TeoríaPráctica
Por José Melton
Desde hace ya varios meses, la alcaldía Tlalpan ha estado en el ojo del huracán debido a los altos índices de violencia y crímenes de alto impacto, llámese narcotráfico, homicidios, asaltos y un largo etcétera que tiene en jaque a los habitantes de la demarcación y a los que por motivos de trabajo tienen que transitar por ahí.
El pasado viernes una pareja y un bebé de apenas ocho meses de edad fueron cruelmente asesinados a balazos, no dentro de un callejón oscuro, a plena luz del día, en un puesto de comida; una mujer más resultó lesionada.
Como es costumbre de quienes encabezan los cargos más importantes de la famosísima Cuarta Transformación, es decir la presidencia y la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, van a señalar que el gobierno anterior tiene la culpa por el “cochinero que dejó”.
Lo curioso y chistoso viene a razón de que esta vez Claudia Sheimbaun, no solo negó que exista una crisis de violencia en la capital, tampoco señaló que la escalada de violencia en Tlalpan sea consecuencia del gobierno anterior.
Y es que no es nada difícil saber que el gobierno anterior era nada más y nada menos que ella misma, la crisis de violencia no inició el 6 de diciembre, cuando ella tomó el máximo cargo de la capital, ocurrió meses atrás, quizá años.
No han sido uno o dos los homicidios que durante estos primeros meses han ocurrido en la alcaldía, además de los relacionados con el narcomenudeo, ha sido geográficamente un lugar propicio para abandonar cuerpos, claro, en total impunidad.
Aunque ellos, los del gobierno tengan otros datos, la ciudadanía de a pie no se come el cuento de que el crimen aumentó porque se dejaron de maquillar cifras, pues basta con abrir las paginas de los periódicos, para ver que cada día ocurren más y más crímenes, lo avala un servidor que personalmente asiste a los asuntos.
Los asaltos y homicidios se han convertido ya en un fenómeno que no es atípico, ya es un común y cada vez llega a más colonias, las que tradicionalmente eran tranquilas, la crisis de violencia está desatada en la ciudad, al menos en la que vivimos los de a pie. Ojalá nos llevaran a la ciudad tranquila que pregona tanto el gobierno local.