de Mexicana de Aviación y que casi le cuesta la vida a 20 personas, si no es por la pericia del piloto Carlos Rodríguez dio la vuelta al mundo. LA PRENSA, por supuesto, informó de todos los detalles a sus lectores la mañana del 25 de septiembre de1952, su portada tituló: “Estalló en un avión de la Compañía Mexicana deAviación una bomba de tiempo”. “Pasajeros se salvaron milagrosamente”.

Al agente Silvestre Fernández, llamó la atención el caso delas 6 personas contratadas para trabajar en Oaxaca, así que los interrogó y todos le comentaron que un empresario llamado Eduardo Noriega, a quien no conocían, les había ofrecido empleo por medio de su representante Emilio Noriega. Y a cada uno se le había comprado un seguro de vida con valor de 300 mil pesos.

Además de que les había pagado los pasajes, dado dinero y hasta obsequiado pulseras y esclavas de oro. Las amabilidades del señor Noriega a quien no conocían, le parecieron muy sospechosas al agente SilvestreFernández, lo que lo llevó a sospechar que ahí había gato encerrado. Cuando se dispuso a corroborar los domicilios de todos los beneficiarios de los seguros, se topó con que eran falsos, no existían, entonces tomó más confianza en su hipótesis.

Silvestre también averiguó que cinco de los seis pasajeros habían trabajado para el cantante de ópera Paco Sierra, quien puso como beneficiaria de una de las pólizas de los seguros de vida a Concepción Manzano, ama de llaves de su esposa, la famosa cantante y actriz Esperanza Iris, además de estar muy endeudado con medio mundo por su desmedida afición por las apuestas en el Frontón México.


UNA TARDE EN EL ESPERANZA IRIS

Con esas pistas recabadas el infalible investigador y sus asistentes se presentaron en el teatro Esperanza Iris, en las calles de Donceles y Allende para hacerle algunas preguntas a Paco Sierra. Después de algunos minutos de espera el cantante salió del teatro, llevaba una maleta y fue abordado por el agente: -Disculpe señor Sierra, ¿adónde se dirige con tanta prisa? –Voy hacia el aeropuerto, tengo que estar esta noche en La Habana para arreglar algunos contratos de mis artistas. Entonces el policía le comentó que estaba en la mira de las autoridades por su supuesta participación en el atentado al avión XA-GUJ de Mexicana, a lo cual respondió que él no tenía nada que ver en esos hechos, y su único delito era ser amigo del señor Emilio Arellano. Y señaló que estaba dispuesto a colaborar con la policía en lo que hiciera falta.

Sin embargo, al día siguiente, Paco Sierra fue citado a declarar al Ministerio Público, donde negó tener varias deudas, pero no pudo explicar por qué puso como beneficiaria de una de las pólizas a la señora Concepción Manzano, por lo que fue detenido y enviado a los separos de laPolicía Judicial. En esos momentos, Emilio Arellano Schetelige era buscado por todo el país e incluso en el extranjero y se ofrecía una recompensa de 10 mil pesos por su captura.

CAEN LOS DEMENTES DINAMITEROS

La mañana 29 de septiembre, a cuatro días del atentado, laPolicía Judicial recibió una llamada inesperada, se trataba de Emilio Arellano Schetelige, quien les hizo saber que se entregaba y que fueran por él al domicilio ubicado en Avenida Revolución y José Morán, en Tacubaya; horas después, se cumplía su aprehensión. Esa misma tarde, también fue detenida Concepción Manzano, la ama de llaves de la cantante Esperanza Iris.

A los detenidos se les tomó su declaración ante el ministerio público Manuel Rosales Miranda, quien los acusó formalmente de homicidio múltiple en grado de tentativa, lesiones, ataques a las vías de comunicación, daño en propiedad ajena internacional y tentativa de fraude, por lo cual podrían alcanzar una pena de 30 años de cárcel cada uno. Ambos fueron trasladados esa misma noche a la Prisión Preventiva de Lecumberri.


