/ martes 5 de noviembre de 2019

Ya no más colillas de cigarros

Las colillas de cigarro se han convertido en un verdadero dolor de cabeza. Y no es para menos, además de contaminar el agua por las sustancias tóxicas que contiene y afectar a los animales, es uno de los desechos sólidos que más se tiran en los mares y en las calles de México.

Pareciera increíble que un filtro de cigarro haga tanto daño. Estamos hablando de un pequeño desecho que contiene sustancias perjudicables para la salud y el medio ambiente como la nicotina, alquitrán, acetato de celulosa, metales como plomo, arsénico y cianuro. Puede contaminar hasta 50 litros de agua potable.

No solo causan daños a la salud, sino contamina el medio ambiente.

Hay muchas cifras que señalan el poder de destrucción de una colilla de cigarro: es más contaminante que un popote, tarda en degradarse hasta 10 años; en México se producen alrededor de 5 mil millones de filtros de cigarros pero sólo un 41% son depositados en contenedores o botes de basura, el resto se tiran al suelo, plazas y jardines.

Datos del sector salud destacan que en México hay 14 millones de fumadores, cuyas edades oscilan entre los 12 a 65 años de edad. En promedio, fuman siete cigarros diarios. Y si lo hacen en un año, generan 35 mil colillas al año.

Por ejemplo, en el Centro Histórico de Sonora se levantaron más de 4 mil colillas de cigarro como parte de una convocatoria por parte de la agrupación Rétate HMO.

El Instituto de Ecología de la UNAM reveló que hay algunas especies de aves que utilizan las colillas para hacer sus nidos, con el fin de guardar calor y evitar los parásitos. Sin embargo, las crías tienen una respuesta inmunológica baja.

Desde el 2016 se han hecho esfuerzos para impulsar campañas de difusión que alerten del gran riesgo que representan. Se señala que hay 11 estados del país que cuentan con una ley para prohibir fumar en lugares cerrados y hay campañas de concientización, primero para dejar de fumar y, segundo, para no tirar colillas. Pero son insuficientes.

A principios de septiembre, Alessandra Rojo de la Vega Piccolo, Coordinadora del Grupo Parlamentario del PVEM en el Congreso de la Ciudad de México, presentó una iniciativa para multar con 2 mil 500 hasta 25 mil pesos, a quien arroje sus colillas de cigarro en la vía pública y áreas naturales.

Considero que cualquier esfuerzo que se haga vale la pena. No podemos dejar en el olvido esta situación. Tenemos que reflexionar sobre la importancia de dejar de fumar y no tirar colillas de cigarro al suelo, pues ponemos en riesgo nuestra salud y al medio ambiente. Es un tema de sobrevivencia para todos.

Las colillas de cigarro se han convertido en un verdadero dolor de cabeza. Y no es para menos, además de contaminar el agua por las sustancias tóxicas que contiene y afectar a los animales, es uno de los desechos sólidos que más se tiran en los mares y en las calles de México.

Pareciera increíble que un filtro de cigarro haga tanto daño. Estamos hablando de un pequeño desecho que contiene sustancias perjudicables para la salud y el medio ambiente como la nicotina, alquitrán, acetato de celulosa, metales como plomo, arsénico y cianuro. Puede contaminar hasta 50 litros de agua potable.

No solo causan daños a la salud, sino contamina el medio ambiente.

Hay muchas cifras que señalan el poder de destrucción de una colilla de cigarro: es más contaminante que un popote, tarda en degradarse hasta 10 años; en México se producen alrededor de 5 mil millones de filtros de cigarros pero sólo un 41% son depositados en contenedores o botes de basura, el resto se tiran al suelo, plazas y jardines.

Datos del sector salud destacan que en México hay 14 millones de fumadores, cuyas edades oscilan entre los 12 a 65 años de edad. En promedio, fuman siete cigarros diarios. Y si lo hacen en un año, generan 35 mil colillas al año.

Por ejemplo, en el Centro Histórico de Sonora se levantaron más de 4 mil colillas de cigarro como parte de una convocatoria por parte de la agrupación Rétate HMO.

El Instituto de Ecología de la UNAM reveló que hay algunas especies de aves que utilizan las colillas para hacer sus nidos, con el fin de guardar calor y evitar los parásitos. Sin embargo, las crías tienen una respuesta inmunológica baja.

Desde el 2016 se han hecho esfuerzos para impulsar campañas de difusión que alerten del gran riesgo que representan. Se señala que hay 11 estados del país que cuentan con una ley para prohibir fumar en lugares cerrados y hay campañas de concientización, primero para dejar de fumar y, segundo, para no tirar colillas. Pero son insuficientes.

A principios de septiembre, Alessandra Rojo de la Vega Piccolo, Coordinadora del Grupo Parlamentario del PVEM en el Congreso de la Ciudad de México, presentó una iniciativa para multar con 2 mil 500 hasta 25 mil pesos, a quien arroje sus colillas de cigarro en la vía pública y áreas naturales.

Considero que cualquier esfuerzo que se haga vale la pena. No podemos dejar en el olvido esta situación. Tenemos que reflexionar sobre la importancia de dejar de fumar y no tirar colillas de cigarro al suelo, pues ponemos en riesgo nuestra salud y al medio ambiente. Es un tema de sobrevivencia para todos.