De ninguna manera la contingencia ha terminado, mucho menos ha pasado el peligro, quizá no suben los números con tanto escándalo como en España o Italia, pero no es porque ya la hayamos librado, es porque el modelo mexicano, el centinela, no contabiliza los números de la misma manera, si para hoy son más de 13 mil casos confirmados, es porque en la realidad la cifra aumenta hasta diez veces más.
Esto significa que estamos pasando los más difícil, el no hacer caso a las indicaciones de quedarse en casa, el seguir saliendo como si todo fuera una mentira ahora nos tiene sumidos en una peligrosa fase 3 que tiende a extenderse muchísimo más, el preferir irse a pasear o salir de vacaciones a cuidarse, tiene sus gravísimas consecuencias uy esta es una de ellas.
Lo triste de la situación no es que estemos en fase 3, lo triste es que México tiene un índice de casi 10 por ciento de mortalidad en cuanto al número de casos confirmados, pareciera que no es mucho, sin embargo, el promedio mundial es de poco menos de 7 por ciento, es decir, que en México se están muriendo muchas más personas.
Los servicios de salud ya están rebasados, hospitales públicos y de gobierno ya están llegando al máximo de su capacidad, al menos en la Ciudad de México así es, y no es por otra cosa, pero es la CDMX la que cuenta con el mayor número de contagios y también de decesos, lo malo, es que es aquí mismo donde no entendemos lo que significa que se cuiden.
Se tuvo que llegar al punto en que los supermercados restringieron la entrada a más de una persona, porque aun en días pasados parecía el lugar de esparcimiento para familias enteras, hasta con los abuelos cargaban, pero peor aun, tuvo que entrar la Guardia Nacional para retirar los tianguis, que no es que nadie les quiera quitar el trabajo, pero por favor, si no son actividades indispensables, para que insistir.
Lo difícil ya pasó, aguantamos ya 46 días desde que inició la jornada de sana distancia, pero de no seguir indicaciones, vendrá lo peor, es decir, nos faltan otros 40 días, si es que no se extiende más, porque el regreso no va a ser mágico, el primero de junio no vamos a volver a la normalidad.
La normalidad no va a volver, la vida como la conocimos antes de la contingencia ya no va a volver, pero si no nos ponemos las pilas y nos cuidamos, ni siquiera vamos a tener vida, lo difícil ya pasó y de nosotros depende que lo peor no sea fatal.