ACALORADAS DISPUTAS Y ACUSACIONES

Durante el juicio que estuvo a cargo del juez Clotario Margalli, Paco Sierra y Arellano Schetelige se trenzaron en mutuas acusaciones. Sierra afirmó que Arellano fabricó la bomba debido a sus conocimientos en explosivos. Arellano señaló que el cantante planeó todo y le prometió que se harían millonarios al cobrar los seguros de vida. Se quiso hacer la víctima al mencionar que fue engañado por Sierra, pero esos recursos de ambos acusados eran insostenibles y daban lástima.

Por otra parte, en un careo entre el señor Ramón Arellano, tío de Emilio y quien también fue puesto como carne de cañón en el avión siniestrado, mencionó que antes de abordar la nave, su ahijado le cambió la maleta por otra más ligera, donde seguramente estaba la bomba que causó la terrible explosión. Emilio Arellano también confesó que el empresario EduardoNoriega no existía, que fue un invento de Paco Sierra para engañar a las seis personas que morirían tras el estallido.

Con toda la evidencia en su contra, el juez Clotario Margalli dictó sentencia de 30 años de prisión tanto al señor Paco SierraCordero, como a Emilio Arellano Schetelige por los delitos antes mencionados.Ambos condenados apelaron la pena, pero sólo le redujeron un año al cantante de opereta, para Schetelige el castigo no tuvo modificación.

Después de 18 años de encierro, Paco Sierra y Arellano Schetelige salieron de prisión. Ambos ya en edad avanzada. Así sucedieron los terribles hechos, que planearon dos mentes perversas, por fortuna no selograron salir con la suya.


MÍNIMA HISTORIA

PACO SIERRA EL BARÍTONO QUE DESAFINÓ

Alfredo Sosa

Francisco Sierra Cordero nació en Chihuahua, en 1910, plena revuelta revolucionaria. Se crió en una familia modesta, pero que le pudo ofrecer estudios de contaduría y música. Muy joven llegó a la Ciudad de México donde logró colocarse como violinista y después como cantante en la compañía dela más reconocida cantante de ópera de la época: doña Esperanza Iris.

A pesar de la diferencia de edades, pues Sierra era 20 años más joven que Esperanza, se casaron el 28 de diciembre de 1938, cuando él tenía28 y ella 50. Juntos viajaron por todo el país y el mundo presentándose en los más reconocidos escenarios de la ópera: Milán, Nueva York, Berlín, entre otros.

Sin embargo, el joven barítono siempre se sintió humillado porque la opinión pública afirmaba que vivía a costa de la fortuna de su esposa. Así que dispuesto a demostrarles lo contrario comenzó a moverse en el mundo del juego, donde apostaba fuertes cantidades de dinero y en lugar de acrecentar sus ganancias, tenía mala suerte y lo perdió.

Pero el destino juntaría a dos almas similares, me refiero a que en un viaje que hizo a la frontera Paco Sierra, conoció a Emilio Arellano Schetelige. Dice el dicho que “Dios los hace y ellos se juntan”. Ahí, Arellano le contó que tenía un negocio llamado Post Mortem, donde se encargaba de realizar los trámites pertinentes relacionados con sepelios.

Entonces fue cuando juntos planearon el atentado al aviónXA-GUJ de Mexicana, en el cual engañarían a varias personas con ofrecerles trabajo, los asegurarían por una fuerte cantidad y después de muertos, cobrarían ese dinero; un proyecto sin duda, macabro.

La historia y su final ya los sabemos. Gracias a la pericia de la tripulación y a la mala fabricación de la bomba, por fortuna no hubo muertos y este par recibió su castigo.

Durante el juicio contra Sierra y Schetelige, Esperanza Iris puso todos sus recursos económicos para defender a su esposo, pero fue inútil. Mientras su reclusión en Lecumberri, doña Esperanza Iris lo visitaba y le demostraba que lo seguía amando.

La mañana del 7 de noviembre de 1962, mientras daba una de sus clases de música en prisión, Paco Sierra se enteró del fallecimiento de su esposa: “La Reina de la Opereta”, Esperanza Iris.

Después de 18 años de reclusión, el barítono Paco Sierra se entregó a la vida familiar al lado de otra pareja con quien procreó cuatro hijos más: tres mujeres y un varoncito.


ESCUADRÓN 201

Carlos Rodríguez Corona, piloto del avión XA-GUJ fue uno delos héroes de este aterrador episodio de la vida criminal de nuestro país. Su experiencia y pericia, lo llevaron a tomar las decisiones adecuadas para salvara los 17 pasajeros que iban a bordo, así como a sus dos compañeros de tripulación: el copiloto Agustín Jurado Amilpa y la bella sobrecargo LiliaNovelo, quienes lo asistieron de mejor manera posible para que él pudiera mantener y maniobrar la nave a buen aterrizaje antes de que las llamas acabara con ellos.

Rodríguez Corona fue parte del famoso y heroico Escuadrón201, flotilla que perteneció a la Fuerza Aérea Mexicana, la cual participó en la Segunda Guerra Mundial, al lado de los aliados y en específico, combatió en coordinación de las Fuerzas Militares de Estados Unidos.

México ingresó en el conflicto el 28 de mayo de 1942, por decreto del Presidente Manuel Ávila Camacho, después de que las tropas japonesas atacaran dos buques mexicanos: El Potrero del Llano y el Faja de Oro.

El Escuadrón 201 estuvo conformado por 293 pilotos, uno de ellos fue Carlos Rodríguez Corona, quien combatió contra los japoneses y alemanes en la Isla de Formosa, en Taiwán, al mando del coronel aviador AntonioCárdenas Rodríguez.

En resumen, el Escuadrón 201 realizó 2842 horas de vuelo, 95 misiones por tierra y aire, atacó con alrededor de 957 bombas y sus pilotos combatieron por espacio de 591 horas de vuelo.

Durante las acciones bélicas, se registraron alrededor de 120 bajas y para 1965, sobrevivían 60 de los 293 pilotos que lo integraron; esto, según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional, en el libro: “Historia oficial de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana”,publicado en 1946.


Archivos Secretos de Policía

Eran las seis de la mañana del 24 de septiembre de 1952, tres mujeres y tres hombres bajaron de un auto de alquiler y se introdujeron al restaurante del primer piso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ahí, los esperaba el ingeniero Arellano, un sujeto vestido muy elegante, era huesudo, alto, nariz afilada, mandíbula prominente y de fácil palabra, quien era representante de un rico empresario llamado Eduardo Noriega, que los contrató para trabajar en el estado de Oaxaca.

Saludó a las seis personas con amabilidad y los invitó a tomar un café antes de que abordaran su avión con destino a la ciudad de Oaxaca. También les entregó a cada uno sus boletos y dijo: “Yo no podré viajar con ustedes como acordamos porque me salió un asunto de negocios que tengo que atender con emergencia, pero los alcanzaré allá muy pronto. Se hospedan en el hotel Mitla, yo cubriré la cuenta, no se preocupen por eso”.

Después, sacó de un portafolio unos sobres: “Este dinero se los envía el señor Noriega, por lo que se les llegue a ofrecer y también me encargó el jefe, que les entregue estos obsequios”. Y Arellano les dio a las mujeres tres pulseras de oro y a los hombres tres esclavas, las cuales tenían grabados sus nombres.

Yolanda, una de las señoritas contratadas dijo con un tono de timidez: “¿Por qué no viajamos mejor en autobús, es más seguro y barato que en avión? A lo que Arellano contestó: “Así lo dispuso el señor Noriega, además,estoy seguro que ninguno de ustedes ha viajado en avión antes, sirve para que conozcan lo que se siente viajar en estas naves que alcanzan alturas y velocidades impresionantes. Pero no se preocupen, el viaje será más cómodo y rápido, pues urge su presencia en Oaxaca para que se pongan a trabajar lo más pronto posible”.

No hubo más cuestionamientos y con risas en los rostros el ingeniero Arellano les invitó a sus convidados cigarrillos, para que se relajaran antes de abordar su vuelo. Aquella mañana había amanecido nublado,con llovizna y el viento se sentía frío. El Servicio Meteorológico Nacional anunciaba más lluvia para el resto del día y recomendó a los pilotos extremar sus precauciones. Mientras, en las pantallas del aeropuerto, se anunciaba que la nave con destino Oaxaca-Ixtepec-Tuxtla Gutiérrez-Tapachula, con matrículaXA-GUJ, retrasaría su salida algunos minutos debido a las complicadas condiciones del clima.

En aquella nave viajarían alrededor de 17 pasajeros, de los cuales, 11 eran estadounidenses, quienes habían venido a México para visitarlas zonas arqueológicas de Monte Albán, en Oaxaca, Palenque, Chiapas y ChichénItzá, en Yucatán. Las otras seis personas eran los empleados supuestamente contratados por el empresario Eduardo Noriega.

Cuando el reloj marcó las 6:40 horas, el ingeniero EmilioArellano se despidió de las seis modestas personas, les dio un fuerte apretón de manos, un abrazo a cada uno y les recordó que pronto se verían en la ciudad de Oaxaca. Las tres mujeres y hombres abordaron el avión y fueron recibidos por una bella aeromoza, quien los guió hasta sus respectivos asientos. Cuando todos los pasajeros se encontraban en sus lugares, la sobrecargo se lo hizo saber al piloto, eran las 7:11 horas de una mañana gris en la Ciudad de México. Los motores del avión rugían y sus hélices giraban con estrépito. La nave de laCompañía Mexicana de Aviación estaba por partir.

LA TRIPULACIÓN, 11 TURISTAS Y SEIS MODESTOS CRISTIANOS


Al timón de aquel avión de Mexicana se encontraban el pilotoCarlos Rodríguez Corona, el copiloto Agustín Jurado Amilpa y la hermosa sobrecargo Lilia Novelo. Rodríguez era un experimentado aviador que había participado en 1945, en la Segunda Guerra Mundial, como integrante del heroico y famoso Escuadrón 201. Con más de 8 mil horas de vuelo, Carlos fue una gran opción para ser contratado por la compañía aeroespacial para conducir sus aviones. Por otra parte, el joven Jurado Amilpa lo admiraba y trataba de sacar provecho a todas sus enseñanzas, no podía tener mejor maestro que RodríguezCorona.

En el momento en que el avión corría sobre la pista para tomar vuelo, el señor Ramón Arellano Magro, de 62 años, tío del ingenieroEmilio Arellano, tomó entre sus manos una Biblia que llevaba consigo y de lasSagradas Escrituras comenzó a leer los salmos del rey David, cargados de gran fe y amor a Dios. Entonces, la nave comenzó a tomar altura.

¡INFIERNO EN EL AIRE!


Alfredo Sosa


El XA-GUJ ya se encontraba por las tempestades del espacio aéreo. Las turbulencias sacudían la nave, pero todo esto era normal para un piloto experimentado como Carlos Rodríguez. Cuando apenas tenían poco más de 10 minutos de haber despegado, se escuchó un espantoso estallido que sacudió deforma violenta el avión. Pronto la incertidumbre, angustia y el miedo se apoderaron de los pasajeros, quienes no se explicaban qué sucedía.

El pasillo del avión se comenzó a llenar de humo. La sobrecargo avisó al piloto que una explosión se había registrado en el compartimento de equipajes, esto en la zona delantera de la nave, en la sección que separa la cabina de la tripulación con el resto de los pasajeros. Las llamas de inmediato se comenzaron a expandir, a devorar velices y maletas, adquirían altura y más fuego.

-No se asusten, señores, sólo se registró una pequeña explosión. El avión podrá continuar su vuelo-, decía la joven azafata, quien trataba con su voz dulce de calmar a los angustiados pasajeros.

El estallido había provocado un boquete en la parte delantera de la aeronave, por el cual entraban peligrosas ráfagas de viento helado que se colaban hasta la cabina. Éstas destrozaron parte de los instrumentos de comunicación, la radio se averió, los controles no respondían y las llamas seguían cobrando fuerza.

Sin embargo, el piloto trató de conservar la sangre fría,recordó su temple de piedra durante la segunda guerra y se afianzó con ambas manos al timón. Entonces intentó establecer contacto con la torre de control del aeropuerto de la Ciudad de México para regresar y pedir auxilio, pero no funcionó. Intentó buscar una zona despejada que le dejara ver con claridad, pero los nubarrones y la lluvia se lo impedían. Sus cálculos le dictaban que por el tiempo transcurrido, se encontraban volando cerca de la ciudad de Pachuca, lo que complicaba aún más su regreso al entonces Distrito Federal.

Mientras tanto, en la zona de los pasajeros imperaba el caos. Éstos gritaban, imploraban ayuda porque sentían que morirían en cuestión de minutos y su desesperación fue tal, que varios de ellos se encontraban tirados en el suelo llorando. Los más desesperados intentaban romper los cristales de las ventanillas con el objetivo de saltar del avión y no morir calcinados a causa de las llamas.

PILOTO CON TEMPLE DE PIEDRA


En la cabina, el copiloto trataba de tapar el boquete con lo que podía para impedir que el viento y el fuego siguieran ingresando e hiciera más complicada la labor del piloto. Después de varios minutos de maniobras, el experimentado y valiente Carlos Rodríguez logró salir de las grises nubes y se enfocó en conducir el avión a la base militar aérea de Santa Lucía, lugar más cercano y propicio para aterrizar.

Con el tiempo y el fuego casi encima, el piloto Carlos Rodríguez dilucidó la base militar y giró el timón para disponerse a hacer el descenso de la nave. Por otro lado, la aeromoza Lilia Novelo, había conseguido con muchos apuros, calmar a los pasajeros: “¡Tengan calma, señores, pronto aterrizaremos! En unos minutos llegaremos a la Base Aérea de Santa Lucía”.

En cuestión de minutos, el piloto con temple de piedra condujo el avión hacia una de las pistas y con algunos apuros logró aterrizar,la sobrecargo se los hizo saber a los pasajeros: “Señores, estamos tocando tierra en la Base Aérea de Santa Lucía, a 40 kilómetros del Distrito Federal. Mantengan la calma, Dios y la tripulación nos han salvado”. Dijo con voz quebrada.

A pesar de ver el avión en tierra, los viajeros temieron que la aeronave explotara de un momento a otro, pues la parte delantera seguía envuelta en llamas, así que se arremolinaron a la puerta de salida, la cual liberó el piloto y éstos comenzaron a bajar despavoridos, pues habían vivido 45 minutos de intenso terror, en los que se hicieron a la idea de que morirían de la manera más horrible.

Ya abajo, cuál fue la sorpresa de los pasajeros al verse rodeados de soldados, quienes los apuntaban con sus fusiles, listos para dispararles. “¡Por Dios no somos delincuentes, no ven que el avión se está quemando y casi morimos!”. De pronto alguien hizo entrar en razón a los militares y se apresuraron a auxiliarlos y a sofocar el fuego de manera tenaz.Unos minutos más, y sin duda, la aeronave se hubiera estrellado y todos tripulantes muerto.

De los 17 viajeros, sólo el matrimonio estadounidense conformado por el señor Henry y la señora Gertrude Markin resultaron con lesiones leves, por lo cual fueron trasladados al Sanatorio Español para su atención médica. El resto fueron trasladados al Distrito Federal para que contribuyeran con las investigaciones policiacas y después, prosiguieran con su viaje a Oaxaca.

Mientras tanto, El Servicio Secreto, la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial se hicieron cargo de las investigaciones, así que al lugar llegó el destacado investigador Silvestre Fernández y peritos en aeronáutica para realizar las inspecciones correspondientes al avión siniestrado y elaborar un informe que ayudara a dar con los responsables de lo sucedido.


Las hipótesis pronto fluyeron: -Evidentemente se trata de un sabotaje. Comentó uno de los agentes judiciales federales. Otro señaló: -En el avión viajaban ciudadanos norteamericanos, tal vez alguno de ellos colocó la bomba para cobrar el seguro de vida de sus familiares. El Servicio Secreto se comunicó con el FBI y la Interpol para ponerlos al tanto de lo ocurrido y pedirles información sobre criminales dedicados a ese tipo de delitos.


EL SAGAZ AGENTE SILVESTRE FERNÁNDEZ


Durante su inspección, los peritos no hallaron gran cosa,sólo cartones quemados, ropa y parte de los instrumentos del avión que sufrieron daños, pero el avisado investigador Fernández, se internó en la nave afectada y logró descubrir entre los artefactos quemados pedazos de una maquinaria de reloj, trozos de cuerda y cables chamuscados, estos objetos los envolvió en un trapo y los entregó a los investigadores de la Procuraduría General de la República para que los analizaran en un laboratorio.

La noticia del atentado contra el avión XA-GUJ de Mexicana de Aviación y que casi le cuesta la vida a 20 personas, si no es por la pericia del piloto Carlos Rodríguez dio la vuelta al mundo. LA PRENSA, por supuesto, informó de todos los detalles a sus lectores la mañana del 25 de septiembre de1952, su portada tituló: “Estalló en un avión de la Compañía Mexicana deAviación una bomba de tiempo”. “Pasajeros se salvaron milagrosamente”.

Al agente Silvestre Fernández, llamó la atención el caso delas 6 personas contratadas para trabajar en Oaxaca, así que los interrogó y todos le comentaron que un empresario llamado Eduardo Noriega, a quien no conocían, les había ofrecido empleo por medio de su representante Emilio Noriega. Y a cada uno se le había comprado un seguro de vida con valor de 300 mil pesos.

Además de que les había pagado los pasajes, dado dinero y hasta obsequiado pulseras y esclavas de oro. Las amabilidades del señor Noriega a quien no conocían, le parecieron muy sospechosas al agente SilvestreFernández, lo que lo llevó a sospechar que ahí había gato encerrado. Cuando se dispuso a corroborar los domicilios de todos los beneficiarios de los seguros, se topó con que eran falsos, no existían, entonces tomó más confianza en su hipótesis.

Silvestre también averiguó que cinco de los seis pasajeros habían trabajado para el cantante de ópera Paco Sierra, quien puso como beneficiaria de una de las pólizas de los seguros de vida a Concepción Manzano, ama de llaves de su esposa, la famosa cantante y actriz Esperanza Iris, además de estar muy endeudado con medio mundo por su desmedida afición por las apuestas en el Frontón México.


UNA TARDE EN EL ESPERANZA IRIS

Con esas pistas recabadas el infalible investigador y sus asistentes se presentaron en el teatro Esperanza Iris, en las calles de Donceles y Allende para hacerle algunas preguntas a Paco Sierra. Después de algunos minutos de espera el cantante salió del teatro, llevaba una maleta y fue abordado por el agente: -Disculpe señor Sierra, ¿adónde se dirige con tanta prisa? –Voy hacia el aeropuerto, tengo que estar esta noche en La Habana para arreglar algunos contratos de mis artistas. Entonces el policía le comentó que estaba en la mira de las autoridades por su supuesta participación en el atentado al avión XA-GUJ de Mexicana, a lo cual respondió que él no tenía nada que ver en esos hechos, y su único delito era ser amigo del señor Emilio Arellano. Y señaló que estaba dispuesto a colaborar con la policía en lo que hiciera falta.

Sin embargo, al día siguiente, Paco Sierra fue citado a declarar al Ministerio Público, donde negó tener varias deudas, pero no pudo explicar por qué puso como beneficiaria de una de las pólizas a la señora Concepción Manzano, por lo que fue detenido y enviado a los separos de laPolicía Judicial. En esos momentos, Emilio Arellano Schetelige era buscado por todo el país e incluso en el extranjero y se ofrecía una recompensa de 10 mil pesos por su captura.

CAEN LOS DEMENTES DINAMITEROS

La mañana 29 de septiembre, a cuatro días del atentado, laPolicía Judicial recibió una llamada inesperada, se trataba de Emilio Arellano Schetelige, quien les hizo saber que se entregaba y que fueran por él al domicilio ubicado en Avenida Revolución y José Morán, en Tacubaya; horas después, se cumplía su aprehensión. Esa misma tarde, también fue detenida Concepción Manzano, la ama de llaves de la cantante Esperanza Iris.

A los detenidos se les tomó su declaración ante el ministerio público Manuel Rosales Miranda, quien los acusó formalmente de homicidio múltiple en grado de tentativa, lesiones, ataques a las vías de comunicación, daño en propiedad ajena internacional y tentativa de fraude, por lo cual podrían alcanzar una pena de 30 años de cárcel cada uno. Ambos fueron trasladados esa misma noche a la Prisión Preventiva de Lecumberri.


ACALORADAS DISPUTAS Y ACUSACIONES

Durante el juicio que estuvo a cargo del juez Clotario Margalli, Paco Sierra y Arellano Schetelige se trenzaron en mutuas acusaciones. Sierra afirmó que Arellano fabricó la bomba debido a sus conocimientos en explosivos. Arellano señaló que el cantante planeó todo y le prometió que se harían millonarios al cobrar los seguros de vida. Se quiso hacer la víctima al mencionar que fue engañado por Sierra, pero esos recursos de ambos acusados eran insostenibles y daban lástima.

Por otra parte, en un careo entre el señor Ramón Arellano, tío de Emilio y quien también fue puesto como carne de cañón en el avión siniestrado, mencionó que antes de abordar la nave, su ahijado le cambió la maleta por otra más ligera, donde seguramente estaba la bomba que causó la terrible explosión. Emilio Arellano también confesó que el empresario EduardoNoriega no existía, que fue un invento de Paco Sierra para engañar a las seis personas que morirían tras el estallido.

Con toda la evidencia en su contra, el juez Clotario Margalli dictó sentencia de 30 años de prisión tanto al señor Paco SierraCordero, como a Emilio Arellano Schetelige por los delitos antes mencionados.Ambos condenados apelaron la pena, pero sólo le redujeron un año al cantante de opereta, para Schetelige el castigo no tuvo modificación.

Después de 18 años de encierro, Paco Sierra y Arellano Schetelige salieron de prisión. Ambos ya en edad avanzada. Así sucedieron los terribles hechos, que planearon dos mentes perversas, por fortuna no selograron salir con la suya.


MÍNIMA HISTORIA

PACO SIERRA EL BARÍTONO QUE DESAFINÓ

Alfredo Sosa

Francisco Sierra Cordero nació en Chihuahua, en 1910, plena revuelta revolucionaria. Se crió en una familia modesta, pero que le pudo ofrecer estudios de contaduría y música. Muy joven llegó a la Ciudad de México donde logró colocarse como violinista y después como cantante en la compañía dela más reconocida cantante de ópera de la época: doña Esperanza Iris.

A pesar de la diferencia de edades, pues Sierra era 20 años más joven que Esperanza, se casaron el 28 de diciembre de 1938, cuando él tenía28 y ella 50. Juntos viajaron por todo el país y el mundo presentándose en los más reconocidos escenarios de la ópera: Milán, Nueva York, Berlín, entre otros.

Sin embargo, el joven barítono siempre se sintió humillado porque la opinión pública afirmaba que vivía a costa de la fortuna de su esposa. Así que dispuesto a demostrarles lo contrario comenzó a moverse en el mundo del juego, donde apostaba fuertes cantidades de dinero y en lugar de acrecentar sus ganancias, tenía mala suerte y lo perdió.

Pero el destino juntaría a dos almas similares, me refiero a que en un viaje que hizo a la frontera Paco Sierra, conoció a Emilio Arellano Schetelige. Dice el dicho que “Dios los hace y ellos se juntan”. Ahí, Arellano le contó que tenía un negocio llamado Post Mortem, donde se encargaba de realizar los trámites pertinentes relacionados con sepelios.

Entonces fue cuando juntos planearon el atentado al aviónXA-GUJ de Mexicana, en el cual engañarían a varias personas con ofrecerles trabajo, los asegurarían por una fuerte cantidad y después de muertos, cobrarían ese dinero; un proyecto sin duda, macabro.

La historia y su final ya los sabemos. Gracias a la pericia de la tripulación y a la mala fabricación de la bomba, por fortuna no hubo muertos y este par recibió su castigo.

Durante el juicio contra Sierra y Schetelige, Esperanza Iris puso todos sus recursos económicos para defender a su esposo, pero fue inútil. Mientras su reclusión en Lecumberri, doña Esperanza Iris lo visitaba y le demostraba que lo seguía amando.

La mañana del 7 de noviembre de 1962, mientras daba una de sus clases de música en prisión, Paco Sierra se enteró del fallecimiento de su esposa: “La Reina de la Opereta”, Esperanza Iris.

Después de 18 años de reclusión, el barítono Paco Sierra se entregó a la vida familiar al lado de otra pareja con quien procreó cuatro hijos más: tres mujeres y un varoncito.


ESCUADRÓN 201

Carlos Rodríguez Corona, piloto del avión XA-GUJ fue uno delos héroes de este aterrador episodio de la vida criminal de nuestro país. Su experiencia y pericia, lo llevaron a tomar las decisiones adecuadas para salvara los 17 pasajeros que iban a bordo, así como a sus dos compañeros de tripulación: el copiloto Agustín Jurado Amilpa y la bella sobrecargo LiliaNovelo, quienes lo asistieron de mejor manera posible para que él pudiera mantener y maniobrar la nave a buen aterrizaje antes de que las llamas acabara con ellos.

Rodríguez Corona fue parte del famoso y heroico Escuadrón201, flotilla que perteneció a la Fuerza Aérea Mexicana, la cual participó en la Segunda Guerra Mundial, al lado de los aliados y en específico, combatió en coordinación de las Fuerzas Militares de Estados Unidos.

México ingresó en el conflicto el 28 de mayo de 1942, por decreto del Presidente Manuel Ávila Camacho, después de que las tropas japonesas atacaran dos buques mexicanos: El Potrero del Llano y el Faja de Oro.

El Escuadrón 201 estuvo conformado por 293 pilotos, uno de ellos fue Carlos Rodríguez Corona, quien combatió contra los japoneses y alemanes en la Isla de Formosa, en Taiwán, al mando del coronel aviador AntonioCárdenas Rodríguez.

En resumen, el Escuadrón 201 realizó 2842 horas de vuelo, 95 misiones por tierra y aire, atacó con alrededor de 957 bombas y sus pilotos combatieron por espacio de 591 horas de vuelo.

Durante las acciones bélicas, se registraron alrededor de 120 bajas y para 1965, sobrevivían 60 de los 293 pilotos que lo integraron; esto, según un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional, en el libro: “Historia oficial de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana”,publicado en 1946.